La semana pasada les comentaba acerca de lo que se conocía actualmente de ese hasta ahora bastante desconocido virus SARS-CoV- 2, que va saltando cual enano saltarín, de persona en persona con inusitada facilidad, por lo que resulta indispensable mantener la distancia con él, y que como es silencioso e invisible a nuestros ojos se convierte en más imprevisible y daniño. Por ello la distancia con el posible portador, que no sabemos quién puede ser, resulta fundamental, así como también una buena higiene y protección de mucosas (boca, nariz y ojos).
Como digo, una semana después, las cifras mundiales del Covid-19 siguen creciendo y a la hora de cuantificar nos encontramos que el número oficial de contagiados ascienden a 8,393,274, los recuperados a 4,103,459 y los fallecidos a 449,928. En nuestro país, las cifras ascienden a 232,992 contagiados y 6,860 víctimas mortales y concretamente en Ancash los infectados suben a 7,292 y 554 la cifra de fallecidos. En lo que se refiere a nuestra ciudad, Chimbote, son 3,769 los positivos, se han recuperado 278 y fallecido 365.ÂÂÂ Y todo ello, originado por un microorganismo que por su insignificante tamaño solo es visible al ojo humano mediante el microscopio electrónico. Recordemos que su tamaño oscila entre los 80 y 120 nanómetros, o lo que es lo mismo entre 0,08 y 0,12 micras. Para hacernos una idea de su tamaño, comparémoslo con el diámetro de un cabello (pelo) humano que tiene una medida aproximada de unas 50 micras y que es lo más pequeño que podemos ver a simple vista. Recordemos que el nanómetro y el micrómetro son unidades de medida un millón y mil veces, respectivamente, más pequeñas que el milímetro. Con estos todos estos datos aportados el lector podrá hacerse una idea de contra quién nos estamos enfrentando.
Mucho hemos hablado sobre algo que conocemos poco, por lo que es hora de hablar de lo que conocemos más: nuestro organismo.
El organismo humano tiene un sistema de defensa natural conocido como sistema inmunológico que es el que actúa cuando se ve atacado e invadido. De él dependemos en alto grado para no enfermar, pero que requiere unos cuidados y atenciones que todos deberíamos proporcionarle para que él, en reciprocidad nos proteja de los acosos, léase enfermedades que nos acechan.ÂÂÂ
Nuestro sistema inmunológico no tiene nada que envidiar al mejor sistema de seguridad existente. Su funcionamiento se puede comparar y sin duda superar al más complejo mecanismo que podamos imaginar, integrado por células y moléculas. Este sistema se divide según su funcionamiento diferenciado en dos: inmune innato e inmune adaptativo. El primero es el encargado de frenar a los invasores en cuanto ingresan, o sea, los detecta como sospechosos y los mantiene a raya hasta que se hace presente su colega el inmune adaptativo. Pero nos preguntaremos¿ cómo son mantenidos a raya? . Los virus son patógenos intracelulares, por lo que se reproducen y ocultan dentro de nuestras células, haciendo que este camuflaje dificulte su detección por el sistema inmune. Cuando nos infecta, se producen unas moléculas llamadas interferones que originan la activación de unas células llamadas Natural Killer (NK), que son las encargadas de “cargarse” las células infectadas, interrumpiendo la replicación vírica. Seguidamente empiezan a actuar otras células del sistema inmune innato, los macrófagos y las dentríticas que se “meriendan” los restos de células infectadas con el virus. Con esos restos del virus, expuestos en la superficie, las células se trasladan al bazo y los ganglios linfáticos donde los muestran a los “especialistas” : los linfocitos.
Existen dos tipos de linfocitos los llamados T y los B. Los primeros a su vez pueden ser también de dos tipos: los citotóxicos y los helper. Los primeros reconocen a las células infectadas y acaban con ellas y los segundos (helper) organizan la respuesta inmune, segregando una sustancia que activa y potencia bastante más a los anteriormente nombrados macrófagos, células NK y linfocitos citotóxicos. Al mismo tiempo también activan a los linfocitos B que son los encargados de producir los anticuerpos que al unirse con las proteínas del virus los neutralizan. Estos anticuerpos forman son lo que se llama el sistema inmune adaptativo que tiene una característica específica al guardar memoria de los patógenos que nos atacaron, o lo que es lo mismo, mantiene a todas las defensas específicas en guardia, para que en la próxima infección la respuesta sea rápida y eficaz, y de esta manera impedir que la enfermedad se desarrolle por segunda vez, o si fuera inevitable, ayudar a que sea más leve. La semana próxima continuaremos con las tormentas de citoquinas y los test.
Moraleja: el sistema inmune: máquina perfecta a la que hay que cuidar.
Así sea. El VIGÍA