Editorial

Editorial: ::: MOMENTO DECISIVO :::

El día de hoy martes no solo comenzamos un nuevo mes, el noveno del año, sino que en Chimbote ingresamos a una semana decisiva, quizás la más importante en este deslucido año que ha sido alterado por la pandemia del Covid 19.

Y decimos que ingresamos a una semana decisiva en razón que la Municipalidad Provincial del Santa debe ejecutar los acuerdos categóricos y de consenso de la sociedad civil para poner en marcha el inicio del proyecto de construcción del nuevo hospital El Progreso, un caro anhelo de miles de chimbotanos.

Debe hacerlo no solo porque es una obra de absoluta prioridad sino porque cuenta con el consenso de todos los sectores de la ciudad y porque tiene la obligación de imponer el principio de autoridad en una comunidad en donde muchos se han acostumbrado a hacer lo que se les viene en gana.

Para ello, la semana que pasó se han realizado hasta tres reuniones claves en la medida que fortalecen esa decisión conjunta de llevar adelante un proyecto que responde a una necesidad prioritaria en la población, más aun ahora que el sistema sanitario del país quedó en jaque ante la pandemia del covid 19.

Una de estas primeras reuniones que sostuvo el alcalde provincial fue con los dirigentes del barrio El Progreso y de los pueblos que se ubican en los alrededores de este sector, los cuales serán los directos beneficiarios de la construcción de un nuevo hospital de nivel en su comunidad. En la cita los dirigentes respaldaron la decisión del alcalde de disponer la reubicación de este centro de abastos.

La segunda tertulia fue del alcalde con los representantes de las principales instituciones de la localidad congregados en la denominada plataforma de defensa civil de la provincia, entre ellos el presidente de la Corte Superior del Santa, la presidenta de la Junta de Fiscales, el jefe de la División Policial, el Subprefecto de la provincia, la Comisionada de la Defensoría del Pueblo, entre otras reparticiones que conforman la sociedad civil en su conjunto, los cuales por unanimidad respaldaron al alcalde en su decisión de llevar adelante esta obra por encima de los intereses de un pequeño grupo de necios y testarudos comerciantes.

Finalmente, la tercera reunión fue con los altos funcionarios del PRONIS que llegaron a Chimbote, precisamente, para conocer como marchaban las gestiones del municipio para reubicar a los comerciantes, pues de no haber sido por la pandemia del Covid 19, están convencidos que ya para este tiempo los funcionarios deberían tener finiquitado este tema de la entrega de los terrenos.

En tal sentido, tanto funcionarios ediles como autoridades de la ciudad acordaron darse un plazo prudencial que vence este viernes 04 de setiembre para que la comuna provincial del Santa haya reubicado a los comerciantes y se encuentre en condiciones de poder hacer entrega de os terrenos a la responsable de los trabajos.

Sin embargo, ya no sabemos si el municipio pueda concretar el desalojo voluntario de los cientos de comerciantes de este centro de abastos por lo que la lógica indica que deberá apelar al concurso de la Policía Nacional, el servicio de seguridad ciudadana para que se lleve adelante este trabajo sin miramiento alguno, sin recelos de ningún lado en la medida que el alcalde ya ha hecho demasiado al mostrarse contemplativo con estos comerciantes.

El alcalde Roberto Briceño ha apelado a una conocida muletilla para describir el momento que atraviesa la comuna y es el relacionado a la firmeza de la decisión adoptada al sentenciar que el Hospital el Progreso se hace SI o SI, puesto que no caben medias tintas y ambos menos alguna mediación por una solución pacífico.

Lamentablemente se ha llegado a este punto por que los comerciantes así lo han querido, porque cuentan con dirigentes pertinaces que solo viven del conflicto y el escándalo y ello podría perjudicarlos seriamente, de allí que se ha formulado un llamado personal a la prudencia y que cada quien evalúe qué es lo mejor pues una negativa de aquellos solo motivaría a un desalojo con el uso de la fuerza que ya cuenta con el aval y la anuencia de la población en su conjunto. Más claro ni el agua.