El Ministerio de la Producción emitió la semana pasada una resolución ministerial mediante la cual ha variado los protocolos sanitarios que deben cumplirse en la reanudación de las faenas de pesca que debe registrarse en el curso de los próximos días, de acuerdo a todos los estimados.
El dispositivo de la autoridad de pesquería ha generado algunas reacciones en medios empresariales en la medida que ellos pretenden mantener el régimen que estuvo vigente en la primera temporada de pesca, a pesar que registró serios desbalances y fallas que motivaron el contagio de más de un centenar de hombres de mar.
Justamente, el hecho que a pesar de las pautas que siguieron las grandes empresas pesqueras para reiniciar las faenas extractivas, sometiendo a los pescadores a pruebas moleculares y confinándolos en un periodo de cuarentena razonable, se registraron casos de contagio que, lamentablemente, derivó en la muerte de más de una decena de hombres de mar.
Esto fue de dominio público y generó la protesta de los gremios de pescadores que habían advertido al portafolio de Pesquería sobre los riesgos que implicaba reiniciar la pesca industrial en medio de la pandemia y del incremento de contagios en su pico más elevado, empero, la estrategia sanitaria establecida lo permitía.
Los medios de comunicación propalaron los lamentables decesos de pescadores vulnerables que, a pesar de haberse sometido a los controles señalados, se contagiaron abordo y fueron desembarcados solo para que los internen en un hospital y dejen de existir.
Los empresarios no se detuvieron en su afán de seguir pescando y llenándose los bolsillos, la vida no importó nada en esta oportunidad, siendo uno de los afectados el dirigente del Sindicato de pescadores “José Olaya Balandra”, Hesler Meléndez Maza, quien falleció a consecuencia del virus el Covid 19.
Entonces, si los registros indicaban que algo había fallado en el régimen sanitario establecido en la primera temporada, era evidente que para esta segunda parte de la actividad pesquera se adopten correctivos, no se podían quedar de brazos cruzados el ministro y sus asesores porque nuevos casos de contagios y nuevos fallecidos serían de su absoluta responsabilidad.
Y es que, como lo dijimos en este mismo especio, mientras que los controles no queden a cargo de terceras personas, los problemas siempre se presentarán en las faenas de pesca, los resultados de las pruebas deben ser confiables y para que ello ocurra deben estar en manos de terceros y no de las propias empresas pesqueras.
Ese fue el gran error del Ministerio de las Producción en la primera temporada de pesca, pues debería haber sido un organismo del propio ejecutivo el que se encargue, con cargo al costo de las pruebas de las empresas pesqueras, de tomar las pruebas y quienes manejen los resultados y autoricen los zarpes, dejando de lado y exigiendo el confinamiento de aquellos que pudieran haber dado positivo.
Recordemos que los pescadores se embarcaron con la sola declaración del empresario sobre el resultado de las pruebas realizadas, entonces, si hubo casos de contagios abordo y se registraron muerte de pescadores es porque los resultados no fueron los más transparentes posibles.
Si esto no se ha corregido en los nuevos protocolos que ha establecido el Ministerio de la Producción, de nada valdrá el sacrificio de los pescadores que dejaron de existir en la primera temporada de pesca.
Hay que convenir que la actividad pesquera no puede detenerse, sin embargo, para que pueda operar deben estrenarse las medidas de prevención, esto es imperativo si se tiene en cuenta que las cifras de contagios y decesos no dice nada bien de los protocolos iniciales.
Esperemos que se proteja al pescador, que no solo se piense en las utilidades y la necesidad de realizar faenas extractivas sobre los cadáveres de los pescadores. Hay que tener un poco más de respeto por la vida de las personas.