El alcalde del distrito de Nepeña, Pedro Carranza López, no vaciló en desplazarse hasta el lecho del río Solivín, en su jurisdicción, ante el llamado de vecinos del centro poblado Solidex Bajo, quienes advertían que se había perjudicado seriamente los trabajos de defensas ribereñas que tanto esfuerzo costó que se realizaran.
Lo que se observó en el lugar son trabajos de instalación de tuberías que estaba realizando la empresa azucarera Agroindustrias San Jacinto, empero, quienes realizaron estos trabajos no vacilaron en romper las fortificaciones de roca al volteo que se había colocado como medio de defensa ribereña.
Lo más grave es que el burgomaestre fue informado que la empresa en mención no había solicitado permiso alguno para realizar los trabajos de cambio de tuberías, lo que agrava el accionar pernicioso que ha dejado como resultado los daños en una obra pública.
Se tiene que hacer la salvedad que la empresa no ha obrado de mala fe, asumimos que tiene la necesidad de implementar servicios para su actividad fabril y como tal invierte para implementarlo, empero, lo que no puede hacer es ejecutar obras sin que demande las licencias respectivas en la medida que, justamente, en ese interín es donde se detectan las inconveniencias que se presentan en un proyecto y se demandan las subsanaciones a efectos de evitar esto que ha sucedido en el río Solivín.
La alerta fue realizada por los moradores de Solidex que, con ocasión de los desbordes provocados por el Niño Costero, sufrieron serios embates de las aguas y fueron los que más insistieron en la ejecución de defensas ribereñas pues eran conscientes que son vulnerables ante los embates de la naturaleza.
De allí que se justifica su preocupación y el llamado que hicieron a las autoridades en razón que, antes que cualquier mejora o implementación, lo más importante es la seguridad y la integridad de las personas, en tal sentido, si se retiran las defensas ribereñas entienden que vuelven a ser vulnerables ante cualquier emergencia.
Esperemos que las autoridades demanden que se corrijan los daños que se han generado en las defensas ribereñas y que se apliquen las sanciones a las que hubiera lugar, pues no se justifica bajo ningún aspecto que una empresa cualquiera destruya una obra pública y menos aun que pretenda hacer lo que la gana se le da.
No solo se trata de defender el patrimonio público, hay aquí un tema de respeto a la autoridad que no puede ser avasallada.
NO DEBE GERMINAR
Los pobladores de la vecina provincia de Casma despertaron sobresaltados la semana pasada cuando tomaron conocimiento que en las paredes exteriores del hospital de Salud se habían efectuado pintas subversivas, las cuales correspondían a los símbolos y distintivos del MRTA.
Si bien es cierto el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru desapareció hace dos décadas atrás, no solo con la captura y el confinamiento de su líder Víctor Polay Campos, sino con la recuperación de la embajada de Japón que fue tomada por un grupo de comandos de esta agrupación subversiva encabezada por Néstor Serpa Cartolini, todos los cuales fueron abatidos por las fuerzas armadas.
Desde entonces no se tenía noticias de este Movimiento terrorista, sin embargo, con el curso de los años sus principales líderes fueron dejando los presidios y se teme que pueda existir una reorganización de sus huestes, por ello estas pintas en Casma ha puesto en alerta a los destacamentos de inteligencia de la Policía.
Puede tratarse, sin embargo, de una broma de mal gusto, empero, las autoridades deben investigar cómo es que aparecieron estas pintas y detengan a los que las hicieron, sean o no elementos subversivos, lo que no puede permitirse es que germine una semilla maligna que costó mucha sangre y dolor.