En menos de un mes, el promedio de fallecimientos que ha causado la pandemia del covid 19 en la región Ancash, ha subido de 14 a 20 víctimas por día. Estamos ante un incremento con caracteres propios de una tragedia cotidiana, que ya no puede pasar inadvertida. Tan solo en el hospital Regional de Chimbote, el número de pacientes que en este momento están batallando contra el virus, alcanza la cifra de ciento setenta.
En el preciso instante cuando estamos escribiendo estas líneas, nos llegó la confirmación de una noticia igual de alarmante. La capacidad de atención de todos los hospitales de la región ha colapsado por completo. Ya no hay disponibilidad de camas UCI y los pacientes graves tienen que acomodarse en los pasadizos, sentados en sillas de ruedas, enfrentando a como dé lugar las limitaciones del suministro de oxígeno.
Remitiéndonos a la realidad de los acontecimientos, no cabe duda que lo nuestro ya no es una emergencia pasajera sino una crisis sanitaria que requiere otro tipo de respuesta. A pesar de ello, en líneas generales, la población ancashina aún no accede al programa de vacunación, con excepción del personal médico y policial de primera línea.
En medio de este sombrío panorama, la Contraloría General de la República acaba de realizar una visita de inspección a las instalaciones del Hospital III de EsSalud de Chimbote, cuyas conclusiones han dado lugar a un Informe oficial igualmente inquietante. Según se lee en el documento, EsSalud no cuenta con un plan de contingencia para enfrentar una eventual ruptura de la cadena de frío. Médicos amigos, a quienes hemos consultado el significado de esta afirmación, sostienen que en el hospital del Seguro Social no existen equipos ni instalaciones capaces de garantizar el buen estado de conservación de las vacunas.
¿De qué serviría entonces que el gobierno central envíe un lote de vacunas para inmunizar a los miles de asegurados de la región Ancash, si no hay capacidad instalada dónde almacenar el medicamento?
El informe de Contraloría añade por otra parte que el Hospital III de EsSalud tampoco cuenta con un sistema de almacenamiento y eliminación final de residuos sólidos, que garantice el cumplimiento de las normas sanitarias. El mismo documento especifica que esa deficiencia puede generar el efecto denominado contaminación cruzada, es decir un mayor contagio del virus, además de impactar negativamente en el medio ambiente.
Coincidiendo con el tema, un comunicado emitido por la Oficina de Relaciones Institucionales de EsSalud, de fecha 04 de marzo del presente año, dio a conocer un cronograma de vacunación a los asegurados. La inmunización debió empezar el 05, vale decir al día siguiente, con los asegurados mayores de 80 años. Sin embargo, pese a las expectativas que despertó el anuncio, hasta el miércoles 31 de marzo, nadie daba razón de nada en esta institución.
La lucha contra la pandemia acaba un año y se puede decir que los ancashinos seguimos perdiendo la batalla. Las obras del Programa Construcción de Ambientes Complementarios que venía ejecutando el gobierno regional de Ancash en cinco hospitales de la jurisdicción, entre ellos el hospital regional de Chimbote, se encuentran paralizadas no se sabe hasta cuándo. ¿La causa? Las obras están siendo investigadas por la fiscalía al haberse detectado graves indicios de corrupción en su adjudicación y ejecución. Diríase que por obra del gobierno regional, los ancashinos nos hemos hecho un harakiri involuntario.
A estas alturas, nadie sabe a ciencia cierta si todavía estamos enfrentado la segunda ola o ya ingresamos a la tercera. En medio de la inclemencia de este oleaje, ya es hora que nos digan, también a ciencia cierta, cuando llegan las vacunas.