Opinión

“PERDIDOS COMO OVEJAS SIN PASTOR”

Mg. Miguel Koo Vargas (*)

Una semana más en la que el escenario político vuelve a remecer la estabilidad social, económica y emocional de tantos peruanos. La dinámica del dólar va en aumento desde que se confirmó la segunda vuelta entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori. Muchas inversiones están estancadas, y lo que está ocurriendo en el sector empresarial es que se ha ocasionado una fuga de capitales. Cuando la amenaza de un gobierno socialista está cada vez más cerca, los daños colaterales empiezan a ser más notorios. Este fin de semana salieron nuevas encuestas en las que colocaban a Castillo con una ventaja de hasta 20 puntos porcentuales por encima de Keiko. ¡Qué curioso que las mismas encuestas que no lo daban entre los primeros candidatos de la primera vuelta, ahora lo ponen a la cabeza!

Entre semana ocurrieron otros acontecimientos en los que algunos pensarán que no tienen ninguna conexión relevante con lo que estamos viviendo, pero lo cierto es que el despido de la directora periodística de Canal 4, Clara Elvira Ospina, por parte del Grupo El Comercio, confirma esta hipótesis que se conocía a vox populi, sobre una falta de imparcialidad y objetividad de ciertos medios con los gobiernos de turno. Todo esto inició desde el Gobierno de Humala, allá por el 2012, cuando Pedro Cateriano, ministro de Defensa de aquel entonces, dirigía a algunos miembros de la prensa a diestra y siniestra. Esto lo reveló la misma periodista Milagros Leiva, quien trabajaba en Canal N, bajo la dirección de Ospina. Luego Cateriano vuelve a ser convocado por Martín Vizcarra para ser su premier, aunque por poco tiempo. Tras el bochornoso destape en la que se vincula a Mávila Huertas realizando un aparente media training a Vizcarra en Palacio de Gobierno, no nos pueden quedar más dudas sobre este escandaloso favorecimiento de algunos medios con ciertos candidatos. El Comercio, a través de este despido, reconoce que su línea editorial ha perdido credibilidad, y no goza de la confianza de antaño, si es que la tuvo. En el caso de La República, las cosas fueron diferentes, pues votaron en contra del despido de Ospina, en la sesión de Directorio donde se tomó esta decisión. Al parecer, para ellos todo estaba conforme. Saquen ustedes mismos sus conclusiones.

Lo cierto es que, nuestras posibilidades de tener un país democrático y liberal, cada vez se van reduciendo. La amenaza que plantea Castillo con su modelo comunista es peor que lo que Chávez hizo con Venezuela. Las generaciones que no conocieron a Sendero Luminoso pueden pensar que todo esto se trata de una campaña de desprestigio o satanización hacia un “humilde profesor” como se ha venido posicionando en la población. Ese discurso romantizado de la izquierda socialista del que ya hemos hecho análisis en artículos anteriores, busca victimizar a un individuo que tiene vínculos directos con el Movadef de Abimael Guzmán, y que ha demostrado con evidencias concretas que va a expropiar las empresas privadas, modificar la Constitución, cerrar los fondos de pensiones y hará otros experimentos económicos que terminarán por devaluar nuestra moneda al extremo.

Los principales beneficiarios de esta situación son los senderistas encarcelados. Personajes como Abimael Guzmán y Antauro Humala serán indultados en un eventual gobierno de Castillo, y esto sí sería aventar al Perú por el precipicio. Ni las Fuerzas Armadas serán capaces de ayudarnos porque, sencillamente, a esas alturas del partido, ya estarán desarticuladas desde sus cúpulas directivas. Muchos generales y almirantes serán pasados al retiro, y simplemente serán reemplazados por gente de su confianza, colocadas a dedo.  La modificación de la Constitución que ellos plantean tiene como principal objetivo perpetrarse en el poder y convertir a nuestro país en un Estado dictatorial como la China comunista y revolucionaria de Mao Tse Tung.

El Perú se encuentra realmente en una posición profética, como lo narraba el evangelista San Mateo cuando Jesús, al bajar de la barca, vio a una multitud que se encontraba perdida como ovejas sin pastor. “Jesús, se compadeció de ellos y comenzó a enseñarles muchas cosas”, concluye el pasaje. Estamos tan perdidos y desorientados que ponemos nuestra fe en políticos, en el dinero, en el poder o en otros placebos mesiánicos que nos devuelvan la esperanza. Aún queda mucho pan por rebanar, previo a las elecciones del 6 de junio, pero debemos comprender, de una buena vez, que lo único que puede revertir esta situación es un milagro, y para ello debemos regresar a Dios, y ser instrumentos útiles en la concientización a los demás desde nuestras posiciones. No ignoremos la historia, ni los episodios tan crueles que enlutaron a nuestro país, ni tampoco seamos indiferentes a los auxilios que nos vienen del cielo.

(*) Asesor y analista

de comunicaciones