El último lunes ha prestado juramento el nuevo rector de la Universidad Nacional del Santa, Sixto Díaz Tello, en cumplimiento del acta de proclamación que expidió el comité electoral que llevó a cabo las elecciones universitarias y las cuales lo dieron como ganador al haberse presentado como lista única.
Junto a él prestaron juramento las nuevas autoridades elegidas también ese ese proceso, como son los decanos de cada una de las escuelas académicas y que forman parte del entorno del rector, muchos de los cuales ya estuvieron trabajando en el cargo.
Precisamente, esta ha sido la característica de este nuevo proceso eleccionario que se ha vivido en la primera universidad pública de Chimbote, es decir, la virtual ratificación de las autoridades que se establecieron en los primeros meses de este año luego que se realizaran comicios similares en aplicación de la nueva ley universitaria sancionada el año pasado.
Como se recuerda en esos primeros comicios fue elegido Sixto Díaz y asumió el cargo en medio de una polémica en la medida que la ex rectora América Odar desconoció el proceso eleccionario y recurrió a la vía judicial para demandar su nulidad, incluso, muchos deben recordar que una medida cautelar que lo dejaba sin efecto llegó a la hora undécima, cuando ya todo el proceso estaba en marcha y los estudiantes como docentes se negaron a detener esa maquinaria electoral que estrenaba una nueva primavera académica en el país.
Justamente, tras prestar juramento e instalarse en el, rectorado, el Poder Judicial sancionó en doble instancia que el proceso electoral había sido legalmente convocado, que se eligieron a los comités competentes y que los órganos de gobierno se instalaron atendiendo al mandato de la ley, empero, consideró que el proceso electoral en sí no se había realizado conforme a las normas y por ello ordenó que se declare nulo y se realice nuevamente subsanando los vicios que había detectado.
Es por ello que hace poco más de una semana se ha realizado nuevamente el proceso electoral, en cumplimiento del mandato judicial aunque, en esta oportunidad, con una lista única que encabezaba quien está al frente de la Universidad, es decir, del docente Sixto Díaz Tello que, aparentemente, no tiene oponente al interior de esta casa universitaria que no fuera otra que la ex rectora América Odar, quien declinó a postular en la medida que tiene otra visión respecto a la vigencia de su anterior mandato y sobre la aplicación de la nueva ley universitaria.
En efecto, la conocida y respetada docente, quien en su momento fuera elegida casi con voto unánime en la mencionada universidad, apostó por la vía judicial, presentó un recurso de agravio constitucional contra la decisión de la Sala Civil que ordenó convocar nuevas elecciones porque consideraba que la nulidad debería decretarse desde la raíz, es decir, desde la elección de las nuevas autoridades de gobierno, como el consejo y la asamblea universitaria y, consecuentemente, la convocatoria del primer proceso electoral.
Este recurso aún se encuentra pendiente de resolver, el Tribunal Constitucional no lo ha revisado aun, empero, en ese interín, ante una acción constitucional planteada por la desaparecida ANR en contra de la vigencia de la nueva ley universitaria, ese mismo colegiado constitucional sí ha fallado a principios de año y declaró infundado el recurso de los ex rectores, señalando que la ley tiene plena vigencia y debe aplicarse.
Fue este fallo el que permitió el ingreso del rector Sixto Díaz a las oficinas de la universidad que inicialmente las había encontrado cerradas, la ex rectora América Odar no opuso resistencia y decidió que las cosas marcharan sin que ello signifique renunciar a un derecho que ella considera que ha sido vulnerado, como el de desconocerle su condición de autoridad dentro del plazo que la ley le había autorizado, pues ella solo llegó a ejercer solo un año de los tres que señala la ley cuando las eligen en elecciones universitarias.
Lo curioso es que cuando se convoca al nuevo proceso electoral al interior de la UNS se dicta un nuevo fallo judicial en el Juzgado Mixto de Nuevo Chimbote, el magistrado Norman Tantas Saavedra, admite una medida cautelar planteada por los abogados de la ex rectora América Odar Rosario y dispone que la docente fuera reincorporada en su calidad de rectora de la mencionada casa universitaria.
Esta decisión no hace alusión alguna al nuevo proceso electoral que está en marcha y por ello la SUNEDU advierte que aquel no queda suspendido, sin embargo, tras su realización y el anuncio de los resultados que dieron como ganador a Sixto Díaz, como que era la lista única, se programó la juramentación de una manera veloz.
No se tomó en cuenta para nada la existencia de la resolución judicial, lo que es peor aún, el flamante rector ha calificado esta medida como “un proceso administrativo” y señala que ha apelado la decisión y por lo tanto no está obligado a acatarla hasta que se resuelva en instancia superior.
Esto solo demuestra una preocupante ignorancia por quien ostenta la máxima autoridad en una Universidad, una medida cautelar se tiene que ejecutar aun cuando se haya interpuesto un recurso de apelación, los abogados de la universidad lo deben haber advertido al rector, los representantes de la SUNEDU deben ser también conscientes de ello, por lo tanto, no había necesidad de acelerar los trámites y juramentar sobre la carrera, como queriendo eludir la intervención del poder judicial.
Ha obrado mal el rector Sixto Díaz al ignorar por completo la decisión de juez en el marco de una medida cautelar, no tenía motivo alguno para acelerar el cronograma de elecciones y de su instalación, debió esperar el pronunciamiento de la instancia superior como lo hizo en la primera oportunidad, cuando solo decidió ingresar y juramentar cuando el fallo de primera instancia fue resuelto por el superior.
Esta prisa perjudica, no permite que las autoridades de la UNS gocen de la legitimidad de la cual debe estar rodeado quien es electo en una justa democrática, más aun cuando la justicia considera, por el momento, que en el cargo debe estar otra persona y cuya presencia se deslindará en el fallo definitivo de la acción de amparo. El rector debe saber que “a misa no se va con prisa”, esperemos que estos nuevos conflictos no vuelvan a perjudicar la marcha académica de la masa estudiantil.