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JOSÉ ROMERO URBINA, EXALCALDE DE LA LOCALIDAD, AFIRMA: “MUNICIPALIDAD DE SAMANCO DEBERÍA RESCATAR COMPLEJO DE CASAMAR”

El veterano sindicalista José Romero Urbina recuerda claramente el terremoto de 1970 que asoló los pueblos de Ancash. También recuerda que ese año los pescadores miembros del sindicato que se quedaron en Samanco, gestionaron un proyecto de apoyo a la pesca artesanal aprovechando que el gobierno de Alemania invertiría en un complejo pesquero, a través del Ministerio de Pesquería, para el abastecimiento de los barcos de altura. La idea se concretó y se entró bajo el llamado esquema de Empresas de Propiedad Social, vigente en esos años. Con ello, se proyectaba formar 60 nuevas empresas y convertir a Samanco en una base de barcos de pesca de altura, naves factoría y naves nodriza.

Ahora lamenta que, con el gobierno de Alberto Fujimori, en 1990, se haya cambiado el proyecto y la construcción del complejo quedara paralizada: solo quedó el pabellón de frio, la planta de electrificación y algunos componentes que actualmente pertenecen a Casamar. Señala que todos los activos se malbaratearon y gran parte del terreno fue privatizado en medio de esa cuestionada práctica.

“En los 90 vendieron el complejo con el argumento de otorgarle mejor tecnología y crear más fuentes de trabajo. Contradictoriamente, los obreros que procesaban, fileteaban y descamaban el pescado, desaparecieron. En la privatización, Boluarte llegó como nuevo dueño del complejo. Nos cerró el pase a la playa, donde tradicionalmente realizábamos actividades, a pesar de que la totalidad del área en mención no le pertenecía”, reclama.

En ese sentido, Romero Urbina considera que el empresario pesquero incumplió la cláusula 13 del convenio de contrato de la desaparecida empresa estatal Pesca Perú que reconocía el derecho de acceso al mar y a ciertas instalaciones para los pescadores artesanales.

Precisa que firmaron un acta dejando sentado que, una vez concluido el complejo, les debían construir a los pescadores artesanales un varadero entre los dos enrocados colindantes con Casamar, así como un muelle artesanal en la zona conocida como El Blanco, a la izquierda del complejo pesquero. Pero también incumplieron y solo les hicieron una plataforma de descarga de recursos marinos, que fue entregada a las autoridades de turno.

“No cumplió con dar las facilidades de ingreso al muelle a los pescadores artesanales, tampoco cumplió con el pago de la privatización” señala mortificado Romero Urbina, pues considera que la oportunidad de mejorar la calidad de vida de los pescadores artesanales de Samanco se perdió con la venta del complejo a la administración Boluarte.

Larga fue la batalla de este exalcalde que tuvo dos periodos de gestión (de 1977 a 1978 y de 1990 a 1992). Incluso recuerda que cuando fue teniente gobernador recuperó en Casma unos motores que pertenecían al complejo pesquero samanqueño y alertó que había llegado ahí a través de una mafia que incluía a un gerente de Casamar, entre otros integrantes.

“Cuando nos cerraron el pase a la playa, tuvimos un juicio con Casamar por más de tres años. A las audiencias nunca se presentó Boluarte. Siempre mandaba representantes”, resalta.

Ante el incumplimiento, refiere que la Municipalidad de Samanco debe revertir y recuperar la administración del complejo pesquero de ese distrito, en beneficio de los pescadores artesanales, quienes hoy sufren las consecuencias de la recesión económica, la depredación, la contaminación y deben pagar cobros altos por descarga en el muelle.