¿El clamoroso fracaso o la mediocridad de dos gobernadores regionales para gerenciar y ejecutar el proyecto especial Chinecas es motivo suficiente como para renunciar a su manejo y esforzarse por hacerlo realidad?
¿Se justifica la reversión del Proyecto Chinecas por el hecho que existan tierras invadidas o porque hasta la fecha no existe una política honesta para defender los terrenos destinados a la agricultura?
¿Qué puede cambiar si se transfiere nuevamente la administración de Chinecas al poder ejecutivo? ¿Han olvidado nuestras autoridades provinciales que las razones fundamentales de la entrega del proyecto irrigador a la región fue, justamente, por la postergación del mismo por más de dos décadas a nivel del gobierno central y el clientelaje político? ¿Que podría cambiar ahora?
Hacemos estas interrogantes a propósito de la reunión que sostuvieron un grupo de autoridades provinciales con los congresistas que representan a la región Áncash a efectos de plantearles que se realicen gestiones a alto nivel con la finalidad que se transfiera la administración del proyecto especial Chimecas al Gobierno Central.
La Alcaldesa Provincial Victoria Espinoza García y algunos alcaldes distritales como de Santa, Moro, Nepeña y Jimbe, así como el presidente de la Cámara de Comercio y el decano del Colegio de Abogados del Santa, llegaron al palacio legislativo y se reunieron con los congresistas Ricardo Narváez Soto, Carlos Domínguez Herrera y María Melgarejo Páucar, así como con la Primera vicepresidenta del parlamento nacional Rosa María Bartra, a quienes solicitaron gestionar una reunión con el Presidente del consejo de Ministros, Fernando Zavala, con el mencionado objetivo.
“Necesitamos concretar esta reunión con el Premier y si es posible una cita con el presidente Pedro Pablo Kuczynski. Nosotros no estamos en contra de la necesidad de vivienda, pedimos a la población que necesite una vivienda que se inscriban, que vayan a las autoridades municipales provinciales, hagan el trámite de ley” fue lo que dijo la alcaldesa Victoria Espinoza García a los parlamentarios para sustentar las razones por las cuales demandan que retorne el proyecto Chinecas al Ejecutivo.
Sin embargo, esas son solo argumentaciones relacionadas con las invasiones, es decir, es un problema político y social que nada tiene que ver con la reversión de Chinecas al gobierno central, puede ser un factor que atenta contra la ejecución definitiva del proyecto irrigador pero no justifica las razones por las cuales debería dejarse sin efecto la transferencia de Chinecas que se hizo el año 2007.
En efecto, el problema de Chinecas es de gestión, la presencia en su Directorio y en el Gobierno regional de gente que no tiene la suficiente capacidad como para enrumbarlo por la senda que requiere para que pueda consolidarse en el tiempo y cumpla su objetivo de canalizar las aguas del río santa hasta Casma e incorporar a la agricultura miles de hectáreas que se encuentran disponibles para el desarrollo agroindustrial que garantice una alternativa económica para la Región.
Y es que Chinecas en manos de la Región tuvo el infortunio de haberse transferido cuando al frente del gobierno regional se encontraba un gobernador regional cuya gestión se caracterizó por la presencia de una red de corrupción que lo ha llevado, junto a sus principales ex funcionarios, al presidio, por lo que se entiende por qué no pudo avanzar ni siquiera un metro más.
Precisamente, el proyecto especial Chinecas se constituyó en fuente de escándalo para esa gestión, el clientelaje político, el contubernio y la colusión han sido lugares comunes en el período comprendido entre los años 2007 y 2014, existen muchos procesos penales en curso en los que se ventila el aprovechamiento de los recursos del proyecto irrigador que ilustran estos hechos, como el caso SISA, el alquiler y contratación de maquinaria, Cofi Master, solo por citar a algunos.
Luego, tras la caída de la red de corrupción, llegó a la administración regional el grupo político de Waldo Ríos Salcedo, cuya nefasta gestión no permite que la ejecución de Chinecas cuente con técnicos que garanticen su ejecución, basta recordar que en la primera etapa de la gestión de Enrique Vargas Barrenechea colocaron en la gerencia a un médico, para darnos una idea de quienes son los que manejan los intereses de la irrigación.
Con Waldo Ríos las cosas parecían que cambiarían cuando convocó en la gerencia a un técnico de primer nivel como Gastón Barúa Lecaros, empero, la infiltración política y la ambición de los “mosqueteros” del gobernador regional lo llevaron a alejarse porque convirtieron el proyecto irrigador en una entidad propicia para el aprovechamiento político.
Por ello es que el año pasado las principales autoridades y los titulares de las reparticiones de la sociedad civil de Chimbote se reunieron y acordaron demandar al Gobierno la creación de una autoridad autónoma integrada por colegios profesionales, municipios y el propio gobierno central para que encamine la marcha errática y perniciosa en la que desde ya se encontraba el proyecto irrigador.
Lamentablemente, en esa oportunidad no fueron escuchados y hoy el COPROSEC, organismo que congrega a las principales autoridades y representantes de la sociedad civil de la provincia del Santa, acordó formar mesas de trabajo a efectos de evaluar la posibilidad de demandar la reversión de Chinecas al Ejecutivo.
Este acuerdo se adoptó en el marco de los abiertos cuestionamientos al gobernador regional por permitir la transferencia de más de mil hectáreas de tierras de Chinecas para que se entreguen a los invasores, lo que ha exacerbado los ánimos de las autoridades locales y los lleva a sancionar esta clase de acuerdos.
Sin embargo, la devolución de Chinecas al Ejecutivo no es la solución, solo permitirá que los ancashinos tengamos menos posibilidades de reclamar su ejecución, solo permitirá que el clientelaje político cambie de grupo político. El problema son las autoridades regionales y ellas están allí solo porque los ancashinos los eligieron. Si es que se aspira a que otros manejen Chinecas que se cumpla el acuerdo de COPROSEC, que se abra el debate y se reciban las opiniones de los técnicos y conocedores del tema, sin apresuramientos porque al final “el remedio puede ser peor que la enfermedad”.