La verdad de la limpieza pública:
Haciendo carne de un sentimiento de impotencia que en este momento es compartido por toda la población chimbotana, el día lunes los niños de la institución educativa inicial N° 1546 del P.J. La Victoria, formaron una cadena humana en el frontis de su plantel para impedir que algunos vecinos y los mal llamados recicladores sigan arrojando basura en ese lugar. Hasta ese momento ninguna autoridad ni funcionario de la municipalidad provincial del Santa se daba por enterado de esta inaceptable situación.
Con carteles en mano en los que se podía leer “No arrojes basura, protege mi salud”, los menores lograron captar la inmediata atención de algunos medios de comunicación, entre ellos el Diario de Chimbote, generando asimismo en toda la ciudad una cadena de sensibilización y solidaridad que no se hizo esperar.
Desde luego, los niños de este plantel no son los únicos que sufren a diario este insoportable problema. Como lo hemos dado a conocer hace unos días, también lo padecen los alumnos del colegio Fe y Alegría y otros planteles que se ubican no solo en la zona urbana sino también en toda la periferie. Da la impresión que las autoridades responsables de la limpieza pública no tienen en cuenta que es ahí, en las aulas escolares, donde se siembra y fertiliza el hábito de la limpieza.
En un intento por dar la voz de alerta, el jueves 7 del presente mes el Órgano de Control Institucional (OCI) de la comuna provincial elevó un informe, que se supone llegó a manos del alcalde, donde se identifica serias deficiencias en la gestión del servicio de limpieza pública, las mismas que han sido tipificadas como “Situaciones Adversas”. Sin embargo, parece que las autoridades y funcionarios de la comuna están interesados en otros asuntos y no en la limpieza de la ciudad; de otra manera, el informe no hubiera caído en saco roto.
Una de las situaciones en las que hace hincapié el informe, confirma dramáticamente que el recojo de basura a cargo de la comuna provincial del Santa se realiza actualmente sin contar con un Plan de Rutas. Increíble. Pues sin ese plan, la población jamás podrá saber, con la exactitud que el caso requiere, qué días de la semana y en que horario los carros recolectores van a pasar por sus respectivos domicilios. No les queda otra cosa que arrojar la basura a la calle.
Otra observación da cuenta que la comuna no cumple con la obligación inherente de supervisar, fiscalizar y sancionar, según sea el caso, la actividad que realizan los llamados recicladores. Por si fuera poco, se desconoce cuántas de estas personas se hallan debidamente autorizados para desarrollar dicha labor. Da la impresión que cualquier persona puede convertirse en reciclador, sin más requisito que poseer un triciclo.
Por irónico que parezca, ante la falta de un plan de ruta por parte de la comuna, el plan de los tricicleros resulta ser una falsa y momentánea alternativa. En vez de solucionar el problema, más bien lo agudiza. Los cerros de basura, incluyendo desmonte, que se forman a diario a todo lo largo de la avenida Pardo y otros lugares del la ciudad, lo dice todo.
Por otro lado, el informe de la OCI también da cuenta que el personal municipal encargado del barrido de calles, recolección, transporte y disposición final de los residuos sólidos, carece de implementos de seguridad y protección personal. Eso es imperdonable. ¿Cómo esperar un trabajo eficiente de un personal mal equipado y, encima, mal protegido?
Finalmente, el informe denuncia que la municipalidad provincial del Santa no cuenta con un instrumento técnico que permita la recolección y disposición selectiva de más de 200 toneladas de residuos sólidos que diariamente van a parar al botadero. El informe sostiene que el plan de gestión de esta delicada actividad, está desactualizado; mejor dicho, no sirve para nada.
En el marco de este desolador panorama, sería imposible imaginar que el problema de la limpieza pública de Chimbote pueda solucionarse en los próximos días o semanas. La expectativa más optimista, apunta al inicio de una nueva gestión edil.
Mientras tanto, todo indica que la cadena formada por los niños de la institución educativa N° 1546 seguirá alargándose y que la limpieza pública de la ciudad se mantendrá al borde del colapso. Hasta hoy, más puede la basura.