Hace dos días, el martes 26 de la presente semana, todo estaba listo para que los funcionarios de la Autoridad Nacional del Agua, ANA, realicen una visita de inspección en el lugar donde el proyecto liberteño Chavimochic ha construido unilateralmente un dique en medio del cauce del río Santa con la clara intención de desviar un mayor volumen de agua hacia su bocatoma.
Previamente, la visita de inspección fue pactada ha pedido de la congresista Lady Camones, con el compromiso de que se realice en presencia de los representantes de las partes que se consideran directamente afectadas, esto es el proyecto especial Chinecas y la Junta de Usuarios del Valle de Santa.
Ello no obstante, faltando unas cuantas horas para el plazo fijado los funcionarios de ANA comunicaron a los interesados que la inspección se había diferido para el viernes 6 de mayo. A decir de los propios funcionarios, el motivo principal de la inesperada postergación fue el hecho de no haber recibido a tiempo el pago de sus viáticos y porque además en ese momento el ministro de Agricultura se encontraba en la ciudad del Cusco. Cuentos de ANA.
Hasta donde podemos conocer, el pago de viáticos para cualquier funcionario del estado no requiere la intervención de un ministro. Ese es un trámite de rutina que lo hace efectivo cualquier auxiliar del área de Tesorería, sin más autorización que la de su jefe inmediato. Claro que lo ideal hubiera sido que el ministro de agricultura también se hiciera presente a objeto de brindar una mayor relevancia a la visita de inspección, pero para eso están los técnicos que conocen la problemática y además están facultados para proponer, con toda la potestad que les asiste, las respectivas alternativas de solución.
El informe que puedan evacuar los funcionarios de la ANA, si se lo proponen, permitirá conocer quién o quiénes autorizaron la construcción del dique y si esta decisión está basada en un estudio hidráulico, aprobado por la autoridad correspondiente. Que sepamos el uso del agua no es de libre albedrío. Está basado en la necesidad de garantizar el aprovechamiento racional y equitativo de un recurso natural que cada día escasea más. Un aprovechamiento en cual no se permiten excesos ni afanes de acaparamiento.
Coincidiendo con la construcción del dique, el destrabe (la pronta ejecución) de la III etapa del proyecto Chavimochic ha dado lugar a una vasta campaña publicitaria que está difundiendo a nivel nacional. De acuerdo con dicha campaña, se van a incorporar 30 mil nuevas hectáreas dedicadas a la agroexportación, las mismas que van a generar 90 mil nuevos puestos de trabajo y 1,300 millones de dólares anuales por concepto de divisas; todo ello en el corto tiempo de 18 meses, es decir año y medio. Sin embargo, lo que no dice la campaña publicitaria es que este enorme beneficio se obtendrá gracias a una mayor captación de las aguas del río Santa, hecho que a su vez podría significar la estocada final del proyecto especial Chinecas. ¡Qué falta de consideración!
Pero si esta actitud desde ya deja mucho qué desear, la ingratitud de quienes representan a Ancash ha terminado por causar la más profunda decepción. Con la sola excepción de la congresista Lady Camones, quien ha puesto el pecho a falta de hombría, ningún otro congresista y menos el gobernador regional han tenido el coraje de salir en defensa de las aguas del río Santa que es el patrimonio natural más preciado de la región. Es evidente que para ellos nada está pasando y lo mejor que pueden hacer es refugiarse en el más recóndito silencio. Como lo bien dice el refrán, el que calla otorga. En todo caso, los cuentos de ANA lo dicen todo.