Editorial

LADY, PRESIDENTA

El martes de la presente semana, en un paréntesis en medio de la difícil coyuntura política, social y económica por la que viene atravesando el país, la joven congresista Lady Camones Soriano se convirtió en la primera mujer chimbotana en presidir el Congreso de la  República, históricamente considerado como el primer poder del Estado.

Las expectativas que han surgido en torno a esta elección son muchas y no es para menos. Abogada de profesión, con una trayectoria en el campo político relativamente corta pero al mismo tiempo intachable, la parlamentaria Lady Camones  es protagonista de un caso  muy significativo en nuestra política nacional. Su elección se produjo en una segunda vuelta, tras superar por veinte votos  a su contendor Esdras  Medina. Ya en la primera vuelta la joven parlamentaria había superado a otros dos destacados oponentes: Héctor Acuña Peralta y la ex fiscal de  la Nación Gladis Echaíz.

En su primer discurso ante la representación nacional, la flamante presidenta del Congreso ha sido muy precisa en puntualizar que su principal compromiso será fortalecer la labor del primer poder del estado en su lucha contra la corrupción “caiga quien caiga”. Ha reafirmado al respecto que, bajo su presidencia, el Congreso no va a obstruir la acción de la justicia bajo ninguna consideración o circunstancia y que, por el contrario, va a colaborar con el Ministerio Público y otras instituciones del Estado “para lograr los resultados que el país espera”.

El inicio de la gestión de Lady Camones (2022-2023) coincide precisamente con la agudización de una de las crisis políticas más aciagas que le ha tocado vivir al país en los últimos tiempos. Hasta este momento, el presidente de la República Pedro Castillo Terrones enfrenta cinco procesos de investigación por presuntos delitos de corrupción, abiertos por la Fiscalía de la Nación. Y la misma suerte corren varios de sus familiares más cercanos lo mismo que un ex ministro de estado y estrechos ex colaboradores del actual régimen, varios de los cuales aún permanecen en la clandestinidad. Esta es  una situación de por sí complicada y ya insostenible.

Frente a esta infausta circunstancia que no debería prolongarse un día más, el rol del congreso de la República está en primera línea para encontrar una salida correcta y evitar así que el poder se desborde o caiga en las garras del autoritarismo, como es el deseo inocultable de algunos resentidos políticos.

Para conseguir esta salida correcta, el Congreso tiene a su disposición  los mecanismos y procedimientos que la  Constitución  y el estado de derecho ha puesto en sus manos. Pues para el pueblo peruano, ha llegado la hora de aplicar esos mecanismos y procedimientos a fin de restablecer en el más breve plazo el orden y la tranquilidad que el país necesita. Imposible esperar más pérdida de tiempo.

Por todo lo que se ha visto en ocasiones exactamente similares, con presidentes descalificados moral y políticamente, se puede decir que el rol que la representación nacional le ha encargado a la congresista Lady Camones es realmente crucial. Cualquiera que sea el desenlace, lo que importa es que el Estado retome el camino  correcto sin apartarse del orden constitucional. Pero también es indispensable que el gobierno restablezca para sí los valores morales y el amor al Perú.

En ese menester, la gestión de la chimbotana Lady Camones Soriano será más que decisiva por lo que, a través de estas líneas, deseamos a la presidenta del Congreso el mejor de los éxitos en su elevada gestión.