Editorial

CHINECAS, SOLO QUEDA VOLVER A EMPEZAR

En declaraciones difundidas a través de su oficina de imagen, el gerente general del Proyecto de Irrigación Chinecas, Ing. Jeff Cárdenas Concha, ha sostenido que, a fin de acabar con la invasión y tráfico de las tierras de propiedad del proyecto, en los próximos días propondrá al Consejo  del Gobierno Regional de Ancash  la aprobación  de las bases para llevar a cabo  un proceso de subasta pública. Añadió que tan pronto como se obtenga dicha aprobación, se  procederá a convocar públicamente la subasta para que los inversionistas que lo deseen puedan participar en él.

Sabido es que no solamente en el caso de Chinecas, sino también de todos los proyectos nacionales de irrigación, la única forma de acceder a la propiedad de las tierras es a través de un proceso de subasta. Pero, hasta donde ha trascendido, eso es algo que la actual gestión regional, cuya labor concluirá el próximo 31 de diciembre, no ha realizado en los últimos cuatro años.

En adición a esta coyuntura, el gerente de Chinecas ha dicho que pondrá especial énfasis en llevar a cabo el proceso de saneamiento físico y legal de las tierras del proyecto ya que, como todo el mundo sabe, alrededor de tres mil hectáreas están en poder de invasores. ¿Se podrá hacer este saneamiento  en el  mes y medio que aún le queda a esta gestión?. Por más que suene a imposible, la verdad  es que todos quisiéramos que así sea.

Lamentablemente, existe el temor de que las buenas intenciones del gerente de Chinecas  colisionen frontalmente con el muro de una dura realidad. Nos referimos a las tierras de uso agrícola que durante más de veinte años se hallan en poder de invasores. Éstos han accedido a ellas acogiéndose indebidamente al supuesto  beneficio que le asiste a los “campesinos sin tierra” y licenciados de las fuerzas armadas, a quienes los propios funcionarios de Chinecas han permitido que ocupen cinco hectáreas cada uno, sin existir de por medio un proceso de subasta ni nada por el estilo. Hecho que ha dado lugar a un verdadero festín, con las consecuencias que ya todos conocemos.

A propósito, especialistas en derecho agrario han precisado que el beneficio de las cinco hectáreas  al que han apelado los invasores, solo es accesible en tierras eriazas de libre disponibilidad y de ninguna manera en proyectos de desarrollo nacional donde el estado ha realizado una inversión, ahí donde las tierras han adquirido un valor comercial y la única forma de acceder a ellas es otorgando el derecho de propiedad al mejor postor.

Bajo ningún procedimiento administrativo y menos jurídico, la ocupación por parte de los invasores ha podido ni podrá ser legalizada jamás.  Por jurisprudencia, eso daría pie para que la misma suerte amenace a los demás proyectos nacionales de irrigación y el gran objetivo de desarrollo económico a través de la agroexportación termine desnaturalizándose por completo.

Aún cuando el actual Consejo Regional apruebe las bases de una próxima subasta, no por eso podemos  confiar en que la totalidad de las tierras de Chinecas van a ser saneadas física y legalmente en menos de mes y medio. Así como están las cosas, eso es algo que solamente se podría lograr al término de un largo y engorroso proceso, algo así como tener que empezar de nuevo.