INFILTRACION
El último fin de semana un informe publicado en el Diario El Comercio no dejó de llamarnos la atención, con titulares que se insertaron en primera plana se estaba advirtiendo de una seria amenaza a la carretera panamericana Sur, en la región Arequipa como consecuencia de filtraciones de aguas. En la información se señalaba que el proyecto Majes que existe en la zona, un émulo de Chinecas, ha generado que el riego por aspersión que realizan los agricultores de la zona derive en filtraciones subterráneas que ha diezmado los terrenos aledaños, justamente una extensa franja de casi un kilómetro y medio que a lo largo de los años se ha deslizado generando una suerte de cráter que se encuentra a solo unos metros de la carretera Panamericana Sur. Si las autoridades no hacen nada la pista cederá y se cortará el tráfico vehicular. Este caso nos trajo a colación lo ocurrido en el distrito de Nuevo Chimbote, específicamente en la zona de Atahualpa en donde se registraron los problemas de la filtración generada por los agricultores informales de la zona alta de Nepeña, en el sector de la quebrada San Antonio, los cuales rompieron el canal, colocaron sifones y con el agua realizan acciones de regadío con la finalidad de acreditar que son agricultores y quedarse con los terrenos que han invadido. Si en Arequipa se afirma que el riego por aspersión de los agricultores se aprovecha en 80% del volumen de agua utilizada y que el restante, es decir el 20 % se va al subsuelo, ¿se imaginan lo que sucede en el distrito de Nuevo Chimbote? Ello porque aquí el riego informal no se hace per aspersión sino por gravedad, es decir, se arroja de manera descomunal el agua generando corrientes de ríos por el subsuelo que fueron a parar a la zona de Atahualpa. En aquella oportunidad, cuando el agua comenzó a inundar la panamericana y se temió lo peor, el proyecto Chinecas trabajó desesperadamente un dren que permitió que esas aguas de filtración se canalicen por debajo de la carretera y se deriven al mar. Hasta la fecha el problema se ha dejado de esta manera, mientras que ha aparecido otro cerca del aeropuerto, sin embargo, la amenaza sigue latente. Mientras que Chinecas no se ejecute y las tierras se entreguen a empresas o asociaciones que tengan capacidad de desarrollar proyectos agrarios en los cuales se imponga el riego por goteo la amenaza continuará, como ha ocurrido en Arequipa y como lo vivimos hace unos años atrás en Atahualpa.
CONFIADO
Lo que ha ocurrido la semana pasada con el ex decano del Colegio de Ingenieros, Hugo Rojas Rubio, puede ser solo un adelanto de lo que podría venir en caso se confirme la sentencia que ha dictado en su contra un Juzgado unipersonal de Chimbote. Como es de dominio público el ex decano fue condenado por delito de cohecho al haber sido hallado responsable de recibir una coima para direccionar un proceso de selección cuando se desempeñó como presidente del comité de adjudicaciones de la Universidad Nacional del Santa. La Juez le impuso cinco años de cárcel efectiva, empero, suspendió la ejecución de esta medida hasta que la Sala Superior de Apelaciones resuelva la natural impugnación que presente el sentenciado, como efectivamente ha ocurrido. Sin embargo, pese a que este mandato posterga cualquier medida de reclusión para el sentenciado, de manera sorpresiva la Policía lo capturó la semana pasada y lo trasladó a la carceleta judicial porque en el sistema de requisitorias aparecía una en su contra y relacionado con el mencionado proceso penal. Esto era absurdo porque la juez reservó la aplicación de la condena y la apelación ni siquiera se tramita por la huelga judicial, lo que quiere decir que alguien se había equivocado y, en efecto, se determinó que cuando se expidió un oficio para disponer el impedimento de salida del país, como si lo había ordenado la juez para garantizar la presencia del sentenciado en esta fase de impugnación y revisión del fallo, alguien escribió mal y colocó que se disponga su inmediata captura. La verdad es que el error le costó una noche en la carceleta al ex decano, empero, ya debe haber advertido lo que podría enfrentar en caso su impugnación no prospere.
OVALO
Los accidentes se siguen sucediendo unos tras otros en el Ovalo de Tortugas que ya es conocido como el Ovalo de la muerte. Las autoridades deben cambiar el libreto de evaluaciones, estudios, reuniones, como lo hacen hasta el momento para tomar medidas efectivas. Si existen fallas estructurales en su construcción que se corrijan, si tiene que destruirse que exijan al consorcio ejecutor que lo haga, lo que no se puede permitir es que mientras analizan el tema la gente se siga muriendo. Lo que es cierto es que allí hay una falla, no puede ser una mera coincidencia que los accidentes se registren unos tras otros.