La pregunta del millón:
Ante la avalancha de graves problemas creados por el Gobierno Regional de Ancash, con infinidad de expedientes técnicos pésimamente elaborados, obras que siguen siendo un sueño y proyectos de desarrollo imposibles de ser ejecutados, solo cabe plantearse una pregunta de cajón: ¿el gobierno regional es un facilitador o un obstáculo para el desarrollo de la región?.
De acuerdo con la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales, éstos tienen como principal objetivo organizar y conducir la gestión pública para lograr el desarrollo integral y sostenible de la región. Y añade que el eje principal de esta gestión son los sectores salud y educación. Hermosas palabras que, en el caso de Ancash, solo están escritas en el papel.
De acuerdo con las declaraciones recientemente ofrecidas por la vice gobernadora regional Angeli Epifanía Chávez, el expediente técnico para la construcción del nuevo local del Colegio Politécnico Nacional del Santa, por el que se pagó la suma de 840 mil soles, adolece nada menos que de sesenta observaciones, ninguna de las cuales sin embargo ha sido levantada por la empresa consultora que lo elaboró.
De acuerdo con dichas declaraciones, queda flotando en el ambiente la inquietud de saber si el gobierno regional hará valer su derecho a reclamo exigiendo a la empresa consultora el levantamiento de las observaciones o, en el mejor de los casos, la elaboración de un nuevo expediente. Sino ¿de qué capacidad de gestión se podría estar hablando?
Pero ahí no queda todo. Según añadió la vice gobernadora regional, la elaboración de dicho expediente técnico, que se entregó con un retraso de tres meses, también ha sido cancelada en su totalidad por el gobierno regional de Ancash, todo ello a pesar que este costoso documento no ha sido oficialmente aprobado. Quiere decir que se aceptó gato por liebre.
Si eso pasa en el sector educación, que se supone debe ser atendido con prioridad y esmero, es de imaginar lo que puede estar pasando con los demás sectores y proyectos que tiene en sus manos el gobierno regional de Ancash y que se mantienen estancados más de diez y hasta quince años.
Por ejemplo, si Chinecas hubiera continuado bajo la conducción del INDAE y el Terminal Portuario no se hubiera desligado de ENAPU, con toda seguridad otra sería en este momento la suerte de ambos proyectos de desarrollo.
Cabe preguntarse entonces ¿en qué nos beneficia el gobierno regional de Ancash? ¿Es un facilitador o un obstaculizador del desarrollo?.