Por: CESAR VILLON RUIZ (*)
En la vida hay dos motivos que nos separa para ser feliz, la tristeza y el dolor, en nuestras vidas por corta o larga la existencia, el secreto está en saber sonreír. El arte de vivir bien está en uno mismo; un hombre de talento en la soledad más absoluta, encuentra en sus propios pensamientos y su propia imaginación con que divertirse agradablemente, mientras que el ser limitado, por más que varie de fiestas, de espectáculos, de paseos y de diversiones, no llegará a sofocar el tedio que le atormenta.
Por eso querido lector por más difícil que sea nuestras circunstancias en nuestra vida, sonríe no dejes caer la sonrisa de tus labios, aunque tu corazón sangre, sonríe, aunque tu sonrisa sea triste, porque aún más triste que tu sonrisa triste seria la tristeza de no saber sonreír. Una sonrisa es un descanso para el fatigado, a la luz del día para el desalentado un rayo de sol para los tristes y el mejor antídoto de la naturaleza para la inquietud ¡sonríe!, pues las sonrisas son las flores del jardín del alma, acortan la distancia, suavizan las esperanzas y perfuman la vida.
No hay afecto más hermoso que sonreír; el gran privilegio que Dios a dado al hombre es el don de sonreír, solamente el hombre ríe en todos los géneros de animales que habitamos en nuestro planeta tierra. Hoy nos vemos tan preocupados por la situación social que estamos viviendo; cada día la vida va perdiendo la razón de nuestra existencia, dando a entender al Estado y las leyes en la vida, no vale nada, y todos vivimos al susto. Sonríe y si me ves … ríe, porque en algo tengo de payaso; nos damos a entender que no todos los humanos a excepción de algunos privilegiados llevamos la sonrisa a flor de labios, sonreír a alguien como queriendo hacer amigos a todos los que pasan por nuestro lado.
Querido lector la sonrisa debe empezar por casa en familia, al salir por algunos motivos por ejemplo al trabajo diario, no antes a cada uno, un beso y una sonrisa y la familia nos despedirá en coro, “Dios guie tu camino”. Si nos es difícil sonreír, y queremos reír a nuestras anchas asistamos a un circo, ahí los payasos nos harán reír a todos. No olvidemos querido lector que la risa es remedio para nuestra salud, es infalible en cada persona y feliz el hombre que sabe sonreír, porque con la sonrisa invitas a una buena amistad y despiertas en alegría a ese espíritu de un Lázaro dormido que hay en cada uno de nosotros.
El hombre que no sonríe es porque ha perdido la gracia de cuando éramos niños. El hombre que no sonríe es porque no a mirado la obra maestra de Leonardo Da Vinci la Divina “Gioconda”, hay palabras y decirlo, “Mirad cuán bueno y cuán delicioso en habitar los hermanos juntos en armonía y que la sonrisa sea a flor de labios”, y en sociedad “tan solo por la sonrisa puede el hombre llegar a tener amigos”. Aquí una perlita mía “para reírse solo, es haber sembrado ocurrencias en el transcurso de tu vida, y cuando de ellos te acuerdes, reirás sin que otro te haga reír. Después de sonreír, ríe que el momento sea un sosiego, ríe a estremacía que emocionalmente se convierta en una carcajada, donde tu cuerpo y alma volverá en éxtasis de que nuestra vida, quiere mucho, mucho de la risa. ¡Que viva la vida! ¡Ja,ja,ja,ja,ja! Y Dios nos bendiga y seamos felices.
(*) “BUSCANDO LA PAZ”