FOLKLORICO
Pensábamos que en el nuevo año 2017 las cosas cambiarían radicalmente en el gobierno regional de Ancash luego de los desastrosos resultados del último ejercicio anual y ante el discreto reingreso del chef Enrique Vargas a la gobernación regional. Sin embargo, todo indica que las cosas siguen igual o peor que antes pues el flamante gerente de Infraestructura del Gobierno Regional Felix Cauvi se ha quejado ante el gobernador regional que el funcionario que fue cesado en el cargo se niega dejarlo y le ha comunicado que el propio Vargas Barrenechea le ha informado que se mantenga en el puesto porque había cambiado de opinión y emitiría una nueva resolución en la que lo ratificaría. Aun cuando esto suene a chiste, la verdad es que está plasmado en documentos, el ingeniero Félix Cauvi, quien es un profesional de lata trayectoria y destacado en el campo de la gestión pública, llegó a Huaraz para asumir el cargo que le había confiado el gobernador y se encontró con el saliente funcionario Luis Ernesto León Pinedo quien se negó a dejar la oficina alegando que se mantendría al frente del mismo. En realidad cuando se produjo el cambio de Gobernador se entendía que los ex funcionarios designados por Waldo Ríos se nieguen a salir bajo cualquier pretexto, sin embargo, este funcionario de confianza del propio Vargas Barrenechea se ha mostrado rebelde a las propias decisiones del gobernador. Si lo que afirmaba era cierto, es decir, que el mismísimo Gobernador le había dicho que se había echado para atrás y lo ratificaría en el cargo, lo que creemos que es puro cuento, entonces tenía que haber entregado el cargo y esperar que se rectifique las resoluciones y lo repongan en el puesto, pero de ninguna manera puede venir a decir que esperen que ya sale otra resolución. Este solo hecho pinta de cuerpo entero lo que es la región Ancash, un organismo totalmente folklórico en donde los propios funcionarios se muestran rebeldes al gobernador que los eligió. No cabe duda que seguimos en las mismas.
IRREVERENCIA
Quien ejerce un cargo público o una especial investidura del estado, o quien lo ha ejercido y ha sido parte de la opinión pública, tiene que cuidar su imagen y sus actos en lugares públicos. De allí que hablar de un juez o ex Juez siendo intervenido por manejar en estado de ebriedad no solo es un hecho calificado como delito cuando el grado de alcohol supera la barrera mínima señalada por la ley, sino que atenta contra la propia imagen de la persona. Esto es lo que ha ocurrido con el ex vocal de la Sala Penal Liquidadora de la Corte Superior de Ancash, Juan Rodríguez Otero, quien en estos días había generado polémica en Huaraz al no haber sido ratificado en el cargo, y quien salió del anonimato por el hecho de haber formado sala en la condena de cinco años de cárcel efectiva que se impuso al ex gobernador regional Waldo Ríos Salcedo. Ocurre que Rodríguez Otero fue intervenido por la Policía cuando conducía en estado etílico en Huaraz y lejos de asumir sus culpas lo que hizo fue un escándalo que obligó a la Policía a convocar al Fiscal Luis Checa Mattos para que llame al orden al intervenido. Tal parece que después que le pasaron los humos del alcohol, el letrado entró en razones y muchas horas después fue puesto en libertad pero el trámite del proceso por delito de peligro común continuará. Cuando alguien tiene una imagen pública lo primero que debe hacer es cuidarla y no promover escándalos que lo único que consiguen no solo es empapelarlos ante las autoridades sino diezmar el concepto público que tiene la gente de esa persona.
DESGUARNECIDO
Todo indica que el Jefe de seguridad ciudadana de Nuevo Chimbote Carlos Robles Benites ha fracasado en su intento de reparar las unidades de serenazgo que están arrumadas en un Polideportivo pues la inseguridad crece y la falta de patrullaje es evidente en el cono sur. Y que lo digan los vecinos de Villa del Ingeniero, una urbanización próxima al municipio sureño en donde una banda de asaltantes que se movilizan en mototaxi está haciendo de las suyas en estas semanas. Asaltan a vecinos y transeúntes por las noches y están premunidos de armas de fuego. Anteanoche un joven apareció totalmente ensangrentado víctima de esta gavilla que no tiene reparos en cometer sus fechorías a pesar que a sólo unas cuadras se ubica la Comisaría de Buenos Aires. Si las cosas siguen así los propios vecinos tendrán que apelar a la justicia por mano propia pues se ven impotentes ante el accionar de la delincuencia y la falta de patrulla je policial y municipal. Esperemos que el alcalde llame al orden a sus serenos y procure la reparación de las unidades pues si en una urbanización tan céntrica y presuntamente segura pasa esto que podría suceder en sectores marginales y más alejados del distrito sureño.