Editorial

VERGÜENZA NACIONAL

Huaca San Pedro:

En un interesante informe  que hemos publicado en nuestra edición de ayer, el renombrado arqueólogo peruano Régulo Franco Jordán no ha encontrado mejor calificativo para referirse a la indiferencia de las autoridades  locales y regionales sobre el abandono del que es objeto  la Huaca San Pedro, que la contundente frase “es una vergüenza nacional”. Y razón no le falta.

Como resultado de todos los trabajos de investigación que se han realizado hasta el momento, se ha llegado a la conclusión que la Huaca San Pedro es un centro ceremonial de la cultura mochica, con una antigüedad estimada en 1,500 años. Y conforme lo ha precisado Régulo Franco, este milenario monumento histórico es contemporáneo y posee las mismas características arquitectónicas que la Huaca de la Luna y el admirable complejo arqueológico El Brujo, ambos ubicados en las inmediaciones de Moche. ¿Cómo es posible entonces que ninguna autoridad se interese por la conservación y puesta en valor de la Huaca San Pedro?.

Cabe tener en consideración que la presencia de la Huaca San Pedro es un libro abierto, aunque todavía inédito, con una información valiosa y fidedigna acerca de los orígenes de Chimbote. La huaca y quienes la construyeron han sido testigos de lo que fue Chimbote hace  mil quinientos años, incluso antes de la llegada de los incas y los españoles. Hasta donde se ha podido comprobar fehacientemente, los chimbotanos de esa época  vivieron de la pesca y la agricultura y es posible que todo lo que captaron a su alrededor debe estar graficado en las paredes, en la cerámica y en otros vestigios que aún yacen bajo tierra.

Pero como bien lo ha hecho notar el arqueólogo Régulo  Franco, resulta aberrante, por decir lo menos, que hace alrededor de cuarenta años un alcalde provincial autorizó la construcción de un complejo deportivo, con tribunas de cemento, en la misma cima de la huaca; algo así como construir una discoteca en el templo principal de Machu Picchu. Un crimen contra el patrimonio cultural.

Por fortuna, debido a la vergüenza que produjo ante la opinión pública nacional, esta construcción deportiva tuvo que ser demolida ya que de lo contrario la huaca San Pedro no hubiera podido ser declarada Patrimonio Cultural de la Nación, como sucedió el 17 de mayo del año 2000.

Pero a pesar de la declaración, veintitrés años después la destrucción y el descuido se mantienen. De nada vale la invocación de historiadores y promotores culturales que reclaman la protección y puesta en valor de este patrimonio. Hablar de la huaca San Pedro con las autoridades, es hablar con la pared. Ni el gobierno regional,  ni la comuna provincial, que están en la obligación de manifestarse, dicen nada sobre el particular. En su agenda figuran obras millonarias de ladrillo y cemento, pero no obras culturales.

En una comprensible manera de llamar la atención y tal como se puede ver en el informe publicado ayer, en su reciente visita a Chimbote el arqueólogo Régulo Franco no tuvo mejor idea que hacerse fotografiar junto a un cúmulo de bolsas de basura apiladas al pie de este monumento arqueológico. A no dudarlo, ese es el mejor testimonio de la vergüenza que el descuido de la Huaca representa para Chimbote ante la opinión pública nacional. Por cierto, imperdonable.