Editorial

MOUNSTRUOS AL ACECHO

En menos de una semana, la Unidad especializada de Trata de Personas de la Policía Nacional ha capturado a dos sujetos que se encontraban dentro de centros de hospedajes con menores de edad a las cuales no solo pretendían explotar sino que su objetivo mediato era ultrajarlas sexualmente.

Se trata de individuos que, presuntamente, integran redes de pederastas que suelen intercambiarse y enviar fotografías e imágenes de menores de edad totalmente desnudas y en posiciones explícitas, las cuales consiguen luego de engañarlas y de persuadirlas con una serie de ofrecimientos y regalos.

Estos miserables se aprovechan de las ventajas que ofrecen las redes sociales para contactarlas, a través del Facebook en los cuales primero se identifican con nombres falsos y hasta asumen identidades de mujeres con la finalidad de ganarse la confianza de las menores de edad.

El primer caso se registró en un hostal de la cuarta cuadra del jirón Tumbes, en el Centro de Chimbote, en donde el personal detuvo al sujeto cuando pretendía abusar de la menor, intervención que se realizó en el marco de una celada que se había realizado luego que recibieron la denuncia de la madre de la menor y decidieran aceptar la cita para seguir al maleante.

El sujeto identificado como Kenny Ronald Albrichet Tejada, de 33 años de edad, es un soldador, engañaba a la menor con ofrecimientos de trabajo y de llevarla a la ciudad de Trujillo pero para ello necesitaba tomarle fotografías, de esta manera la pudo convencer para que hagan una cita y la lleve sin inconvenientes a un hostal en donde pensaba consumar sus bajos instintos.

El segundo caso se presentó el último jueves, cuando se detuvo a un sujeto que había metido a un hostal del P.J. Miraflores a una menor de 15 años de edad con los mismos y protervos objetivos, la convenció para tomarle fotografías y pretendía violarla para luego ofrecer esas imágenes a perversos que pagan por verlas.

En este segundo caso el detenido identificado como Franco Joffre Bernabé Aguilar de 27 años de edad, hizo el contacto por la misma red social del Facebook, había falseado su identidad y poco a poco fue ganándose la confianza de la menor a la que ofrecía regalos y oportunidades de trabajo.

Lo importante en estos dos casos es la intervención de las madres de las dos menores de edad, fueron ellas las que sospecharon de los contactos virtuales que tenían sus hijas y las que denunciaron los hechos ante la Policía al conocer el acoso que estaban padeciendo las niñas por parte de estos depravados sujetos.

Gracias a esa información es que la Unidad de Trata de Personas pudo planificar sendas celadas a efectos de sorprender a estos perversos individuos y los ha capturado virtualmente “in fraganti”, cuando se aprestaban a abusar sexualmente de las menores en los centros de hospedaje a las cuales las trasladaban.

Sin embargo, pese a que estos sujetos deberían ser sometidos a un proceso inmediato en la medida que fueron detenidos en delito flagrante, la Fiscalía y la Policía no han solicitado ese procedimiento porque entienden que en estos casos debe investigarse exhaustivamente las vinculaciones de estos maleantes, se trata de gente que no actúa sola y que cuenta con contactos a los cuales les ofrecen y negocian el sucio material que consiguen explotando a las menores.

De allí que es imperativo que en el marco de la investigación que inicia el Ministerio Público se deben analizar los equipos celulares y las computadoras de los individuos, allí no solo existe el material fotográfico y visual que han obtenido en todos estos años en su inicua actividad, sino muchos nombres y direcciones de individuos que están vinculados a estas redes de pederastas y hasta los depravados clientes que pagan por ver las imágenes que trafican estos enfermos sexuales.

Esta pesquisa es clave y fundamental, de ella dependerá que se puedan seguir las huellas de la posible existencia de toda una organización que se dedica a la trata de personas, esta clase de negocios genera pingües ganancias, por ello se ha advertido que no solo es una actividad en la que recalan gente sin oficio ni beneficio sino hasta profesionales como el caso de Bernabé Aguilar que es ingeniero electrónico, por lo que se debe considerar que la ambición por el dinero es capaz de involucrar a gente preparada pero sin valores en esta actividad delincuencial.

Si la memoria no nos traiciona ya han transcurrido varios años desde que la Policía de Chimbote no interviene y detecta a estos monstruos que pertenecen a redes de pedófilos y pederastas, desviados sexuales que se lucran con imágenes explicitas de menores de edad y ellas se obtienen de esta manera, engañando a las niñas, ofreciéndole toda clase de regalos y hasta amenazándolas, pero llevándolas a lugares reservados en donde las fotografían y terminan abusando de ellas.

Por ello es que el Jefe de la Región Policial General Juan Gálvez Escalante hizo una pública exhortación a los padres de familia para que tengan más confianza y comunicación con sus hijos, especialmente cuando se trata de adolescentes que muchas veces no son capaces de discernir el peligro cuando existe a raudales en las redes sociales, en los famosos contactos en los que se infiltran toda clase de depravados que está en busca de víctimas inocentes y candorosas.

Esperemos que las pesquisas que ha iniciado la Policía con la captura de estos dos maleantes rindan sus frutos en los que se refiere a la identificación de todos aquellos que promueven e incentivan esta clase de actividades delictivas, que se identifiquen a los contactos y los denuncien para que les caiga todo el peso de la ley.

Lo que no debe soslayarse es que en nuestra ciudad existen organizaciones y mafias dedicadas a la explotación de niñas y mujeres, redes de pedófilos y pederastas que han diseminado en las calles a monstruos al acecho, sujetos pervertidos que buscan a niñas inocentes que caen fácilmente en sus garras por los ofrecimientos, regalos y prebendas de toda clase. Los padres de familia son los llamados a constituirse en una barrera infranqueable para detener esta actividad y para descubrir a los maleantes, como ha ocurrido en estos dos últimos casos.