Editorial

Editorial: ::: DESALMADO ABANDONO :::

Mientras que cientos de personas buscan la manera de hallar alguna ambulancia que permita el traslado de sus familiares hacia un centro asistencial, uno de estos vehículos de propiedad del Gobierno Regional de Áncash fue hallado totalmenbte chocado y abandonado en un taller de mecánica de nuestra ciudad.

Este escandaloso hecho se registró la semana pasada luego que funcionarios de la Red de salud Pacífico Norte, que administra los hospitales y postas de salud de Chimbote y Pallasca, fueron alertados a través de una llamada telefónica que la ambulancia de la posta de Salud de Tauca estaba abandonada en un Taller.

De inmediato los funcionarios, encabezados por  el asesor legal externo Leonardo Allende Moquillaza, se dirigieron a la novena cuadra de la avenida Meiggs, exactamente en el taller de Mecánica “Marcelo”, en donde efectivamente encontraron la ambulancia que se hallaba totalmente deteriorada y en mal estado.

Para su sorpresa, el propietario del taller les indicó que esta ambulancia fue dejada en ese lugar por ex funcionarios de la Red Pacífico Norte y por la propia ex Directora María Díaz Gil, quien le pidió que interne el vehículo para su reparación.

El dueño del taller desconoce dónde y en qué circunstancias se produjo el accidente de la ambulancia, solo mencionó que la funcionaria le pidió que recogiera el vehículo que se encontraba en los talleres de la empresa Nissan, en nuestra localidad, en donde tuvo que pagar de su peculio poco más de 700 soles para poder retirarla.

Este hecho ocurrió en diciembre del año 2012, es decir, más de tres años atrás y nadie conocía que es lo que pasó con esta ambulancia, ni siquiera en la propia entidad de salud sabían de este hecho porque, al parecer, fue ocultado por los principales ex funcionarios de esta entidad.

Lo extraño es que nadie se percató de la ausencia de esta ambulancia, por lo menos los propios servidores de la Posta de salud de Tauca no expresaron su disconformidad por este hecho, no existe documento alguno en el que se haya reclamado por el vehículo, de allí que si no fuera por la llamada telefónica seguramente hasta el momento nadie sabría nada de lo que ha ocurrido con esta unidad de asistencia médica.

Este vehículo es uno de los más de cien que compró el gobierno regional de Áncash en la gestión del hoy encarcelado Cesar Álvarez Aguilar, una adquisición que no solo generó polémica sino que llegó a los estrados judiciales porque se puso en evidencia una escandalosa sobrevalorización de los vehículos.

Aquella denuncia fue investigada por la fiscalía anticorrupción de Huaraz, se detectaron una serie de hechos que pusieron de manifiesto que se compraron vehículos que fueron ensamblados como ambulancia, es decir, que se trataba de camionetas que fueron acondicionadas para ser utilizadas como unidades de asistencia médica.

Partiendo de ese solo hecho se advirtió que se inflaron los costos de manera intencional, las pericias mecánicas realizadas por profesionales establecieron una serie de irregularidades y el propio fiscal dispuso en determinado momento la inmovilización de las unidades cuando estaban aún en la sede regional del campamento de Vichay.

Por ello es que apenas unos meses después estas ambulancias comenzaron a sufrir una serie de desperfectos, especialmente aquellas que fueron llevadas a la zona sierra de la región porque no eran vehículos que estaban adaptados y acondicionados para carreteras escarpadas, de allí que se avizoraba una compra escandalosa que generaba un serio perjuicio al erario regional.

Sin embargo, muchas de ellas siguieron al servicio de los pacientes, una de las cuales era la ambulancia de Tauca, aunque nadie conocía exactamente su paradero y menos sospechaban que estaba deteriorada y abandonada en un taller particular de Chimbote.

Si partimos del solo hecho que la ambulancia se internó en medio de un sigiloso despliegue de los ex funcionario de la Red Pacifico Norte, ello quiere decir que los daños que presenta no fueron consecuencia de algún accidente cuando el vehículo estaba en una comisión de servicio, sino que fue exactamente todo lo contrario y por algo es que ocultaron los hechos y no lo comunicaron a nadie que no fuera del entorno de la ex directora María Díaz Gil.

El propietario del taller ha señalado a los funcionarios de la Red Pacífico que fue la propia ex directora María Díaz quien le pidió que se encargue de guardar el vehículo para su reparación, sin embargo, pese a que transcurrieron más de tres años, nadie retornó para cotizar los gastos que requería dicha unidad.

Por ello es que después de tanto tiempo ahora el dueño del taller reclama el pago de poco más de 9 mil soles por concepto de almacenaje del dicho vehículo, alega que en todo este tiempo ha ocupado una parte de su establecimiento y eso le generó gastos que deben ser resarcidos por la entidad de salud aun cuando ya no se encuentren al frente los funcionarios que le encargaron el vehículo.

El actual director de la Red Pacífico Norte confirmó un día después que procederán a denunciar penalmente a la ex directora de esta entidad, María Díaz Gil, así como a los ex funcionarios que resulten responsables porque es un delito haber ocultado el paradero de la ambulancia totalmente chocada y haber permitido que este bien público se deteriore al extremo que, aparentemente, ha quedado inutilizada.

No queda otro camino, un hecho de estas características, que no solo pone de manifiesto la desidia, negligencia e indiferencia de ex funcionarios que no se preocuparon de cuidar el patrimonio de su institución, es un caso que amerita un castigo ejemplar.

Nos imaginamos que en el marco de estas pesquisas los investigados señalarán los alcances del accidente que sufrió esta ambulancia y las razones por las cuales fue dejada en esas condiciones sin que se haya comunicado su paradero, por lo que estamos ante un  desalmado abandono de una unidad vehicular que debería estar prestando servicios a los miles de pacientes que buscan afanosamente una ambulancia para trasladarse o cuando se presenta una emergencia. Esto no puede quedar impune.