Opinión

VIEJA MAÑA

Dr. Jorge Ramal Niquén.

Es probable que eso haya sucedido, pero cuando el rió trae piedras algo de verdad hay. Un huayco probablemente, como probablemente haya ocurrido con la interferencia telefónica captada en el monitor de mi computador; el ciberespacio tiene sus rarezas e incógnitas.
La conversación amical traducida por mi como señales binarias, provenían de un partido político que identifiqué bien y por eso lo pinté de cuerpo entero.

– ¡Son electoreros y eso no ha cambiado, más se resisten a morir a pesar que ya agonizaban!, pensé ante lo que iba descubriendo… ¡Seguramente desató un escándalo cuando se supo en su cúpula partidaria, pero se comieron los sapos y prefirieron entablar la repartija!, concluí…
El Chef, decía, que le sacarían todos sus anticuchos si aceptaba ser candidato; se había negado.

– ¡Es un Cobarde y tacaño!, exclamé, pudo haber tenido buena suerte con poca inversión en campaña; es un Outsider nato. Ni siquiera quería ser Congresista invitado.

 “En nuestra cantera ninguno saca votos, no hay carisma ni rollo que mostrar y eso no se encuentra en la esquina, pero por suerte hemos encontrado al tonto, al ideal para pasar la valla y salir de congresistas nosotros; más o menos tiene el perfil y se cree inteligente, y aunque parece extranjero, detalloso, sabe esconder muy bien su soberbia”, contestaba del otro lado. Y su voz me parecía conocida; era el llamado Pájaro Cocho mal agüero porque mató prematuramente: “El Presidente Pan y Agua ha muerto”, dijo en el Hemiciclo Parlamentario pasado; sin embargo, aquél presidente solo estaba reposando en una clínica. Y agregó: “¡Qué te parece!, hemos convocado a un ex Aprista que se muere de ganas por postular para sacarse el clavo de la alcaldía, que por demás, tiene algo de floro y un mensaje que empalaga y engatusa fácilmente al Populorum, un derechista de la banca mundial con rollo nacionalista, que lo copió del líder de su ex partido en el 2006, un César peruano en potencia para ver si levantamos”.

Lamentablemente algo interrumpió esa señal anómala y ya no pude enterarme más; el Chicle se estaba poniendo caliente. Sin embargo, espero que otra vez vuelva a ocurrir.