Editorial

Editorial: ::: PELIGROSA MODIFICACION :::

Para garantizar el desarrollo y crecimiento urbano de las ciudades se requiere de un conjunto de normas y directivas que están llamadas a regular las edificaciones, ampliaciones, áreas verdes, zonas de servicios públicos, etc.

Se trata del Plan de Desarrollo Urbano que requiere toda gran ciudad para ordenar el crecimiento de sus áreas de expansión y para la señalización de las áreas destinadas a determinadas actividades, sin este instrumento es difícil que una comunidad pueda desarrollarse con orden.

Por ello es que nos ha llamado poderosamente la atención que el regidor de la Municipalidad Provincial del Santa, Alejandro Carrera Soria, quien es conocido arquitecto de la ciudad, haya calificado el Plan de Desarrollo Urbano modificado el año 2014 como una verdadera estafa para la ciudad.

El mencionado profesional ha señalado, entre otras cosas, que este plan de desarrollo urbano trabajado durante la anterior gestión del ex alcalde Luis Arroyo Rojas, es un verdadero mamarracho que solo alienta la confusión, a tal extremo que advirtió que si alguien quiere construir su casa a lo mejor no recibe la autorización del Municipio porque su terreno se encontrará en un área verde y no en zona residencial como le corresponde.

“En Nuevo Chimbote hay un desorden total, incluso en la avenida Meiggs solo han contemplado zonas comerciales y de las zonas industriales, cuál es la propuesta, no hay nada al respecto. Han mezclado zonas recreativas con salud, es un enorme problema lo que está ocasionando el nuevo plan que alienta al desorden” fueron las palabras textuales que proporcionó a la prensa el concejal revelando una seria problemática que, al parecer, no se le ha otorgado la real importancia que tiene.

Y es que un hecho de esta naturaleza tiene muchas implicancias, comenzando por el hecho que se ha invertido una millonaria suma de dinero para que se elabore un plan que no sirve para nada, que solo ha contribuido a desordenar lo que estaba ordenado y que, aparentemente se hizo con algún objetivo específico.

A decir del regidor se ha pagado más de un millón de nuevos soles al equipo de personas que ha llevado adelante este trabajo, lo que quiere decir que existen instancias de control que deberían intervenir y denunciar si es que las circunstancias que así lo ameritan.

Pero lo que no puede dejar de preocupar es como queda la ciudad con un Plan de Desarrollo que a decir del regidor de la especialidad no sirve para nada, mas aun cuando en su debida oportunidad cuestionamos el hecho que se haya elaborado un nuevo documento unos diez o quince años después que se había actualizado.

En efecto, muchos chimbotanos antiguos deben recordar que Chimbote se forjó y creció de la mano con el Plan de Desarrollo urbano elaborado por la recordada urbanizadora de Chimbote, en la década del sesenta se planificó el crecimiento urbanístico e industrial de la ciudad, se señalaron y establecieron las zonas en donde debería crecer la ciudad tanto por el norte como por el sur y una zona industrial que está ubicada en el 27 de octubre.

Ese plan de desarrollo urbano que fue la carta que reguló el crecimiento de la ciudad durante muchos años debió ser actualizado y mejorado en la década del 2000, cuando ya se habían registrado una serie de cambios en lo que representa la explosión demográfica de la ciudad y por ello la Municipalidad Provincial del Santa interesó a los técnicos del INADUR, el Instituto Nacional de Desarrollo Urbano, para que apoyen la labor que emprendieron profesionales contratados con este motivo.

En aquella oportunidad se realizó un trabajo netamente profesional, se corrigieron todos aquellos vacíos que existían desde que se realizó la primera carta urbanística de la ciudad y se establecieron las pautas para las futuras disposiciones de desarrollo urbanístico de la ciudad, se dejó un trabajo considerado en su momento como impecable, más aun cuando habían contribuido en este documento personal especializado del propio gobierno nacional.

Por ello es que extrañó sobremanera que de la noche a la mañana, el año 2014 la misma Municipalidad Provincial del Santa haya dispuesto un nuevo trabajo de modificaciones al plan de desarrollo urbano y lo hizo, aparentemente, sin que se disponga alguna mecánica de fiscalización.

Aun cuando nada pudo ser materia de verificación efectiva en ese momento, se dijo que el objetivo de los funcionarios ediles en aquella época, hablamos de dos o tres años atrás, fue excluir las zonas de protección ecológica sobre las cuales reposan los terrenos en los que se ha levantado en Mercado La Perla y el centro comercial megaplaza, de tal manera que puedan tener otra calificación en materia urbanística.

Esto tendría mucho que ver con la promesa que se hizo a los comerciantes de este centro de abastos para evitar que fueran desalojados de este terreno aun cuando fueran propietarios del mismo, empero, esa maniobra no pudo librarlos de las medidas emprendidas para la demolición de aquellos puestos que se edificaron sin tener autorización o licencia de construcción porque sencillamente es imposible extenderlas para un terreno de esa naturaleza.

Este definitivamente es otro problema que nadie entiende cómo es que la comuna provincial no finiquita de una buena vez a pesar que le corresponde ejecutarlo a través de su área de ejecución coactiva, empero, al margen de ello están los cambios que se contrabandearon en el Plan de Desarrollo Urbano.

La pública revelación que ha formulado el regidor Carrera Soria, quien ha admitido que viene trabajando con un grupo de estudiantes universitarios en los correctivos a los horrores y errores detectados en las modificaciones introducidas el año 2014, ello no debe impedir la necesaria investigación que amerita un  hecho como éste.

Hay que tener en cuenta que una corporación edil no toma acuerdos o dicta medidas sin que exista un órgano de control de por medio y en tal sentido, se debe comprender a quienes estaban llamados a fiscalizar este pésimo trabajo y también se hicieron de la vista gorda. Si la peligrosa modificación tuvo un objetivo político debe investigarse y sancionarse, no puede quedar simple y llanamente como una anécdota.