Editorial

Editorial: ::: SON OTROS TIEMPOS :::

“Aquí no hay cabida para los políticos, SEDACHIMBOTE es una empresa que se debe manejar técnicamente y así como hemos convocado a concurso para designar al nuevo jefe de logística, igual se convocará a concurso para elegir al nuevo gerente. Si esta empresa no se maneja técnicamente, no lograremos salir adelante, no permitiremos injerencia política”.

Con estas palabras el designado Presidente del Directorio de Sedachimbote, Ingeniero César Calderón López, puso punto final a la polémica que se ha generado por la pretensión del alcalde provincial Julio Cortéz Rojas de imponer los nombramientos al interior de la empresa y presionar, por todos lados, para que se designe como titular del organismo que dirige al representante de los accionistas, cuando ahora la ley ya no les permite tomar decisiones que solo competen al directorio.

Todo ello se generó a propósito de la sesión de directorio realizada el pasado martes 26 de abril para elegir a su nuevo presidente y para cumplir con los requerimientos del Organismo Técnico de la Administración de Servicios de Saneamiento (OTASS) que una semana antes había anulado la sesión anterior debido a un craso error al permitirse la intervención de la ex directora Liliana Otero Salinas a pesar que ya había renunciado.

Los directores se reunieron nuevamente y salvaron las nulidades para ratificar los acuerdos anteriores, es decir, designar como presidente de este directorio a César Calderón López y disponer la convocatoria de un concurso público para la designación de un gerente general y designar a un funcionario de carrera en el cargo mientras dure este proceso de selección.

Sin embargo, los acuerdos no han sido, nuevamente, del agrado del Alcalde Provincial Julio Cortéz Rojas, quien ha vuelto a cuestionar esta designación y sostiene que se ha convocado a una sesión de directorio cargada de vicios, aun cuando no ha señalado uno solo, lo único que hace es acusar al representante del Ministerio de Vivienda de pretender hacer lo que se le viene en gana cuando la empresa es de propiedad de la Municipalidad.

Justamente, este parece ser el craso error que observa el burgomaestre en esta posición pertinaz que muestra respecto a la empresa de saneamiento de Chimbote, su equivocada idea que puede seguir manejando la empresa desde su asiento en el palacio municipal, como antes ocurría pero que ahora ya no es permitido porque la nueva ley general de saneamiento ha establecido los mecanismos que determinan los nombramientos, las decisiones y los acuerdos al interior de la empresa.

Basta escuchar al alcalde para advertir esta suerte de intromisión funcional, como aquello de “no permitiré que haga lo que le da la gana”, “he dicho que se haga una auditoría” o “el dueño de Seda es la Municipalidad Provincial del Santa”, un vocabulario que pone de manifiesto su pretensión de manejar la empresa a su antojo, cuando la ley ya no lo permite.

Es la misma y necia posición que puso de manifiesto su antecesora, la hoy fugitiva ex alcaldesa Victoria Espinoza García, quien apenas fue ungida en el cargo decidió nombrar como nuevo gerente de la empresa de saneamiento a Manuel Rodríguez Senmache y como directora a Rosa María Bartra Barriga, a sabiendas que ya no estaba en condiciones de hacerlo porque estaba vigente la nueva ley de saneamiento y, esencialmente, porque Sedachimbote no había adecuado sus estatutos por los problemas que se registraron con el ex alcalde provincial tras ser recluido en el Penal de “Piedras Gordas”.

Sin embargo, pese a que el asesor legal y la entonces presidenta del directorio le advirtieron a Victoria Espinoza que no podía realizar nombramientos porque esta facultad corresponde ahora al directorio, la ex alcaldesa lo hizo y pretendió registrarlos en la oficina de Registros Públicos, inclusive, ilegalmente el gerente designado por ella asumió el cargo y firmó documentos a sabiendas que se encontraban al margen de la ley.

Todo ello ha dado lugar a una investigación que está pendiente en el Ministerio Público, pues hay conductas que la ley tipifica como delitos y finalmente fue la oficina de Registros Públicos la que enmendó la plana a la ex alcaldesa y la obligó a dejar sin efecto los nombramientos efectuados, todo lo cual ciertamente no la exime de la responsabilidad penal que establece la ley.

Muchos deben recordar que la desesperación de la ex autoridad edil por manejar la empresa se sustentaba en la necesidad de acaparar proyectos de saneamiento que estaban en poder de los municipios de Casma y Nuevo Chimbote, los cuales fueron revertidos pero que sumaban más de 80 millones de soles.

Desde entonces todos los Chimbotanos fueron notificados que la Junta de Accionistas ya no tenía facultades para colocar gerentes, lo único que podían hacer es designar a sus representantes ante el Directorio respetando los nuevos criterios y requisitos que establece la norma, los cuales son realmente bastante exigentes y rigurosos.

Lamentablemente, el alcalde Julio Cortéz tampoco quiso entender esto y procedió como su antecesora, los medios de comunicación somos testigos de esta pretensión cuando hace ya varias semanas atrás, anunció que habían designado a su representante ante el directorio y lo hizo manifestando “hemos designado al nuevo Presidente del directorio de Sedachimbote”.

Esto pinta de cuerpo entero las ambiciones del alcalde al interior de la empresa de saneamiento, su ánimo de querer, manejar los hilos de la empresa pues el presidente del directorio no es designado por los alcaldes accionistas, ellos solo designan a sus dos representantes ante este organismo y el presidente es elegido por todos los directores.

Por ello es que ahora sigue empecinado en imponer sus designios al interior de la empresa, cree que por el hecho que son los accionistas siguen teniendo el manejo de la empresa, se resiste a entender que estamos en otros tiempos, que ahora la ley no permite la injerencia política de los municipios en las empresas de saneamiento porque eso es lo que ha hecho mucho daño en su conducción en los últimos tiempos y por ello se ha decidido imponer medidas que alienten un manejo más técnico, y, esencialmente, autónomo, desligado de quienes tienen otra clase de intereses respecto al manejo técnico que necesita. Si los alcaldes dicen respetar la ley, no se entiende las razones por las cuales recusan el manejo autónomo que le otorga la ley a la empresa Sedachimbote.