Editorial

Editorial: ::: REÑIDA CONTIENDA :::

A diferencia de los últimos procesos electorales en donde la apatía de los miembros de mesa y la falta de experiencia de los coordinadores locales de la oficina de procesos electorales permitía la aglomeración y la congestión de electores, ayer domingo las cosas fueron diametralmente diferentes durante el desarrollo de la segunda vuelta de las elecciones generales 2016 que definió al Presidente de la República.

Ello porque las mesas de sufragio se instalaron de manera oportuna en las primeras horas de la mañana, no hubieron mayores incidentes en esta fase inicial que es clave para el éxito de cualquier proceso electoral, por el contrario, en esta ocasión los ciudadanos cumplieron con la misión encomendada, de tal suerte que los primeros electores que llegaron a cumplir su deber cívico no tuvieron contratiempos para ingresar al local electoral y menos aún para llegar a sus mesas de sufragio.

El solo hecho que este proceso electoral se desarrolle sobre la base de los comicios del 10 de abril en primera vuelta, en la medida que los colegios y la ubicación de las mesas serían las mismas, contribuyó a que este orden y tranquilidad caracterizaran a esta jornada electoral que solo puede calificarse como ejemplar.

Precisamente, en la primera vuelta no solo se puso en tela de juicio la tardanza y ausencia de los miembros de mesa, sino el repentino e incomprensible cambio establecido por la autoridad electoral en la ubicación y conformación de las mesas, habiéndose dejado de lado el registro de mesa que tenía cada elector en el reverso de su DNI para confirmar mesas por orden alfabético, es decir, de acuerdo al apellido de los ciudadanos.

En la anterior elección ello generó una serie de protestas y desconcierto entre muchos electores que, como siempre ocurre, llegan a los centros de votación sin que siquiera hayan revisado con antelación el lugar donde les corresponde votar, los números de su mesa y las ubicaciones, todo lo cual estaba en el portal de la oficina de procesos electorales y era muy sencillo acceder a esa información.

Sin embargo, en esta oportunidad ya no ha sido necesario reiterar la información, los electores ya sabían donde les correspondía emitir su voto, tanto así que en muchos colegios como el “Pedro Pablo Atusparia” de Nuevo Chimbote, ni siquiera fue necesario colocar nuevamente los paneles en donde se indicaba el lugar de las mesas de sufragio.

Esto facilitó el avance del proceso electoral, pero no fue el único factor que favoreció el éxito de la jornada electoral de ayer, la modalidad de elección fue otro de los ingredientes que encausó la agilidad de los comicios.

Ello porque en segunda vuelta son solo dos las opciones, los electores no tenían porque estar revisando una cedula del tamaño de una hoja de papel oficio en donde se consignaban no solo casi dos decenas de candidaturas, sino que existían hasta tres elecciones, las presidenciales, las congresales y las del Parlamento Andino por lo tanto se tornaba complicado para ciudadanos que, aunque suene difícil de creer, muchas veces llegan sin saber quiénes son los candidatos o en que parte de la cedula se encuentran ubicados sus favoritos, cuando esa es una información que se puede tener con anticipación.

De la misma manera, el rol que ha jugado la Policía Nacional y las fuerzas armadas ha sido nuevamente importante en la medida que el tráfico vehicular y peatonal fue bastante fluido, no se registraron mayores inconvenientes al respecto y se advirtió en las calles que existió mucho más orden y menos aglomeraciones en las principales calles de la ciudad, especialmente, aquellas aledañas a los principales centros de votación.

Lamentablemente, la nota negra la pusieron inexpertos e incapaces represnetantes de los organismos electorales que estuvieron asignados al Colegio ex 329 del centro de la ciudad, en donde ordenaron a los efectivos policiales y de las fuerzas armadas que impidan que los periodistas tomen fotografías y cubran información en el interior de este plantel, lo que es peor aún, dispusieron el desalojo de los mismos bajo el pretexto que no tenían acreditación alguna para esta tarea.

Esto es repudiable y esperamos que tanto el jefe de la ODPE Santa como la Presidenta del Jurado Electoral Especial sancionen al coordinador local y el fiscalizador de cada uno de sus organismos en este centro educativo en la medida que no existe una sola norma que prohíba a los medios de comunicación a desarrollar sus actividades.

La prensa local, como la nacional, acreditó oportunamente a sus periodistas, la propia autoridad electoral confirmó que para esta segunda vuelta se mantenían las acreditaciones  y es que la labor de la prensa forma parte de ese pilar fundamental que requiere una elección como es la garantía de la transparencia.

No es posible que un coordinador local y el fiscalizador del jurado electoral desconozcan esto que es tan elemental y procuren un inaceptable maltrato a los periodistas que trataron de cubrir las incidencias en ese plantel, más aun cuando el rechazo a la labor periodística es sinónimo de suspicacia y ánimo de ocultar las cosas y sabemos que esa no ha sido la característica de este proceso electoral.

Por lo demás, la expectativa se concentró en el cierre de los comicios, cuando las televisoras lanzan la proyección de “boca de urna” que proporcionan las empresas encuestadoras y que otorgan un indicativo de los resultados, el mismo que es concluyente cuando las diferencias son elocuentes, pero que resultan inconsistentes cuando las diferencias son mínimas, como las registradas ayer al promediar las 4.00 de la tarde.

El final de fotografía que se venía registrando hasta horas de la noche ha convertido esta segunda vuelta electoral en una reñida contienda, una de las finales más ajustadas de los últimos tiempos y no permitía a ninguna de las dos organizaciones festejar nada sino hasta el anuncio oficial, cuando la oficina nacional de procesos electorales comenzó a proporcionar los resultados de mesa a un 30%. Al escribir estas líneas no conocemos los resultados pero consideramos que sea cual fueren será la expresión mayoritaria de la población y es un voto soberano que debe respetarse, por encima de cualquier disquisición.