Al finalizar la fiesta patronal de Chimbote el balance no es tan auspicioso como en años anteriores, no solo por la falta de atractivo, orden y organización en el programa institucional, sino por el desfase negativo de la seguridad pública pues la delincuencia se ha paseado en el centro de la ciudad como “pedro en su casa”.
Ello a pesar de los planes de seguridad, las previsiones en cuanto a personal inmovilizado y los anuncios realizados por el Jefe de la División Policial que decían de un cuidadoso desplazamiento con la finalidad de preservar la seguridad en las calles y la tranquilidad de los visitantes durante las fiestas patronales.
Todo ello se vio alterado y se vino abajo como un castillo de naipes con un primer y audaz robo perpetrado por una gavilla de delincuentes que no tuvo reparos en desafiar a la autoridad policial al desvalijar un Laboratorio Clínico ubicado a solo media cuadra de la sede central de la Policía de Chimbote, a un costado del Palacio Municipal y frente a la Plaza de Armas.
Seguramente no encontraremos zona más céntrica de la ciudad para un intrépido latrocinio, con el agravante que se trata de un lugar que se supone está rodeado de cámaras de videovigilancia, que cuenta con seguridad policial y municipal, como que en la Jefatura de la Policía Nacional deben existir efectivos de custodia durante toda la noche y en el Palacio Municipal agentes del serenazgo, empero, nada de ello detuvo a los maleantes.
La gavilla de ladrones ingresó, aparentemente, con asistencia de algún trabajador o conocedor del inmueble pues no tuvo necesidad de fracturar la puerta principal como si lo hizo en los ambientes interiores, pudiendo sustraer valiosos equipos de laboratorio, equipos informáticos y material de trabajo de médicos que cuentan con un consultorio en el interior, lo que supone que debieron hacer un inusitado movimiento con gente que sale a la vía pública cargando bultos.
Lamentablemente, esto no llamó la atención de ninguno de los agentes que custodian en las entidades apostadas en la Plaza de Armas, peor aun cuando las posteriores imágenes muestran que los delincuentes “hicieron hasta cuatro viajes” para terminar de hacer la mudanza en este establecimiento.
Cuando los chimbotanos no terminaban de salir de esta desagradable sorpresa, otra tienda dedicada a la venta de ropa fue visitada por los amigos de lo ajeno, esta vez en la cuarta cuadra del jr. Elías Aguirre, a solo dos o tres cuadras de la Plaza de Armas, ubicada también al costado de la sucursal de un Banco local, en donde los maleantes se llevaron mercadería valorizada en 40 mil nuevos soles.
La modalidad fue la misma, aprovechar las horas de la madrugada en donde no solo duerme la ciudad sino también los encargados de la seguridad, para romper vidrios de ventanales y conseguir ingresar a negocios que no toman una sola previsión en materia de seguridad, es decir, no disponen de personal de seguridad particular y menos aún colocan cámaras de video que registren las características físicas de los delincuentes.
Para cerrar este circuito de golpes delincuenciales audaces durante las fiestas patronales de Chimbote, los maleantes se trasladaron al cono sur, pusieron la mirada en una de las farmacias de la cadena “Mi Farma”, ubicada en la avenida Pacífico, frente a la sede de dos bancos locales y a solo media cuadra de la Plaza Mayor, en donde también hicieron una virtual mudanza para llevarse todo lo encontraron a su paso.
El personal de trabajadores de esta farmacia no podían dar crédito a lo que veían sus ojos cuando levantaron la puerta corrediza del negocio y no encontraron ni siquiera las pastillas para el resfrío, los delincuentes habían ingresado por un forado que se hizo desde el inmueble vecino y se llevaron los medicamentos, las computadoras de atención al cliente, los equipos informáticos, televisores y todo cuanto hallaron en la Farmacia.
Nuevamente se nos viene a la cabeza la pregunta ¿Cómo pudieron conseguir esto sin que nadie se percate de sus movimientos en una zona que es transitada y considerada como la arteria principal del distrito sureño?
Esta interrogante deberían responderla quienes están encargados de la seguridad pública, por lo menos ensayar alguna justificación porque el ciudadano de a pié jamás llegarán a comprender como es posible que una gavilla de delincuentes pueda ingresar a los establecimientos públicos y cargue con todas las pertenencias sin que nadie se percate de ello, sin que se deje una sola huella y burlándose de la seguridad de una serie de establecimientos y hasta de una plaza principal.
La Policía Nacional, quien tiene que ver directamente con la seguridad pública, así como los servicios de Serenazgo tanto de Chimbote como de Nuevo Chimbote, tienen que analizar detenidamente estos hechos, tienen que plantearse con cabeza fría cómo es que existen desbalances de seguridad tan clamorosos en nuestra ciudad, sin que ello signifique tener necesariamente que reconocer responsabilidades.
El jefe de la División Policial, en una actitud impropia de un alto oficial, poniéndose a la defensiva de las interrogantes de la prensa, ha manifestado que no puede colocar un Policía en cada establecimiento y que son los propios dueños de los establecimientos asaltados los que permiten estos latrocinios al no tomar sus propias medidas de seguridad.
Seguramente es cierto, hay algunos negocios que están en condiciones de colocar vigilancia particular y no lo hacen pese a que guardan valiosa mercadería, empero, una autoridad policial no puede guarecerse en tan absurdo comentario, nadie pretende aspirar a un Policía en su puerta, eso es solo una necedad, pero cuando se registran acciones delincuenciales como las que se han sucedido en nuestra ciudad se deja un mensaje peligroso de inseguridad, es la propia Policía Nacional la que hace un papelón cuando se supone que está en un estado de inamovilidad.
Por lo menos deberían darles las justificaciones necesarias a un pueblo que necesita resultados y ello solo se puede conseguir demostrando que son más audaces e inteligentes que los delincuentes. Esperemos los capturen pronto.