La institucionalidad en el fútbol peruano es extremadamente débil. Aquí podemos tener clubes sin hinchas y sólidamente asentados en el profesionalismo, como también clubes con mucho hinchaje y con severos problemas económicos. La situación de los dos clubes más grandes del país donde se tuvo que lanzarles un salvavidas gubernamental para que ahora puedan seguir viviendo como es el caso de Universitario de Deportes y Alianza Lima, es el mejor ejemplo.
Si esos dos clubes están inmersos dentro de un proceso concursal y que aún no termina, como pueden estar los demás. Las informaciones llegan y siempre son negativas respecto a la situación económica de muchos de ellos, aunque ahora en el profesionalismo esas quejas son menos pues la televisión ha logrado ser el mejor sponsors que se haya podido encontrar en años. Salvo que tengan directivas depredadoras pueden caer, pero sino con directivas sanas y buenas administradores no habrá problemas.
Muchas veces lo hemos dicho que en el país hay clubes de todos y de nadie y los hemos hasta identificado a los tradicionales Atlético Torino de Talara, Atlético Grau de Piura, Juan Aurich de Chiclayo, Carlos Mannucci de Trujillo y José Gálvez de Chimbote. A este grupo podemos sumar ahora Sport Boys del Callao con un pie a punto de irse de la segunda división profesional.
Esos clubes siempre van a estar al borde del precipio, porque es de todos y de nadie, si por alguna razón están en competencia lo harán con un sin número de problemas, por ahora el que transita sin sobresaltos es Juan Aurich de Chiclayo, pues hay detrás un grupo económico y mientras eso ocurra el Ciclón del Norte navegará en aguas tranquilas, pero los demás navegan en mares encrespados y por eso siempre están a punto de naufragar.
En la edición del día lunes, en el Suplemento Deportivo, recogimos las declaraciones de Germán Ostolaza, un personaje identificado con José Gálvez FBC y con mucha autoridad moral y ética para hablar de estos temas que tanto conoce. Para graficar el momento galvista sindicó directamente a Felipe Chú Rubio como el causante de las desgracias del club hoy en completo abandono y confiado en la Liga Distrital.
Este es un tema que antes habíamos tratado en estas páginas, pero que toman actualidad, pues ha terminado el periodo de Ramón de la Cruz quien reemplazó como presidente a Augusto Sipión Barrios, precisamente el causante de todas las desgracias actuales, pues con su grupo directriz y rodeado de áulicos, sobones y piquichones llegaron al club aquella mañana del lunes 8 de julio del 2013 como un tropel para hacerse cargo y tomar las instalaciones que se ubicaban en la avenida Chimbote en la Urbanización Buenos Aires.
Eran un tropel de unas 30 personas todas encopetadas y envalentonadas a raíz de los resultados electorales de la víspera y dispuestos a poner “orden” y lógicamente a ponerle la puntería de ese contrato televisivo tan inmenso que nunca antes se había visto en el club de la franja. Jamás rindieron cuentas, se hicieron los locos, se fueron corriendo y en menos de 14 meses al club lo dejaron en la Etapa Departamental de la Copa Perú. Todo un record de Guinnes.
Aún tenemos en nuestra memoria, lo que ocurrió esa mañana del 8 de julio del 2013, cuando una fila de autos y camionetas de 12 aproximadamente, llegaron para estacionarse frente al club – hay un estacionamiento amplio – luego bajaron y formaron un grupo en la calle Aguja Nevada y así en grupo como si fueran militares caminaron esos cincuenta metros hasta la puerta de rejas, irrumpiendo, como diciendo “aquí estamos”, “ya llegamos”, “ábrannos la puerta”, “queremos entrar” y entraron tomaron el club y lo llevaron a la quiebra. Eso fue lo que hicieron.
Ahora ese tropel de áulicos, sobones y piquichones están allí como si nada hubiera pasado, algunos son cara dura y siguen en el guiso y por esa razón cuando hay personas como Germán que no se olvidan entonces lo que hacemos es recordar esos nefastos momentos que llevaron a perder una de las mejores oportunidades que tuvo José Gálvez para seguir en el profesionalismo, si hubiera tenido una administración correcta y no integrada por los voraces que llegaron ese siete de julio del 2013 a la directiva. El futuro es una penumbra y de complicadísimo pronóstico. (El Editor).