Editorial

Editorial: ::: EXTREMA VIOLENCIA :::

Después de muchas marchas y contramarchas, finalmente el consejo regional de Ancash aprobó el acuerdo para transferir 308 hectáreas del proyecto especial Chinecas a la Superintendencia de Bienes Nacionales y poner en marcha, de esta manera, el proceso de habilitación urbana y se titule a quienes se encuentran en posesión de dichos terrenos.

El acuerdo se sanciona después que en la sesión realizada en Chimbote, hace poco más de un mes, se designara una comisión que se encargue de evaluar el pedido formulado por una serie de asentamientos que se han instalado en este sector de Nuevo Chimbote y cuyo planteamiento fue recogido por consejeros que avalaron la transferencia amparados en la necesidad de vivienda.

Sin embargo, ha sorprendido que el acuerdo se llegue a sancionar en la medida que apenas unos días antes la comisión que presidió el consejero de la provincia del Santa, Luis Gamarra Alor, advirtió que habían encontrado una serie de escollos en el trabajo que le encomendaron y que por esa razón no podían elaborar el informe final que debería ser debatido en la sesión pertinente.

Inclusive, se recuerda que el consejero Gamarra señaló “sin pelos ni señales”, al Gobernador regional Waldo Ríos Salcedo como el gran escollo que encontraron en su trabajo en la medida que en su condición de Presidente del Directorio del Proyecto Chinecas no les entregaba la documentación que le solicitaban.

Justamente, esa documentación era lo que les faltaba a los consejeros para concluir su trabajo y, aparentemente, su queja ante la prensa dio resultados y se las hicieron llegar porque en pocos días concluyeron el informe y lo sustentaron ante el pleno de consejeros.

Lo que no se puede perder de vista es que este trámite no es nuevo, por el contrario, ha sido ya materia de un anterior acuerdo del mismo consejo regional pero en la época del hoy encarcelado ex presidente regional César Álvarez, quien sabe uno de los más interesados en que estos terrenos salgan de Chinecas y se entregue a los posesionarios.

Ello porque la transferencia de los terrenos y el inicio del proceso de titulación fue una promesa de campaña de César Álvarez Aguilar, quizás, su verdadero “caballito de batalla” en la campaña electoral que lo catapultó como presidente regional el año 2007, justamente, en la fecha que se promovieron las invasiones de estas extensas llanuras del distrito de Nuevo Chimbote que se ubicaban frente a los últimos pueblos jóvenes y asentamientos del cono sur de la ciudad.

Fueron esas invasiones las que dieron lugar al interminable tráfico de terrenos que se registra en Nuevo Chimbote y en donde ha recalado la delincuencia organizada, al extremo que ha llevado a sicarios que dirimen sus diferencias con el vocabulario del crimen alevoso, como el que se ha preparado contra dirigentes que no hicieron causa común con ese vil negociado.

En aquellos años las pretensiones del ex titular de Áncash abortaron porque se hizo la transferencia a la Municipalidad Provincial del Santa, se entregaron los predios de Chinecas con autorización del gobierno regional para que la comuna efectúe el cambio de uso y de esta manera se pueda extender a los invasores sus constancias de posesión y luego sus títulos de propiedad.

Sin embargo, todo ese procedimiento fue observado por la Oficina de Registros Públicos y porque existe un enunciado en la ley que le otorga a esos predios el carácter de intangible, esto se informó en su debida oportunidad y se requería modificar la ley en el Parlamento para que se proceda a la transferencia.

Sin embargo, este año, luego de efectuarse las consultas del caso, aparentemente, se ha encontrado el camino legal para disponer la titulación de los predios sin necesidad de presentar proyecto de ley ante el congreso de la república y ello se habría conseguido con el concurso del ejecutivo que dictó las directivas necesarias para habilitar este procedimiento.

Según esta nueva mecánica, las 308 hectáreas se deben transferir a la Superintendencia de Bienes Nacionales y esta instancia recién las traslada a la Municipalidad a efectos que se efectúe el cambio de uso y se determine la posesión de cada lote para que se haga entrega de la constancia de posesión.

De esta manera, ya se habría dado el primer paso, empero, aún nos queda la duda en relación a la legalidad de este procedimiento en la medida que aun cuando se tome un camino distinto la naturaleza legal de los predios sigue siendo la misma y sigue afectada con una intangibilidad que no debería permitir que se hagan transferencia de ninguna índole.

De todas maneras, el acuerdo ya está dado, lo que nos llama poderosamente la atención es que la comisión se formó porque al revisarse los documentos se encontraron que no solo se trataba de 308 hectáreas las que están demandando en el distrito de Nuevo Chimbote, sino que se han hallado mucha otras solicitudes de pueblos que han crecido al margen de este sector y que demandan igual trato.

Se trata de nuevas invasiones que ocupan otras 217 hectáreas, mientras que en la vecina provincia de Casma existe un pedido similar para que se transfiera otra parcela importante que ya se encuentra invadida y son las mismas que apoya el gobernador regional Waldo Ríos y en las cuales indispuso a la prensa ante esa población invasora al extremo que los colegas estuvieron a punto de ser linchados.

Si a todo esto se suma las hectáreas que necesariamente Chinecas debe transferir en favor de la Municipalidad Provincial del Santa y de la Municipalidad de Nuevo Chimbote a efectos que establezcan sus respectivos rellenos Sanitarios, habría que concluir que se está afectando seriamente al proyecto Chinecas y este es un tema que debe debatirse de una vez.

Se ha sancionado una primera transferencia, pero sospechamos que este es solo el inicio de otros acuerdos que serán concretados paulatinamente porque en donde existe la misma razón existe el mismo derecho, y, por ello otros pueblos exigirán un trato similar. Veremos hasta donde se mutilan las tierras de Chinecas que estaban destinadas a la actividad agrícola pero que ya comienzan a cambiarse de uso para cederlas a la expansión urbana.