Editorial

Editorial: ::: “UNA GOLONDRINA NO HACE VERANO” :::

Personal del área de medio ambiente de la Municipalidad Provincial del Santa, procedió la semana pasada a clausurar las instalaciones de la fábrica pesquera “Gamma”, ubicada frente a la urbanización El Trapecio y como parte de un proceso sancionador que ha derivado del hecho que esta planta industrial se ha negado a anexarse al emisor submarino.

Esta medida la dio a conocer el titular de la citada repartición edil, Juan Villarreal Olaya, quien señaló que en su despacho recibieron un informe de APROFERROL que daba cuenta de la actitud indiferente de la empresa Pesquera Gamma para conectarse al emisor submarino, por ello decidieron realizar una inspección en la mencionada planta.

Sin embargo, los inspectores de la comuna que llegaron a esa sede industrial fueron rechazados por el personal a cargo, no los recibieron, se negaron a abrirle las puertas para que se realice la verificación que se requería ante el procedimiento iniciado, razón por la cual se le dejó la notificación respectiva.

Cuando ocurren estos casos de desacato a la autoridad, lo que establece la norma es otorgarle un plazo de 30 días a efectos que en ese término cambie de actitud y se allane a la inspección de la autoridad edil, cumplido ese plazo y manteniendo la misma terquedad lo que procede es la orden de clausura, tal como ha ocurrido con Pesquera Gamma.

Esto quiere decir, que el personal de la comuna provincial no ha podido acceder a las instalaciones de la empresa pesquera, hay allí una doble infracción, la primera por no anexarse al emisor submarino para la correcta eliminación de sus efluentes industriales, y, la segunda por no permitir la inspección en la medida que existen otros elementos por verificar en la planta industrial.

Ello porque las empresas pesqueras están sujetas al Plan Ambiental de Complementación Pesquera, aquel que desde hace ya 10 años atrás viene exigiendo que las empresas del sector pesquero dejen de contaminar las aguas del litoral peruano con sus efluentes industriales, que los eliminen a través de sistemas de evacuación industrial que permitan llevar los restos industriales mar afuera y ello solo se logra a través de un emisor submarino.

Pero estas aguas que se eliminan por el emisor submarino no son aquellas que se evacuan de su proceso industrial, sino que cada planta pesquera debe contar con sistemas de tratamiento previo de tal suerte que se lancen al mar líquidos con menor grado de contaminación y se evite de esta manera afectar el sistema ecológico.

Esto es lo que se denomina PACPE colectivo e individual, el primero de ellos relacionado con el emisor submarino y el segundo con una obligación de cada empresa para implementar tecnologías que permitan reducir los índices de contaminación en sus desechos industriales, las cuales son de cumplimiento obligatorio.

Como es de dominio público, hace ya más de dos años un grupo de empresas pesqueras decidió acogerse a este sistema y para ello promovió la creación de un organismo denominado Aproferrol, el mismo que se encargó no solo de nuclear a la mayor cantidad de empresas obligadas y requerirles el financiamiento correspondiente, sino que ejecutó el tendido del emisor submarino que exigen las normas legales para la eliminación de los desperdicios industriales de la actividad pesquera en Chimbote.

Este proyecto se ejecutó de manera efectiva, fue el entonces gerente Vicente Rosell Berendson quien lo concluyó a pesar de las naturales muestras de excepticismo de muchos, entre los cuales nos ubicamos, incluso, contra las malas artes de algunos malos empresarios, el proyecto se concluyó y ya se puso en actividad.

Sin embargo, como era previsible no todas las empresas metieron la mano al bolsillo para que se haga realidad este proyecto y por ello hay algunas que se mantienen al margen de este sistema a pesar de las advertencias que se hicieron en su oportunidad para que se sometan a este plan ambiental inclusive hubo alguno que llegó a denunciar penalmente a los representantes de Aproferrol con la finalidad de hacer abortar el proyecto.

Una de estas empresas pesqueras rebeldes es “Gamma”, la controvertida planta que ha sido innumerables de veces intervenida por las autoridades porque llegó al extremo de procesar hasta plumas de pollo y se ha caracterizado permanentemente por infraccionar las normas ambientales.

En esta ocasión no ha permitido que se verifique no solo el incumplimiento del PACPE colectivo, que desde ya había sido señalado por Aproferrol, sino el PACPE individual porque no permitió que se inspeccionara sus instalaciones interiores y se verifique si cuenta con sistema de tratamiento de efluentes.

Empero, lo que se debe deslindar es el sistema de sanciones que le espera a esta clase de empresas, se dice que se dispone la clausura por espacio de 30 días a efectos que la empresa regularice su situación, de allí que la pregunta que se cae de madura es ¿si esta empresa pesquera ha violado secularmente las leyes ambientales y no se ha adherido al emisor submarino y las normas del PACPE individual en los últimos 10 años, cree alguien que podrá hacerlo en solo 30 días?

La respuesta ya resulta innecesaria. Si la memoria no nos traiciona cuando se puso en marcha la implementación del plan ambiental complementario y su antecedente que fue el PAMA, se dijo que aquellas empresas pesqueras que se mostraban reacias a acogerse a este sistema serían sancionadas con la cancelación de la licencia de operaciones, con el cierre definitivo porque no se puede permitir con legulayadas que le sigan sacando sistemáticamente la vuelta a la ley a lo largo del tiempo.

Es pertinente que las autoridades informen públicamente cuales son las otras empresas pesqueras que no se han adherido al emisor submarino pero que siguen operando de manera temeraria. Si bien es cierto la gerencia de medio ambiente de la comuna provincial ha dado una primera muestra de verticalidad en este tema, hay que recordar que existe un sabio adagio que dice “una golondrina no hace verano”, de allí que disponer la clausura de una sola empresa pesquera cuando existen muchas otras en la misma situación no es un buen mensaje, que las autoridades terminen de ponerse los pantalones largos y midan con la misma vara a todos los infractores, a los cholos o extranjeros, a los altos o bajos, a los millonarios o los misios, a los barbudos o lampiños, todos tiene que responder por igual ante la ley.