Editorial

Editorial: ::: ACTIVIDAD IMPUNE :::

Los medios de comunicación han sido testigos directos de la repudiable depredación de especies marinas en el balneario El Dorado, por parte de embarcaciones foráneas que ingresan a arrasar con las crías y los ejemplares en tamaños juveniles sin que exista control alguno por parte de las autoridades.

Fueron los pescadores artesanales de Samanco y El Dorado quienes han alertado de este hecho criminal que se perpetra a vista y paciencia de todo el mundo y, fundamentalmente, ante la desidia e indiferencia de entidades que debería mantener un control permanente en las actividades pesqueras, no solo en la industrial sino en la artesanal.

La denuncia fue formulada por la asociación de pescadores artesanales selectivos de la Bahía de Samanco, quienes advierten que esta misma y lesiva actividad se produce en la Bahía de la cual proceden, se está capturando coco, lisa, lorna, Cachema y cabinza en tamaños juveniles, lo que conspira contra la conservación de la especie.

Ocurre que estos pescadores, a quienes se les conoce también como “pinteros”, realizan sus actividades diarias con aparejos apropiados para la captura de ejemplares de gran tamaño, por ello es que se les denomina selectivos, ellos son conscientes que capturando a las especies juveniles solo atentan contra la reproducción y la conservación de las mismas que son de consumo popular, es pescado blanco que va a la mesa familiar.

Sin embargo, su esfuerzo se ve diezmado por la actividad delincuencial de estas embarcaciones que proceden de Huarmey y otros puertos que cuentan con redes de cerco de 2 centímetros, por ello es que levantan las especies juveniles y les importa un comino si con ello se afecta el hábitat del mar y se promueve la extinción de estas especies.

Justamente, ese pescado juvenil es el que llega diariamente en cientos de kilos a los mercados y son fileteados por expertas mujeres que en cuestión de minutos dejan estos pescaditos convertidos en piezas propicias para la preparación de ceviche.

Quien ha acudido a cualquier mercado ha podido apreciar este pescado que es depredado en el mar, la cabria, el camotillo, la lisa, son fileteados de especies pequeñas, las que esta actividad delictiva en la pesca las extrae a pesar que no se encuentra en su tamaño normal, como aquellas otras que capturan los “pinteros” con cordeles o rosetas con las cuales solo pescan los ejemplares de gran tamaño.

Sin embargo, como lo han expresado los pescadores artesanales, la pregunta que se cae de madura es ¿Dónde están las autoridades competentes para detener y sancionar esta actividad delincuencial? ¿Qué hace la Capitanía de puerto, la Dirección de producción, la municipalidad provincial del santa a través de área ambiental?

En Chimbote ya existe una unidad especializada de la Policía ecológica, también existe una fiscalía especializada en materia ambiental, sin embargo, son entidades que cuentan con personal burocratizado que espera en un escritorio que le llegue las denuncias cuando son ellos los que deben responder a estos llamados, tienen que ensuciarse los zapatos como lo han hecho los periodistas para llegar a este lugar, tienen que mojarse la ropa para subirse a una chalana y llegar hasta el mismo lugar de la pesca ilegal.

Lo más grave es que los pescadores han manifestado que el instituto del mar del Perú, IMARPE, que es una entidad que está estrechamente ligada a PRODUCE, cuenta con un sistema de monitoreo tanto en Samanco como en El Dorado para controlar la captura de las especies, ellos mismos han sido abordados por los inspectores que les preguntan de dónde procede la pesca, los aparejos que utilizan y hasta miden las tallas.

Entonces, si esto es así ¿Cómo es que no han podido denunciar la pesca depredadora que hacen estas embarcaciones foráneas? ¿En realidad han elaborado informes o es que algo les hizo perder la memoria para olvidarse de informar esta pesca delincuencial y denunciar a los responsables?

Hay que tener en cuenta que estas embarcaciones no actúan solas, cuentan con la complicidad de comerciantes de pescado que les proveen hielo y aparejos para garantizar que les entregarán la pesca y son ellos los que se encargan que salgan “limpios” en la descarga de los ejemplares juveniles.

Esta gente obtiene pingües ganancias a costa de la depredación de las especies y mientras ello ocurre en el litoral los funcionarios siguen haciendo operativos que realmente ahora se entiende que solo se hacen para la foto.

Hace solo unas dos semanas el personal del área de salud ambiental de la Municipalidad Provincial del Santa en coordinación con otras entidades llegaron al mercado de peces “La Sirena” en donde observaron que una serie de comerciantes ofrecían los filetillos de los ejemplares juveniles, procediendo a advertirles que no adquieran esas especies pequeñas porque están incurriendo en infracción.

Sin embargo, esa actividad comercial data de hace muchos años y en todo este tiempo no se ha sancionado ni se ha denunciado absolutamente a nadie, las autoridades no controlan ni en tierra ni en el mar estas acciones depredatorias y los archivos no nos dejarán mentir.

Hace unos años se denunció un virulento enfrentamiento registrado entre los pescadores pinteros de la caleta de tortugas con la tripulación de estas mismas embarcaciones foráneas que llegaban de otros lares y arrasaban con las crías y hueveras del calamar que desde entonces se asentó en las aguas de ese Balneario, generándose refriegas violentas que estuvieron a punto de generar desgracias y solo así pudo intervenir la Capitanía de Puerto.

Creemos que las autoridades no deben esperar que se llegue nuevamente a este nivel, los pescadores artesanales selectivos están en su derecho de defender su fuente de trabajo y en ese afán se deciden a poner el pecho ante tanto malandrín que llevan las embarcaciones foráneas porque la próxima medida que les queda es cortarle las redes como lo hicieron en Tortugas.

Amén de todo esto, la existencia de lobos, muertos en las playas tiene culpables en los pescadores de estas embarcaciones depredadoras que los matan porque les malogran los aparejos, de allí que Capitanía de Puerto, Direpro, el Ministerio Público, la Policía y el Ministerio Público tienen que hacer algo. Hay que detener esta actividad impune con medidas firmes y efectivas, no se tiene que esperar nuevos enfrentamientos.