Editorial

Editorial: ::: UNA MEDIDA EXCESIVA :::

Los transportistas de nuestra ciudad han sido advertidos por la autoridad municipal que serán fuertemente multados en caso fueran sorprendidos conduciendo en bibidí o con prendas que no resulten adecuadas delante de los usuarios de este servicio.

La multa que aplicará la Municipalidad en este caso no es poca cosa, por el contrario, se trata de unja infracción que dejará a muchos pensándolo dos veces antes que prepararse para salir a trabajar y deben optar por las prendas que resulten aparentes como para realizar una actividad frente a cientos de personas en el día.

Esta infracción está contenida en una Ordenanza Municipal mediante la cual se regula el servicio de transporte de pasajeros tanto en unidades grandes como en autos colectivos y taxis que atienden una gran demanda de trabajadores y amas de casa que requieren trasladarse de un punto a otro en la ciudad.

En lo que corresponde a la tenida de un chofer esta ordenanza pone reparos en el uso de prendas cortas, como el bibidí en la medida que entiende que se trata de una modalidad que no es propia para un servicio en el que se atiende a muchas personas y que guarda relación con la higiene personal que en muchos casos deja mucho que desear.

La norma establece que una persona que presta un servicio de transporte público no puede conducir con bididí, aun cuando no hace distingos en lo que representa esta prenda, pues se utiliza como ropa interior, cuando se encarga de concentrar la transpiración de la persona o se utiliza como vestimenta como en las usuales prendas de playa.

Justamente, ante el incremento de la temperatura ambiental, especialmente en las temporadas de verano, los choferes optan por estas prendas con la finalidad de impedir la deshidratación, en busca de recibir corrientes de aire que compensen el enorme calor que genera las altas temperaturas.

Esto se entiende en la medida que los choferes deben permanecer largas horas frente al volante y en ese sentido requieren airearse constantemente y lo primero que hacen, como lo haría cualquier mortal, es recurrir a prendas cortas, algunos se sacan la camisa y quedan con la prenda interior superior y otros buscan bibidí de colores.

Lo cierto es que la norma municipal recoge una necesidad de evitar que los choferes se presenten de cualquier forma ante sus pasajeros, que lo hagan en fachas que dejan mucho que desear y hasta se muestren muchas veces con el torso desnudo, lo cual es un despropósito y debe ser sancionado.

En este sentido, el espíritu de la norma lo que busca es imponer el debido respeto que se merece un usuario de transporte cuando recibe el servicio, existe la necesidad de entrometerse hasta en estas cosas por culpa de algunos malos conductores que no tienen reparos en presentarse de manera nada decente ante sus pasajeros, por ello es que se vieron precisados a legislar en torno a un tema que cualquiera pensaría que no debería ser materia de una precisión por parte de la autoridad.

Sin embargo, si es un rubro en el que existe la necesidad de poner orden ante el desempeño de algunos choferes, cuando se presentan las temporadas de calor la necesidad de refresco no nace de una mala conducta o de una pretendida falta de respeto al usuario, por el contrario, responde a una necesidad que la tiene hasta la propia autoridad edil.

No creemos que frente a la fuerte ola de calor los choferes no inspiren respeto ante sus pasajeros si se presentan manejando en prendas cortas, esto es comprensible por la temporada en la que nos encontramos, es como si en la playa se pretenda obligar a los veraneantes a caminar con jean, casaca y zapatos cuando lo que se busaca es mantenerse con las prendas más cortas posibles.

Exigir que los choferes realicen su trabajo con una vestimenta aparente y decente es una atribución de la autoridad municipal y una exigencia para controlar cualquier actitud desinhibida de alguno de los operadores de este servicio empero, en plena temporada de verano obligarlos a que vistan prendas largas es una medida excesiva que debería ser revisada o que amerita en todo caso, una precisión en atención a la temporada que no solo sugiere sino que exige vestimentas mas cortas en cualquier actividad. En la medida que los transportistas han solicitado una reconsideración, creemos que se debería revisar la norma y por la vía del diálogo se lleguen a consensos respecto de un tema que, la verdad, no debería generar tanta controversia.

JUICIO CONTINÚA

La semana pasada la Fiscalía anticorrupción ha decidido continuar la investigación preparatoria contra los ex funcionarios de la Sub Región Pacífico involucrados en las graves irregularidades detectadas en el proyecto de “Implementación del Nuevo Código Procesal Penal” destinado a la aplicación del nuevo modelo procesal vigente.

Se trata de la obra que hace solo un mes y medio ha sido inaugurada por el ex presidente de la Corte Superior del Santa, Dr. William Vizcarra Tinedo, que se ubica a un costado del Módulo básico de Justicia de Nuevo Chimbote, en donde se ha construido una monumental edificación con los acondicionamientos necesarios como para tramitar los procesos conforme al nuevo modelo procesal penal.

Este caso estuvo investigándose de manera preliminar desde diciembre del 2014 y diecisiete meses después el Fiscal ha considerado formalizar los cargos contra el ex gerente de la Sub Región El Pacífico, Juan Carlos Gallo Zegarra y sus exfuncionarios Giovani Alfonso Montoya Siles, Luis Alberto Ponce Díaz, Milton Carlos Meléndez Luján, Pepe Wilmer Jara Delgado, como autores de la presunta comisión de los delitos de colusión agravada y peculado agravado.

Pero este caso involucra a muchas otras personas mas, entre empresarios e ingenieros de la obra a quienes se acusa de haberse coludido para generar un desfalco de más de 2 millones de nuevos soles que se pagó a la empresa Consorcio Jurídico por partidas presupuestales que jamás se ejecutaron, además de otros pagos por servicios fantasmas y penalidades que no se cobraron.

Esperemos que la fiscalía consiga sus objetivos, esta obra fue sumamente cuestionada en la gestión de César Álvarez y por ello permaneció abandonada varios años. El castigo a los responsable es ineludible.