Política

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CONFUNDIDOS

El pasado fin de semana los miembros del Pleno de la Municipalidad Provincial de Casma aprobaron un acuerdo de rechazo al traslado de la caseta de peaje Vesique hacia esa provincia, tal como lo viene solicitando la sociedad civil de nuestra Provincia y ante las tratativas que se vienen haciendo a nivel de Ministerio de Transportes y Comunicaciones. La verdad es que este acuerdo solo puede ser consecuencia de un absoluto desconocimiento por parte de los concejales casmeños de la petición de los pueblos de nuestra provincia, lo que nos llama la atención en la medida que su alcalde Jospeh Pérez Minbela estuvo presente en la antepenúltima reunión realizada en el MTC con la viceministra de transporte. Allí se establecieron los reales alcances de la petición que hace la población en Chimbote para trasladar la garita de peaje y ello obedece al hecho que en nuestra jurisdicción hasta la fecha no se ejecuta un solo metro de la famosa autopista del norte, lo que si se ha concluido., por ejemplo, en Casma y allí no habría razón de oponerse a un pago del peaje. Sin embargo, este traslado no se realizará a la misma ciudad de Casma, ni siquiera en sus límites o alrededores, sino que se ha propuesto ubicar la garita entre los límites de Santa y Casma, es decir, después de la zona de ingreso a la Playa Las Salinas, en donde están fijando los límites de ambas provincias. Ello es lógico porque tanto los vehículos que lleguen del sur como los que se dirijan en ese sentido se verán beneficiados con la autopista que ya llega por ese lugar y, por lo tanto, deben consignar la retribución de esta moderna carretera, como está consignado en los contratos que ha suscrito el estado con la concesionaria de la obra. Los regidores casmeños, aparentemente, piensan que el rechazo del peaje en Chimbote es una suerte de capricho, sin embargo, esto no es así, existe un fundamento y por ello en el Ministerio de Transportes no han podido ser indiferentes a este pedido. No hay que confundir papas con camotes.

TERQUEDAD

La situación precaria de la mayoría de locales de las subprefecturas distritales es solo el reflejo del más impresionante desorden que existe a nivel de la administración pública del estado. Las subprefecturas son dependencias que no se han creado ayer o anteayer, por el contrario, son oficinas que cuentan con un presupuesto debidamente señalado, de tal suerte que no puede existir razón o motivo para que falte ese dinero, sin embargo, en el Ministerio del Interior las cosas están de patas arriba desde que ingresara el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski. El nuevo Ministro, Carlos Basombrío Iglesias, quien hasta agosto del año pasado era solo conocido como un estratega de escritorio y un opinólogo sobre temas de seguridad en los principales medios de comunicación del país, ha demostrado que el cargo le está quedando ancho. Las medidas que ha dictado se perciben como un paso atrás, los ancashinos lo hemos experimentado al ser despojado de la región Policial y ante el virtual cierre de la escuela de Sub oficiales de la Policía, a lo cual se suma la situación precaria de las subprefecturas. Este problema se ha agudizado desde que el Ministro le bajó el dedo a la ONAGI, dependencia de ese portafolio que fue creada por el ex presidente Ollanta Humala para colocar allí como su francotiradora a Nena Escalante León, quien debió dejar el cargo por denuncias reveladoras de la prensa. Ahora se ha creado otra oficina bajo el mismo cliché de gobierno interior pero que no ata ni desata, desde hace más de cinco meses no envía las remesas presupuestales no solo para la merced conductica de las subprefecturas sino para los gastos de cada una de ellas. No cabe duda que en este portafolio las cosas han empeorado, sino que lo digan los subprefectos que ya no saben qué hacer para convencer a los propietarios de los inmuebles para que no los desalojen.

MEDIDA

Es preocupante que en la vecina provincia de Casma se mantenga alto el porcentaje de resistencia de vecinos a las labores de abatización que emprendió la red de salud pacífico Sur para anticiparse a los posibles brotes del dengue, teniendo en cuenta que esta es una zona endémica. Las altas temperaturas, la presencia de lluvias, la humedad hace proliferar a los zancudos, por ello es que se afianzan las labores de abatización, empero, hay mucha resistencia de vecinos. Este caso tiene que verlo la Municipalidad Provincial de Casma pues ya se impone una ordenanza que determine una obligación y una sanción para esta gente que no puede exponer su vida e integridad cuando existe la necesidad de tomar precauciones. Si es que no quieren a las buenas, tendrá que ser a la mala.