Editorial

Editorial: ::: ACUERDO PREDECIBLE :::

Por voto mayoritario, el pleno de la Municipalidad Provincial del Santa desestimó la semana pasada el pedido de suspensión que habían solicitado un grupo de ellos contra la alcaldesa provincial Victoria Espinoza García y contra el primer regidor Julio Cortés Rojas, por agresión verbal hacia la oposición.

El argumento de la solicitud de suspensión se concentraba en la falta grave, una figura que está incorporada en el reglamento interno del Concejo Municipal y que no fue observada por las máximas autoridades en el marco de una acalorada sesión que concluyó con medidas de protesta por parte de la oposición.

Este caso concitó la expectativa general en la población en la medida que en el pleno edil se ha configurado una peculiar modificación en las fuerzas que lo dominan, registrándose en este momento una extraña variación en lo que se refiere al voto mayoritario de los concejales.

En efecto, tal como está estructurada la ley en lo que se refiere a la selección de los concejales, siempre la mayoría oficialista corresponde al movimiento que ha ganado las elecciones, pues en la cifra registradora le asigna la mitad más uno del total de regidores y en el caso de la provincia del Santa son ocho..

Por ello tras los comicios se declararon como regidores oficialistas de mayoría a Julio Cortez Rojas, Humberto Ortiz Soto, Neptalí Briceño Porras, Alejandro Carrera Soria, Santos Paredes García, María Elena García Díaz, Maribel Albarrán Ramírez y Victoria Arpe Pariacoto, quienes forman el bloque de Rio Santa Caudaloso y con el voto de ellos la alcaldesa no tendría problemas para gobernar en lo que se refiere a la aprobación de ordenanzas y acuerdos que requiere el manejo municipal.

La oposición estaba integrada por los representantes de “Alianza para el Progreso”, como son Norma Alencastre Miranda, Carlos Linch Rojas y Santos Gamboa Aponte, Por Andemar se encuentra Javier Estrada Rodríguez y por Vale Ancash, Jorge Glenni Sosa.

Sin embargo, esta composición de cinco opositores de pronto, con el desgaste de la gestión de la alcaldesa, con los problemas judiciales que sobrevinieron al inicio de su gestión, fue variando paulatinamente y ahora resulta que la oposición es la mayoría, con el deslinde de los oficialistas Santos Paredes y Neptalí Briceño del manejo de los problemas de la ciudad por parte de la alcaldesa y el primer regidor.

Recordemos que Santos Paredes es un periodista cuya naturaleza es la fiscalización y cuando comenzó a ejercer sus funciones encontró que allí había mucha información que revisar y supervisar y halló indicios de manejos oscuros que no pudo evitar denunciar públicamente, ganándose la animadversión de los mandamases ediles.

Lo mismo ocurrió con Neptalí Briceño y a ellos se sumó apenas el año pasado, Maribel Albarrán, quien se alejó de la cúpula oficialista por los mismos motivos de un trabajo monopólico con el cual no compartía.

Por ello es que el pedido de suspensión de las autoridades ediles llevaba la firma de 8 regidores, lo cual advertía que podría sancionarse y dejar fuera del cargo a las dos cabezas máximas de la administración edil, por ello es que la población se mantuvo a la expectativa por el desenlace de estos hechos y teniendo en cuenta los agrios antecedentes que existen al respecto sobre la violencia verbal de los sindicados.

Conforme al escrito de los regidores que sustentan la posición, la alcaldesa Victoria Espinoza se excedió al calificar a ciertos concejales como “ovejas negras, mientras que el primer regidor Julio Cortés los calificó como “cucufatos”, adjetivos que los concejales de la oposición han considerado como agraviantes y por ello es que apelaron al reglamento interno para sancionar esas agresiones verbales como causales de suspensión hasta por 120 días del cargo.

Muchos pensaron que finalmente este acuerdo podría haberse sancionado si se tiene en cuenta no solo el número suficiente de concejales para aprobarlo sino por la existencia de argumento necesario que lo justifica pues el exceso verbal ha sido manifiesto y no dice nada bien de un trabajo armónico y respetable al interior del seno municipal.

Inclusive, se había señalado la necesidad de una rectificación o un retiro público de las palabras ofensivas a efectos de dar vuelta a la página y se pueda seguir tratándose temas de mayor importancia y relevancia para nuestra ciudad, como el caso del cobro del peaje y otros que son de la actual coyuntura.

Sin embargo, se llegó a la sesión en medio de un clima tenso pero algo distendido luego que algunos concejales de la oposición que firmaron el pedido de sanción dieran muestras de arrepentimiento o marcha atrás en sus consideraciones iniciales, entre ellos el representante de Alianza para el progreso Carlos Lynch Rojas, que en la víspera declaró públicamente que para él las disculpas otorgadas por las autoridades ediles eran suficientes como para dar superado el incidente.

A este controversial concejal se sumaron, al momento de la votación, los otrora oficialistas Neptalí Briceño y Maribel Albarrán, quienes se pronunciaron en contra de la solicitud de suspensión que ellos mismos promovieron y de esta manera, la votación resultó con un aplastante nueve votos contra cuatro, como cuando se iniciaba la gestión y eran este mismo número el que sancionaba los acuerdos.

El acuerdo no ha sido impugnado por lo que ya es momento de dejar atrás este capítulo de enfrentamientos en un organismo que maneja los destinos de la ciudad y debe dar muestras de una unidad y fortaleza sin igual como base para poder sustentar cualquier requerimiento ante otras instancias.

Es importante que los concejales puedan leer el mensaje que nos deja este absurdo enfrentamiento al interior del seno edil, el mismo que se traduce en las palabras respeto, consideración y obediencia, que se entienda que todos, por mucho que ostenten un rango por encima de otros, deben conducirse con altura y moderación, que se dejen de lado los adjetivos que no tienen lugar cuando de por medio está un debate en el que debe emerger un consenso. Esperemos que todos hayan aprendido la lección.