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Editorial: ::: EXTREMADA EXPECTATIVA :::

Cuando las autoridades locales se mostraban desalentadas por la lentitud y parsimonia del gobierno regional para asistir a los pueblos afectados por la inclemencia de las lluvias y los vientos huracanados en el interior de nuestra provincia, una luz de esperanza les devolvió la sonrisa y la ilusión para poder salir de los estragos.

Ello porque de pronto recibieron una llamada de Palacio de Gobierno y un alto funcionario del Ejecutivo los convocaba a una reunión con la finalidad de atender estos asuntos de emergencia y porque existían programas asistenciales que estaban dispuestos a apoyarlos en estos momentos de angustia.

Cuando los alcaldes distritales y el mismo alcalde provincial (e) Julio Cortés Rojas llegaron a la Casa de Pizarro encontraron una realidad distinta, en realidad nadie los esperaba, por el contrario, se trataba de una convocatoria de rutina del programa “Trabaja Perú”, que es un organismo que depende del Ministerio de Trabajo y que realiza programas de apoyo a través de trabajos comunales.

Lo más grave es que cuando quisieron ingresar les dijeron que no estaban en lista, el único alcalde distrital de la provincia del Santa que estaba considerado en ese día para la entrega de apoyo presupuestal era el de Coishco, es decir, un distrito en donde no se presentaba por el momento un solo caso de emergencia.

Frente a ello los alcaldes protestaron con un plantón que llamó no solo la atención de los medios de comunicación sino del Ministro de Trabajo Alfonso Grados Carraro que pidió reunirse con ellos y recién allí tomó conocimiento de la situación que se afrontaba en la provincia del Santa, entendía la reacción de los burgomaestres y les explicó la naturaleza de su programa, razón por la cual dispuso que el director Ejecutivo Nacional del programa Trabaja Perú, César Gálvez Pardavé, visite la zona afectada y en el mismo lugar de los hechos programe proyectos que recibirían su financiamiento dentro de 15 días.

La actitud del Ministro satisfizo a los alcalde en la medida que, por lo menos, fue propenso al dialogo y trataba de hallar salidas para atender las angustias de las autoridades, aun cuando los periodistas sospechábamos que las desgracias registradas en la provincia del santa no eran tema de “Trabaja Perú”.

De todas maneras, esta importante visita se concretó el pasado sábado con recorridos que se hicieron por Jimbe, Moro y Nepeña, lugares en los cuales el alto funcionario admitió la posibilidad de financiar algunos programas de asistencia, aunque ellos no han sido totalmente del agrado de los alcaldes.

Por lo menos esto no quiso ocultarlo el alcalde de Nepeña Manuel Figueroa Laos, quien señaló que estaban decepcionados por los resultados de esta visita en la medida que “Trabaja Perú” es un programa que financia proyectos hasta con un tope de financiamiento del orden de los 50 mil soles que para la emergencia no alcanza para nada y con el agravante que para poder acceder a esos recursos había que cumplir una serie de requisitos que está convencido que ninguno de los Municipios los superará, salvo que se haga una excepción con aquellos que padecen la secuela de la furia de la naturaleza.

En tal sentido dijo, por ejemplo, que uno de los requisitos que demandaba el programa gubernamental es que ninguna de las municipalidades que resulten beneficiarias podrían tener juicios pendientes y cuentas embargadas, algo que considera que ninguna puede cumplir porque, en el caso particular de su Municipio, arrastran una serie de juicios laborales en los cuales los juzgados aplican embargos a sus cuentas.

En ese caso particular el alto funcionario se comunicó con los responsables del programa en Lima e hizo la consulta respectiva y le indicaron que los requisitos eran de cumplimiento obligatorio, algo que ha desalentado a muchos aun cuando, como lo último que se pierde es la esperanza, de todas maneras estarán enviando sus fichas técnicas a efectos de intentar el financiamiento de programas que alivien la situación en la que se encuentran.

En realidad, “Trabaja Perú” es un programa asistencial del gobierno que busca que apoyar a las comunidades a través del empleo temporal, de tal suerte que a la par que financia proyectos de pequeña envergadura asiste a los pobladores desempleados con un trabajo que beneficiará su colectividad y le permitirá acceder a un salario.

Aun cuando se trata de un apoyo que no se puede mezquinar, la verdad es que los pueblos afectados por la emergencia requieren de más ayuda, de maquinaria pesada que les permita descargar todo aquello que han dejado los desbordes, de operarios y de técnicos que dirijan trabajos de prevención y protección, que limpie la zona afectada y que realice obras de protección a efectos de impedir que las lluvias persistentes sigan generando daños, especialmente en las zonas de cultivos.

Para eso se necesitan de partidas específicas, de apoyo presupuestario que el mismo gobierno nacional están en condiciones de asignarlo, empero, estando en emergencia y con un decreto supremo que ha establecido el régimen especial en el que se pueden tomar decisiones inmediatas, las diferentes reparticiones deben echar mano a sus presupuestos con cargo a que posteriormente el ejecutivo pueda resarcir los huecos financieros.

Justamente, uno de los organismos que está en condiciones de poder asistir inmediatamente a los pueblos de la provincia del santa es el Gobierno regional, el gobernador regional Enrique Vargas ya ha recorrido hace más de una semana la zona afectada y en su momento ofreció asignar una partida de 6 millones de soles para mitigar los daños registrados en los distritos de la provincia del santa.

Sin embargo, ese presupuesto no solo no ha llegado en su integridad, sino que ahora el gerente regional ha salido con el cuento ese que los 6 millones son para toda la región y no solo para la provincia del santa, por ello es que ha dispuesto transferir a la sub región pacífico una partida de solo un millón de soles, lo que ha sido considerado un baldón y un engañamuchachos de un gobernador que ha demostrado que el cargo le queda demasiado ancho. Lamentablemente, en este caso los alcaldes se emocionaron demasiado cuando los convocaron de Palacio de Gobierno, alimentaron una exagerada expectativa y ahora solo dependen del hígado y las ganas de los huaracinos que resisten a disponer el apoyo suficiente para los pueblos afectados de la provincia del santa.  Mucho ruido y pocas nueces.