Editorial

Editorial: ::: DE MAL EN PEOR :::

El 28 de setiembre del año pasado, es decir, hace casi seis meses atrás, la Región Ancash se quedó sin Gobernador porque el que estaba en funciones, Waldo Ríos Salcedo, fue encarcelado tras ser condenado a cinco años de pena efectiva por el Poder Judicial.

En aquella ocasión la justicia condenó a Ríos Salcedo por delito de corrupción cometidos cuando se desempeñó como alcalde de Huaraz, los cuales por diversas razones se mantuvieron pendientes de resolver hasta entonces.

Hoy su remplazante, Enrique Vargas Barrenechea, en su condición de gobernador provisional de Ancash, se ha sentado también en el banquillo de los acusados para responder los cargos imputados por el Ministerio Publico por delito de Falsedad Genérica en agravio del estado y, consecuentemente, también podría perder el cargo a resultas de este proceso.

Los hechos son ya por todos conocidos, se derivan de una denuncia trasladada por el Jurado Nacional de Elecciones meses después del proceso electoral del año 2014 que encumbró a Vargas Barrenechea como inusual Gobernador provisional y lo puso en un camino que seguramente ni siquiera él lo sospechó.

Decimos inusual porque de los 25 gobernadores que tiene el país fue el único que juró el cargo siendo vice gobernador y ello fue consecuencia de la pésima elección que hicieron los ancashinos al votar masivamente por un candidato, Waldo Ríos Salcedo, al que la justicia había advertido que no podría juramentar porque postulaba a pesar de hallarse inhabilitado por tener pendiente el cumplimiento de una condena penal.

Seguramente muchos se confundirán al advertir que no era posible que un candidato inhabilitado pueda postular a un cargo público, sin embargo, esa es otra parte de la historia negra y oscura de Ancash, aquella que se escribió en medio de la mediocridad de un Jurado Electoral que no fue capaz de advertir la inhabilitación del candidato y permitió que siga en carrera, y, la posterior permisividad de un Jurado Nacional de Elecciones que consideró que estando ya en carrera sin haberse observado la causal de inhabilitación era pertinente mantenerlo en competencia y no permitir su juramentación en caso gane los comicios.

Aunque suene a un chiste de mal gusto, pese a conocer esta contingencia, la mayoría electoral encumbró a Waldo Ríos a la gobernación de Áncash y al no poder juramentar lo hizo un inexperto Enrique Vargas que no pudo ocultar desde un primer momento su incapacidad e ineptitud para ejercer el cargo.

La historia que se escribe en Áncash desde entonces es propia del guion de una película, Waldo Ríos recupera la gobernación en base a una triangulación financiera sumamente sospechosa y que ha dado lugar a un juicio penal, pero luego se encuentra con tres procesos penales que tenía pendientes con la justicia, uno de los cuales lo ha llevado a la cárcel y otros dos están juzgándose hasta la fecha.

Cuando muchos pensaban que con su encarcelamiento se deberían enderezar las cosas a pesar de la conocida incapacidad del Gobernador provisional, nos encontramos con un Enrique Vargas Barrenechea sentado en el mismo banquillo que llevó a su antecesor a una celda del Penal de Huaraz, es decir, los mismos líos con la justicia y la probabilidad que caiga en las mismas causales que podrían llevarlo fuera del cargo.

Y ¿Qué es lo que ha hecho Vargas Barrenechea para que el Ministerio Público solicite se le imponga una pena efectiva? De acuerdo al documento acusatorio, el actual Gobernador provisional habría falsificado documentos e información en su hoja de vida con la finalidad de acreditar que ostenta una profesión o actividad que respalde su posición aun bisoña dentro de la política nacional.

La Fiscalía recibió del Jurado Nacional de Elecciones información relacionada con el cruce de información que realizó la dependencia electoral respecto a la información contenida en la hoja de vida del entonces candidato Enrique Vargas, señalando que se hallaban incongruencias en relación a los estudios de gastronomía realizados en el vecino país de Chile.

En efecto, al solicitarse información a las autoridades del vecino país con relación al Instituto señalado por el gobernador se dio a conocer que aquel no existía, lo que quería decir que los documentos que ha presentado el excandidato eran falsos o adulterados, por lo que esa es la materia que se deberá debatir en este proceso penal.

Sin embargo, es evidente que en este caso existe gato encerrado pues si el Gobernador Provisional alega que ha existido un error al solicitarse información sobre el Instituto en el que estudió al no haberse consignado correctamente el nombre, su propia defensa técnica debió aportar los documentos correctos y verdaderos al órgano de fiscalización del Jurado Nacional de Elecciones y con eso se evitaba todo este bochinche.

Inclusive, si no pudo hacerlo durante la etapa de fiscalización electoral, los abogados de Vargas pudieron hacerlo ante la propia Fiscalía de Huaraz, pues fue de dominio público que el Ministerio Público había recibido los documentos pertinentes en la medida que el JNE expide resoluciones explicando las razones del traslado de lo que representa una denuncia penal por la presunta comisión de un delito.

Cualquier profesional que se precie de serlo no permitirá de ninguna manera que se ponga en tela de juicio su formación profesional si es que ha obtenido su título en buena lid y cuenta con los documentos pertinentes, inclusive, acude a la propia entidad universitaria o superior para solicitar que se informe como corresponde a las entidades correspondientes, no deja bajo ningún concepto que se manosee esta información o que se inicien acciones penales para determinar su validez o no.

Nos parece por ello que el gobernador provisional no puede demostrar que sus estudios tienen un origen legítimo de lo contrario no entendemos las razones por las que ha permitido hasta que le dicten una orden de captura por no presentarse al juicio oral pertinente. Creemos que esto obedece a alguna poderosa razón que lo puede dejar en vereda como su antecesor, lo cierto es que con el gobernador provisional en el banquillo de los acusados, nuestra golpeada y maltratada región Ancash sigue de mal en peor.