Editorial

Editorial: ::: INSEGURIDAD PENITENCIARIA :::

Dos hechos registrados la última semana no han dejado de sorprender a la opinión pública local en la medida que ponen en entredicho la seguridad que debe primar en un recinto penitenciario, en donde se encuentran bajo un régimen de encierro absoluto personas que han delinquido.

Ocurre que en el Penal de Cambio Puente personal penitenciario descubrió que en un pasadizo se habían arrojado nada menos que ocho grandes paquetes que al ser revisados y abiertos se verificó que se trataba de marihuana de buena calidad, un estupefaciente que pretendía ser internado en algún pabellón para su comercialización.

Apenas unos días después una joven de apenas 20 años de edad, cargando a su pequeño hijo en brazos, fue descubierta cuando ingresaba al mismo recinto penitenciario con medio kilo del mismo estupefaciente el cual no solo llevaba adherido a las partes íntimas de su cuerpo sino entre los pañales de la criatura que cargaba.

Son dos hechos delincuenciales que no dejan de llamar la atención porque desafían el sistema de seguridad del recinto penitenciario y ponen de manifiesto que, en efecto, en este centro de reclusión se trafica permanentemente con estupefacientes y, aparentemente, no solo para el consumo interno de los reclusos sino para realizar pases o venta entre grupos dedicados a este negocio delincuencial.

Ello porque los ocho grandes paquetes de marihuana hallados por el personal de seguridad equivalían a casi cuatro kilos del estupefaciente, una cantidad con la que habitualmente se trafica en las calles y que sirve para abastecer a un importante mercado de consumidores, por lo que se presume que ella no estaba destinada, precisamente, para la venta a los internos del establecimiento penitenciario.

No sabemos hasta donde ha podido avanzar hasta el momento la Policía Nacional en las pesquisas relacionadas a este caso, empero, llama la atención que la droga se encontraba en un área que es de exclusivo tránsito de personal penitenciario, lo que sería un indicio que fue arrojada a este lugar para que alguien que estaba en condiciones de acceder a este lugar pudiera recogerla y entregarla hacia quien o quienes sería su destinatario.

De allí que las primeras pesquisas apuntan, incuestionablemente, a considerar la participación de algún empleado penitenciario que ha sido infiltrado por estas bandas dedicadas al narcotráfico y ello porque existen muchas dudas respecto a la forma como pudieron aparecer los paquetes de droga en el lugar.

Comenzando por el hecho que el pasadizo en donde se hallaban los paquetes de marihuana era solo de acceso para el personal penitenciario, es evidente que hay allí alguien del INPE que está involucrado en este hecho, además que para poder llevar bultos de esta dimensión hasta esa zona se ha requerido de la complicidad de personas del interior del penal pues para poder internarlos se ha burlado controles que usualmente no permiten el paso ni siquiera de pequeños objetos extraños.

Este es el mismo caso de la joven Danitza Sánchez Tarazona, quien fue sorprendida por personal de custodia cuando ingresaba al Penal portando nada menos que medio kilo de marihuana, existen muchos otros casos que se han descubierto en esta área de registro de los visitantes, como aquel caso de la mujer que llevaban una canasta de tamales y dentro de ellos se había camuflado pasta básica de cocaína para traficar dentro del penal.

En el caso registrado el fin de semana, la muchacha se ha visto seriamente implicada y su situación de agravará mucho más en la medida que ha utilizado a su menor hijo para tratar de burlar a las autoridades, pues la droga fue hallada no solo en sus partes íntimas sino en los pañales de su hijo que cargaba en brazos.

El nerviosismo de la mujer puso en alerta a los vigilantes que la sacaron de la cola de visitantes y la llevaron a un lugar especial para poder registrarla, de esta manera pudieron verificar que tenía adherido al cuerpo, a la altura de sus partes intimas y de los pechos gran cantidad de marihuana, sin embargo, cuando continuaron revisando observaron que los pañales del bebé tenían un peso y forma inusual, por lo que procedieron a abrirlos y hallaron que en ellos se había acondicionado más estupefacientes.

La ley es drástica cuando se advierte que se utilizan a los niños para cometer delito de tráfico de drogas, de allí que la situación de la joven es sumamente delicada, asumimos que con esta decisión de prestarse al transporte de droga y utilizar a su propio hijo para ello, virtualmente se ha desgraciado el futuro, difícilmente podrá salir del presidio después de muchos años pues estos delitos son calificados y tienen penas mucho mas drásticas.

Lamentablemente, la delincuencia no escarmienta, pese a que se sigue descubriendo casos de ocultamiento de droga y objetos prohibidos entre las prendas o menaje de los visitantes, se sigue apelando a esta ilícita modalidad porque los delincuentes que se dedican al tráfico de drogas se valen de gente necesitada o desesperada que, a sabiendas, expone su libertad de esta manera.

Sin embargo, tras los hallazgos de esta última semana, las autoridades deben extremar medidas a efectos de establecer la manera cómo es que pudo infiltrarse un cargamento de droga al interior del recinto penitenciario, eso es muy delicado en la medida que pone de manifiesto que existe gente involucrada o que por dinero se presta al tráfico de drogas que es nocivo en todo escenario, con mayor razón en un centro penitenciario.

En Chimbote virtualmente nos habíamos acostumbrado a escuchar a diario noticias que daban cuenta de la intervención de personas que trataban de ingresar al penal ocultando equipos de celulares, baterías o chips de estos equipos de comunicación, lo cual está también prohibidos, pero jamás nos imaginaríamos que en ese mismo margen se esté internando droga al centro penitenciario.

Lo que ha sucedido nos deja la sensación de una inseguridad penitenciaria que es preocupante y peligrosa, esperemos que las autoridades informen la secuela de esta investigación y se identifique a quienes ingresaron tanta droga al Penal.