Editorial

Editorial: ::: REGIÓN EN RIESGO :::

Un reciente informe publicado en medios nacionales con estadísticas proporcionadas por la Ministra de Salud, Patricia García, señala que existen dos regiones en las cuales el dengue está haciendo mucho daño y que son consideradas como focos de atención en el accionar de las autoridades sanitarias del país.

La primera de ellas es Piura que cuenta en su haber con más de un millar de pacientes confirmados con este mal y siete muertes de personas que no han podido soportar las secuelas de este mal, y la otra región es Áncash, en donde advierten que el avance de este mal lo coloca en una alerta que no se debe dejar de atender.

Y es que, en efecto, los reportes del avance del dengue en Coishco son preocupantes en la medida que se evidencia que el mal comienza a avanzar, ha llegado a Chimbote y Nuevo Chimbote, por lo que es imperativo detener la presencia del vector en lugares en donde nunca antes se ha registrado un mal de estas características.

Si bien es cierto la vecina provincia de Casma también ha reportado pacientes con este mal, es de dominio público que allá se hizo endémico a partir de la presencia del vector desde hace unos dos o tres años atrás, empero, cuentan con sistema de vigilancia vectorial que responde inmediatamente aparecen los primeros rastros de esta enfermedad.

Sin embargo, este año la infortunada novedad llegó desde Coishco en donde las primeras advertencias de la presencia de este mal no obtuvo la inmediata reacción de los responsables de las redes de salud, a pesar que se sabía de antemano que por los desastres registrados con el fenómeno de El Niño Costero, esa zona sería uno de los potenciales focos de proliferación de zancudos y la amenaza del dengue, el zika o la chikunguya.

Ello porque Coishco ha soportado una inundación derivado de los desbordes del río Shisho, como se recuerda en esa zona un huaico que bajó de las quebradas del valle de Santa convirtió la antigua e inocua acequia de la zona en un torrente que arrasó con todo a su paso, incluyendo un enorme tramo de la carretera panamericana norte que interrumpió por varios días el tránsito vehicular.

Así como Coishco, algunas de zonas de Chimbote se vieron afectadas con los aniegos e inundaciones, una de ellas fue el P.J. Villa María, en donde en algunos sectores el agua llegó sobre las rodillas de las personas, dejando humedecida la zona por varios días.

Se sabe que el dengue es un mal provocado por una especie de zancudo que es capaz de trasmitir de persona a persona dicha enfermedad y cuando ella es de un tipo ofensivo es capaz de minar la vida de las personas.

Por ello es que ante el evento de la naturaleza se imponía una reacción inmediata de las autoridades para impedir la aparición del vector, empero, en el caso de Villa María no se hizo nada, por el contrario, la intervención inmediata de la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote se puso en tela de juicio en la Red de Salud Pacifico Sur que acusó al ayuntamiento sureño de promover la aparición de zancudos negros por una fumigación que no corresponde y con los insecticidas que no eran los adecuados.

Aun cuando la explicación fue jalada de los cabellos porque no es posible admitir que una fumigación lejos de matar a los insectos los multiplique, lo cierto es que la política sanitaria lleva a los funcionarios a esperar que aparezca un caso confirmado del mal del dengue para recién tomar acciones contundentes como una fumigación.

Si existen solo sospechas, lo que hacen es abatizar la zona, recorrer todas las viviendas para que se coloque las ovitrampas que son preparados que se introducen en el agua limpia para exterminar las larvas de las especies del dengue pues cuentan con larvicidas que los eliminan y que no son nocivos para la salud de las personas.

Sin embargo, lo que no llegaron a comprender nunca los funcionarios del sector salud de Nuevo Chimbote es que en Villa María no existía una emergencia por la acumulación de agua en los hogares, sino que la amenaza surgía por las inundaciones que se registraron tras las fuertes lluvias del mes de marzo, por lo que era prudente haber fumigado desde un principio, sin embargo, los “estrategas” de la red pacifico Sur lo impidieron.

Allí están los resultados, existen 6 casos confirmados en Villa María y más de un centenar en Coishco a causa de un mal que recién ahora se combate con energía, el pasado fin de semana equipos de fumigación de la Dirección Regional de Salud llegaron para emprender una jornada de desinfección en Villa María, estuvieron decididos a exterminar el vector antes que pueda propagarse y para ello identificaron los sectores en donde viven y alternan los pacientes afectados, pues existe la sospecha que en sus viviendas o áreas de recreación pueda hallarse el foco infeccioso.

Lamentablemente, una de las grandes trabas del personal sanitario es la negativa de muchas familias a permitir el acceso al interior de sus viviendas para proceder a fumigar, existe un marcado temor a que gente extraña se interne en las viviendas y arroje insecticidas en todos los ambientes cuando esta acción solo redunda en beneficio de todos ellos y es la única garantía que el vector del dengue no expondrá su vida y la de todos sus vecinos.

Aun cuando este mal del dengue ya merodeaba Chimbote y los distritos aledaños desde hace varios años, como que en alguna temporada se presentó en santa y luego en casma, todo indica que no se ha tomado conciencia de la real dimensión de este mal, de las maneras más adecuadas y efectivas para hacerle frente y de prevenirlo, pues hasta la fecha existe gente que es renuente a las medidas de seguridad y las campañas de fumigación.

De todas maneras, la reacción de las autoridades no se hizo esperar, la semana pasada cuando se advertía que el mal no podía controlarse y avanzaba en el vecino distrito de Coishco, se reunieron los directores de los dos hospitales del sector salud y las titulares de las redes que administran la zona norte y sur de Chimbote con la finalidad de unir esfuerzos en esta titánica lucha contra el dengue.

Esto está bien, dice mucho de la preocupación de las autoridades sanitarías ante la ofensiva que mostró el dengue la semana pasada, es evidente que todos entienden que somos una región en riesgo ante el posible brote de la enfermedad y todos tienen que estar en guardia, especialmente, aquellos galenos que lideran las instituciones de salud. Esperemos que esta arremetida del Dengue se pueda controlar y desvirtuar en el menor tiempo posible.