Editorial

Editorial: ::: LA CGTP Y LOS PESCADORES :::

El presidente de la CGTP, el sempiterno dirigente Mario Huamán, ha expresado públicamente su más absoluto respaldo y apoyo institucional a la protesta de los pescadores de Chimbote y de varios puertos del litoral contra las empresas pesqueras que se niegan a pagarles las utilidades que deben distribuirse en el primer trimestre del año.

El máximo dirigente de la CGTP expresó su plena disposición para incluir la demanda de los pescadores en la plataforma de lucha nacional contra el gobierno a efectos que este tema deje de ser una exigencia de tipo provincial o departamental y se ponga en debate en la agenda nacional del gobierno de turno.

La intervención de la máxima organización sindical del país se concretó luego que los sindicatos de pescadores emprendieran protestas escalonadas demandando a las empresas pesqueras el pago de las utilidades, pues existe un grupo que forma parte del oligopolio pesquero que sostiene a la todopoderosa Sociedad Nacional de Pesquería, quienes se niegan a pagar este derecho del pescador bajo falsos argumentos.

Este tema cobró notoriedad hace dos meses atrás en nuestra ciudad cuando los gremios de pescadores denunciaron públicamente la negativa de ciertas empresas pesqueras a pagar las utilidades que por mandato de la ley deben distribuir con máximo hasta fines del mes de marzo, coincidiendo con la declaración anual de impuestos.

Sin embargo, empresas como HAYDUK, COPEINCA, CFG, Centinela y otras se han venido negando de manera sistemática a cumplir con esta obligación bajo el pretexto de no tener utilidades que distribuir, en otras palabras, que habrían cerrado su contabilidad anual en déficit, con pérdidas.

Empero, pese a los reclamos de los pescadores, estas empresas se han negado a entregar los informes contables que acrediten que en verdad no cuentan con utilidades, más aun cuando es posible que cuenten con estados financieros que han sido hábilmente maquillados con la finalidad de rehuir la obligación legal que tienen con los trabajadores de cada una de ellas y por ello es que exigen los documentos a efectos de someterlos a la evaluación técnica con los profesionales que los gremios de pescadores han contratado.

Esta exigencia se hizo pública hace ya más de dos meses atrás, inclusive, los dirigentes han viajado con los auditores, contratados para esta tarea, hasta la capital de la república con la finalidad de recibir esta documentación contable en las sedes centrales de estas empresas pesqueras cuyos aburguesados propietarios ya no prefieren tener oficinas en nuestro Puerto y en los distritos aledaños en donde se encuentran sus plantas industriales.

Ellos prefieren regar sus inmundicias y efluentes de su actividad productiva en nuestra ciudad y se van a trabajar a otros lugares, lejos de la contaminación que le generan pingües ganancias, pero aun así se resisten a atender las demandas de los gremios de trabajadores, han evitado en todo momento entregar la información contable que se les pide y si proceden de esta manera es porque, ciertamente, tratan de ocultar algo a los pescadores y trabajadores de sus planillas.

Por ello es que se han visto precisados a realizar actos de protesta en el frontis de las principales plantas pesqueras de Chimbote y Coishco, así como han decretado una paralización de 48 horas en este inicio de temporada a efectos de presionar a sus empleadores a que cumplan con los pagos que corresponden.

Inclusive, dentro de esta protesta están exigiendo en nombre de otros agremiados que las grandes corporaciones pesqueras no le saquen la vuelta la ley no solo maquillando su contabilidad sino cancelando a sus trabajadores porcentajes menores a los establecidos por la ley, como aquellas empresas que cancelan el 18% de participación de pesca y no el 22.40% que se ha establecido y reconocido hace ya muchos años.

Esto quiere decir que no solo hay empresas renuentes a pagar las utilidades sino que hay otras que lo hacen pero en condiciones de abuso y ventaja, por lo que se ponen en el mismo lugar de las primeras que son las que llevan el símbolo del atropello, la injusticia y la arbitrariedad en el pecho.

Por ejemplo, decía un hombre de mar que no era posible que una empresa pesquera como Hayduk que aparece en el ranking de las empresas más poderosas y que más facturan en el año en el país, argumente que no tienen utilidades y que no pueden cancelar nada a sus trabajadores por este concepto.

Demás está decir que la actividad pesquera es una de las actividades económicas mas lucrativas que existe en el país, de allí que no se puede concebir la idea que al término de un ejercicio económico concluyan a pérdida porque ello no solo no resiste al menor análisis sino que se contradice de manera grosera con la información oficial del Ministerio de Economía y de las organizaciones que evalúan el crecimiento patrimonial de las empresas que colocan a las pesqueras siempre en los escalones de mayor rendimiento.

Por ello es que los gremios de pescadores han decidido emprender esta lucha, porque entienden que las poderosas empresas pesqueras no atraviesan una difícil situación y que si generan remanentes y dividendos que deben distribuir entre quienes apuntalan sus aparatos de producción, sino que existe una insidiosa negativa con la única finalidad de lucrar mucho más en perjuicio de la masa trabajadora.

Todo indica que las grandes empresas pesqueras no han calculado bien sus posibilidades de eludir las obligaciones que les impone la ley, se han pasado a un extremo pernicioso que ha generado la reacción de trabajadores y pescadores que siempre optaron por alguna otra alternativa de reclamo para no generar enfrentamientos que pongan en peligro su estabilidad laboral, sin embargo, siempre hay un limite y una tolerancia, y, ella ya llegó en el caso de las empresas pesqueras.

La protesta de los pescadores y los trabajadores de las empresas pesqueras ha adquirido ribetes contundentes en diferentes puertos del país, los iniciales plantones ignorados por los grandes barones de la pesca se han convertido en una movilización nacional que puede tener la fuerza suficiente como para generar, de una buena vez, un cambio en el sector pesquero, una nueva herramienta legal que ponga contra la pared a quienes tratan fe eludir su obligación. Estamos seguros que a ello apuntará la intervención de la CGTP.