Editorial

Editorial: ::: BRAVUCONERÍA ESTÁ DE VUELTA :::

Desde que el Municipio Distrital de Nuevo Chimbote transfirió a la Inmobiliaria del Interbank los terrenos ubicados en la zona conocida ahora como “Paseo del Mar”, con la finalidad que implementara allí un Centro Comercial de gran nivel, conocido como “Real Plaza”, los pobladores sureños se mantuvieron a la espera que se concrete el proyecto integral pues solo se puso en marcha una parte para congregar principalmente al centro comercial Plaza Vea.

Quizás esa ha sido la razón por la cual muchas tiendas se han visto en la obligación de cerrar sus establecimientos ubicados en las partes frontales de la conocida tienda comercial pues la afluencia de público generalmente está concentrada en el retail de los propietarios del proyecto.

Por ello es que ahora, casi cinco años después se ha visto con satisfacción que se ha iniciado la construcción de dos proyectos que forman parte del Centro Comercial “Real Plaza”, los ambientes en donde de establecerá “Promart”, que es una gran tienda especializada en la venta de todo lo que es material de construcción, herramientas, equipos sanitarios, eléctricos, etc, así como Cine Planet, que es el conglomerad de salas de estreno y películas que se proyectan en gran parte del día.

Sin embargo, apenas si comenzaron con la nivelación de los terrenos y una nube de obreros de construcción civil acompañados de sus esposas y de otra gente que es trasladada con la finalidad de generar pleitos, llegaron hasta la obra con la finalidad de exigir “cupos” que decían les correspondía por ley.

Se trataba de una horda de agremiados al conocido como Sindicato Histórico de Construcción Civil, aquel que tiene su sede en la Villa del Ingeniero y que tradicionalmente ha manejado a su antojo los cupos destinados al gremio de construcción en toda obra pública, como parte de un convenio de la bolsa de trabajo.

Sin embargo, el uso y abuso de los “cupos” de construcción civil ha sido siempre materia de conflictos, no solo con la diversidad de sindicatos que existen en nuestra provincia sino porque toda la vida han pretendido acaparar todos los “cupos” y hasta han despojado a punta de golpes y amenazas los que corresponden a la sociedad civil.

Lo cierto es que a raíz de las constantes reyertas que se generaban por la disputa de estos cupos, las autoridades concentradas en el CORPOSEC decidieron terciar en el problema, buscaron las mejores alternativas reuniendo a los dirigentes de todos los gremios, a los empresarios y las autoridades competentes a efectos de hallar una salida salomónica al conflicto.

Esa solución pasó por la necesidad de generar un colegiado en el cual convergen todos los sindicatos y de esta manera todos puedan tener la oportunidad de rotar en los cupos que se ha reservado para el gremio de construcción civil, un acuerdo que no fue reconocido por el Sindicato histórico en la medida que, nadie sabe por qué diablos, creen tener derecho a una mayor participación que los otros gremios sindicales.

Por ello es que a pesar que las empresas contratistas son conscientes que existe un acuerdo avalado por la autoridad local, lo que hace es convocar a este colegiado y reparte los cupos de construcción civil, razón por la cual cada vez que se inicia una obra de gran envergadura, como la que se ejecuta en el “Real Plaza”, se presentan las hordas del sindicato histórico a incomodar y entorpecer los trabajos con el objetivo que, bajo amenazas, se obligue a los contratistas a tomar a sus agremiados.

Asumimos que si el Sindicato Histórico pretende un “cupo especial” es porque piensan que tienen una corona o que representan a las “vacas sagradas” del rubro de construcción civil, una idea que lo único que consigue es obnubilarlos y llevarlos a promover enfrentamientos que deben exterminarse de una buena vez denunciando y encerrando a los promotores de los mismos.

La autoridad está llamada a poner orden y si esto pasa por el acuerdo para que todos los gremios de construcción civil se sometan a un Colegiado entonces se hace respetar este consenso y se sanciona a quien no quiere someterse a esos pactos de caballeros.

En la última refriega la Policía de Protección Civil detuvo al dirigente Jean Pierre Mondragón por promover esta asonada, se trata ni más ni menos que el hijo del ex dirigente Modesto Mondragón que se encuentra recluido en “Piedras Gordas” por haberse sometido a la red de corrupción de Áncash cuando el presidente regional era César Álvarez Aguilar. Si esta clase de dirigente no quiere entender por las buenas entonces habrá que abrirle los ojos por las malas, pero de ninguna manera se puede dejar que la bravuconería esté de vuelta.

EN MARCHA

La semana pasada se debe haber licitado en Lima la ejecución del expediente técnico del Hospital I del Barrio El Progreso, poniendo virtualmente en marcha la ejecución de este anhelado proyecto que viene a llenar un tremendo vacío en la necesidad de hacer llegar la salud y asistencia médica a miles de personas de bajos recursos.

Este futuro hospital se levantará en el mismo terreno en donde hoy se encuentra la Posta Médica de El Progreso, un establecimiento que, pese a sus precariedades y carencias, es la fuente de atención de miles de personas de esa populosa zona, por ello es que se comenzó a gestionar la construcción de un hospital.

Aun cuando este proyecto tiene tanta antigüedad como que de la remodelación del hospital La Caleta, a la fecha observa un mayor avance y ya se puede decir que será una hermosa realidad en la medida que se ha licitado la elaboración del expediente técnico, de tal suerte que concluido este paso se licitará la ejecución propiamente dicha.

Hay que saludar y felicitar a los promotores de este proyecto en la medida que sus frutos son solo consecuencia de una constancia y persistencia en los objetivos, jamás desmayaron y menos aún se desanimaron ante la indiferencia y excepticismo que generaba en muchos. Esperemos que pronto será una grata realidad.