Editorial

Editorial: ::: UN ENGRANAJE MÁS :::

Cuando los chimbotanos pasamos angustias por conocer, finalmente, el contenido del dictamen acusatorio del Fiscal Elmer Chirre en el emblemático caso conocido como “La Centralita”, la Policía Nacional no ha descansado en su afán de capturar a todos los implicados en este megaproceso y por ello el fin de semana anunció la aprehensión de un elemento más de esta maraña de corrupción.

En esta oportunidad el detenido es Gustavo Ramírez Huayaney, sujeto considerado por el Ministerio Público como uno de los cajeros de la organización criminal y cuya labor era recoger los pagos de diezmos que realizaban las empresas constructoras por ser beneficiadas con la adjudicación de obras sobrevalorizadas.

“Cuy mágico” era el apelativo que llevaba y se encontraba prófugo desde el año 2014 cuando el Tercer Juzgado de Investigación Preparatoria del Santa, por entonces conducido por el hoy juez nacional Richard Concepción Carthuancho, le dictó 18 meses de prisión preventiva, por ello es que el Gobierno lo incluyó en la lista de los más buscados y ofrecía una recompensa de 20 mil soles por información fidedigna que lleve a su paradero.

Todo indica que este ofrecimiento rindió sus frutos pues la captura del “Cajero” se produjo como consecuencia de todo un operativo que contaba con órdenes de descerraje de un inmueble en donde se había identificado la presencia del requisitoriado, personal de inteligencia y de unidades de apoyo de la Policía Nacional ya habían trabajado en este tema, por ello es que se realizó un allanamiento.

Ramírez Huayaney estaba oculto en una vivienda del cercado de Lima, allí se mantuvo escondido durante estos casi cuatro años que han transcurrido desde que cayera la mafia de corrupción en Ancash y desde que se detuviera a sus principales cabecillas y operadores.

Justamente, esta es la razón por la cual Gustavo Ramírez no podrá salir del Penal como lo han hecho otros integrantes de esta organización, quienes después de más de 36 meses de carcelería solicitaron su libertad procesal, es decir, aquella que corresponde a quien se mantiene encarcelado más allá de ese plazo y no han sido sentenciado.

Pues bien, en Ancash se sabe quién es este personaje del más estrecho entorno del otrora líder del movimiento “Cuenta Conmigo” César Álvarez, pues por muchos años se desempeñó como el chofer de confianza del titular de Áncash y en ese rol se involucró con los manejos turbios y mafiosos que se dieron en aquella ocasión.

Incluso, cuando se denunciaron los manejos ilícitos de La Centralita, se reveló la existencia de vouchers de las cuentas personales del chofer de Álvarez en los cuales aparecían depósitos de dineros cuya procedencia se desconocía y fue entonces que se sospechaba su vinculación que ha sido consolidada por los testimonios de los colaboradores eficaces, quienes lo han sindicado de recaudar los diezmos y entregarlos al ex Policía José Carmen Ramos, quien por entonces era el jefe de seguridad de César Álvarez, aun cuando todos sabían que desempeñaba un rol más protagónico.

No creemos que el ex chofer de César Álvarez pueda proporcionar algunas pistas o corroborar evidencias que ya tiene el Ministerio Público en la medida que se trata de un elemento del entorno del ex titular de la Región, sin embargo, su manifestación será clave en la medida que la Fiscalía puede conducirlos por una senda de contradicciones que podrían llevarlo a confesar algunas situaciones que se han registrado en aquella época.

Por lo demás, Gustavo Rodríguez ya se encuentra acusado por el Ministerio Público, en su condición de reo ausente que se mostró renuente a colaborar con la justifica y ponerse a derecho, se ha calificado su situación jurídica en base a las imputaciones existentes y las evidencias proporcionadas por los testigos en reserva y los colaboradores eficaces.

De allí que las autoridades judiciales tienen todo este tiempo en que se debe tramitar la fase intermedia de la carpeta de la Fiscalía, es decir, las notificaciones y observaciones que puedan existir en contra del dictamen acusatorio antes de señalarse fecha para la audiencia de control de acusación, para poder recibir las declaraciones y actuar las diligencias que se encuentren pendientes con aquel.

Ello con la finalidad que cuando el caso se encuentre expedito para ser revisado pueda incorporarse a este investigado que trató de burlarse de la justicia escondiéndose en una guarida en pleno centro de la Capital, en los suburbios en donde nadie pudiera sospechar que podría escabullirse de las autoridades.

Pero así como Ramírez Huayaney, aún existen pendientes muchas capturas en este mismo caso de “La Centralita”, como de la esposa del ex presidente regional, Milagros Asián, como la vulgar locutora Rosa Alicia Olivares de la Cruz y otros cuadros que han conseguido burlar la acción persecutora de la Policía pero cuya suerte pende siempre de un hilo, como le ha ocurrido al chofer de Álvarez que finalmente fue delatado por algún vecino que lo identificó y dio a conocer el lugar donde se hallaba.

Sin embargo, el caso ya está encausado, aquellos que decidieron vivir a salto de mata y no se pusieron a disposición de la justicia deberán afrontar los meses de presión que la justicia ha señalado para cada uno de ellos que se contabilizará desde el día en que los aprehendan, de allí que es cuestión de esperar y seguir de cerca las incidencias de este caso que ha marcado la historia de nuestra región.

El capturado Gustavo Ramírez Huayaney no es uno más de la lista de requisitoriados, se trata de un engranaje más de la cremallera de corrupción que se estableció en la década pasada y que solo se desvirtuó cuando asesinaron al ex consejero regional Ezequiel Nolasco Campos quien no se amilanó ante las amenaza y siguió demandando que se investigue a la mafia regional. En su memoria, los magistrados deben agilizar los procesos, no solo el relacionado con su alevoso crimen sino el Caso La Centralita que está muy ligado a aquel. Confiamos en que finalmente sea así.