Editorial

EXTEMPORÁNEA OBSERVACIÓN

Por espacio de varios años un grupo de pobladores que se reunieron en torno a un comité pro construcción del hospital La Caleta bregaron duro y parejo con la finalidad que se habilite un terreno en el P.J. Dos de Mayo a efectos que allí se levante la nueva y flamante estructura del nuevo hospital de los pobres.

La necesidad de remplazar la vieja e inadecuada infraestructura del barrio que le dio el nombre, es decir, en La Caleta, llevó a estos pobladores a coordinar con autoridades locales y del Ministerio de Salud a efecto de hallar un lugar adecuado, incuso, esta labor incluyó el traslado de funcionarios, ministros y especialistas que evaluaron el terreno y terminaron otorgándole el visto bueno después de mucho tiempo.

Lo cierto es que cuando ya se contaba con el terreno ideal todo ha quedado a fojas cero en la medida que el gobierno regional ha desistido de adquirir esas áreas en razón que los propietarios de esas parcelas, hasta la fecha de índole agrario, pretende sacar provecho de la necesidad del estado y han sobrevalorado los predios.

Muchos ha  saludado la decisión del Gobernador Regional por no aceptar caprichos y aprovechamientos, empero, este impase debería haberse advertido mucho antes a efectos de no perder tanto tiempo dando vueltas sobre una cuestión que, al final, dejará el proyecto a fojas cero.

Algo similar ha ocurrido con el futuro hospital del barrio Progreso, un acariciado proyecto que fue apuntalado por vecinos durante años, gestionando ante el Ministerio de Salud y el mismo Gobierno Regional para que se pueda habilitar una partida presupuestal que permita convertir la Posta de Salud de ese sector en un moderno hospital que atienda a un  grueso sector de la población que colinda con esa zona.

Inclusive, se debe tener en cuenta que estas intenciones se vigorizaron recién cuando el Municipio Provincial del Santa consiguió reubicar a los comerciantes informales del mercado progreso que habían invadido varias calles y habían convertido ese lugar en una zona virtualmente inaccesible.

Inclusive, muchos tomaron conocimiento de la ubicación de la Posta de Salud recién cuando se reubicaron a los comerciantes informales y se fueron a formar el mercado Dos de Mayo, fue entonces cuando se pudo apreciar la fachada de la Posta de Salud porque antes de ello había permanecido virtualmente “enterrada” entre puestos de ambulantes, cartones, deshechos, etc.

El lugar cuenta con áreas de terrenos que permiten establecer allí un hospital de atención primaria, por ello es que el Gobierno admitió el pedido ce los pobladores y dirigentes para convertir la Posta en un hospital y se trabajó para el presupuesto en base a un expediente elaborado con ese motivo.

Lo curioso es que ahora que se tiene todo aprobado, cuando muchos comprobamos con sorpresa que los trámites para este nosocomio avanzaron mucho más rápido que aquellos que correspondían al hospital La Caleta, de pronto este proyecto ha encontrado también sus primeros escollos y amenaza con no ejecutarse.

Esto se ha advertido la semana pasada cuando llegaron a la Municipalidad Provincial del Santa funcionarios del organismo encargado de las inversiones en el Ministerio de Salud, PRONIS, quienes solicitaron al Alcalde Julio Cortez Rojas la inmediata reubicación del Mercado Progreso en virtud de una ley que prohíbe el funcionamiento de un centro asistencial a pocos metros de un mercado.

La autoridad edil tomó conocimiento de la norma además de la advertencia del PRONIS en el sentido que de no disponerse la reubicación del centro de abastos se dejaría sin efecto la inversión reservada para el hospital El Progreso, una actitud vertical que no puede aceptarse a estas alturas en razón que se afectaría seriamente a muchos comerciantes.

Inclusive, de una primera intención el alcalde no aceptó la reubicación inmediata de los comerciantes si se tiene en cuenta que el proyecto recién será sometido a diversas etapas que tomará unos dos años hasta ejecutarse, por lo que retrucó que primero se hagan todas las fases previas a la licitación para proceder a la reubicación de los comerciantes de esa zona.

Sin embargo, lo que debe tenerse en cuenta es que la ley que se esgrime para apuntalar este pedido, es decir la prohibición de la cercanía de un hospital con un mercado, ha sido promulgada el año 2012, lo que quiere decir que se pone en vigencia muchísimos años después que comienzan a funcionar tanto el mercado como la Postas de Salud de El Progreso, por lo tanto, si nuestra legislación considera que las leyes no son retroactivas, no se puede pretender aplicar la misma al citado centro de abastos.

Partiendo de allí se tiene que tener en cuenta que la teoría de los derechos adquiridos respalda a los comerciantes del mercado Progreso, empero, cuando se presentan estas situaciones lo que mejor es hallar una salida salomónica, una alternativa que no termine perjudicando a ninguna de las dos partes pero partiendo del hecho que la construcción del Hospital El Progreso tiene que ejecutarse de todas maneras.

Lo que no nos deja de llamar la atención es que se esgrime este tema de la indebida ubicación del mercado Progreso cuando ello se había advertido cuando se gestionaba la construcción de este nosocomio, los medios de comunicación escuchamos esta misma observación y pensábamos que ya había sido resuelta y se había llegado a un acuerdo.

No se puede traer a colación recién a estas alturas un asunto que se requería haber dilucidado hace mucho tiempo, condicionar la ejecución de la obra a estas alturas es burlarse de la buena fe de los pobladores de El Progreso que ya han celebrado como corresponde la aprobación del financiamiento de la obra.

No es imposible que tanto mercado como hospital coexistan, lo que se debe hacer es planificar el orden y la limpieza, eso es posible y para ello es la Municipalidad Provincial la que tiene que plantear las alternativas que tienen los comerciantes, si desean mantenerse en el mismo lugar deberán dejar las viejas prácticas antihigiénicas en el pasado y comenzar por organizarse adecuadamente pues la presencia de un nosocomio en esa zona los beneficia directamente a ellos. Esta extemporánea observación no puede detener la consolidación del hospital en el populoso barrio Progreso.