Editorial

Editorial: :: UNA GRAN OPORTUNIDAD ::

La declaratoria de la fiesta religiosa de San Pedrito como Patrimonio Cultural de la Nación no solo es una bendición y un reconocimiento para nuestro Santo Patrón sino que representa la gran oportunidad que tendrán las autoridades de la provincia de demandar la atención gubernamental que necesita nuestra provincia y los proyectos de gran envergadura que hasta el momento siguen postergados.

Ello porque esta justa y esperada declaración de la fiesta patronal ha motivado al Presidente de la República a visitar nuestra ciudad, tomar parte de las celebraciones que por primera vez se realizará en Chimbote a su fiesta patronal ya como un patrimonio cultural de la nación.

Esta visita no solo ha sido anunciada por el Prefecto Regional Alex Cordero y confirmada por los despachos sectoriales del Ejecutivo, sino que ha sido reafirmada nada menos que por el mismo Jefe de Estado, Martín Vizcarra, en el marco de la ultima visita que realizó el pasado fin de semana a la ciudad de Trujillo, en donde compartió con sus autoridades el desarrollo de los proyectos de desarrollo que se encuentran pendiente.

Nuestro medio de comunicación lo pudo abordar al Jefe de estado en un centro de Investigación Científica que se ha establecido en el proyecto Chavimochic en la localidad de Virú, y allí confirmó a nuestro reportero que, efectivamente, en su agenda se encuentra la visita a Chimbote a fin de mes para tomar parte de las celebraciones de San Pedrito como Patrimonio Cultural de la Nación, mención honrosa que ha sido expedida al inicio de su gestión gubernamental.

De allí que es la gran oportunidad que tiene nuestra provincia para impulsar los proyectos de desarrollo que están pendientes y que, necesariamente, requieren de la intervención del ejecutivo, no solo para el financiamiento sino para concluir las etapas previas de la elaboración de estudios y expedientes.

Lo que no se puede dejar de soslayar es que Ancash ha sido una de las regiones más postergadas por los últimos gobiernos de turno, hemos tenido ingratas experiencias con los diferentes mandatarios, al extremo que en alguna oportunidad se nos colocó detrás del último peldaño solo por razones de vindicta personal, como ocurrió en el gobierno del ex oficial del ejército Ollanta Humala Tasso.

En todo esto tienen mucho que ver los gobernantes que llegaron al frente del timón de nuestra región, los peores que pudieron registrarse en los últimos años, desde que asumiera la Gobernación el llamado “Poppy chimbotano”, César Álvarez Aguilar, quien puso en marcha una administración basada fundamentalmente en el ventajismo, el aprovechamiento y la corrupción.

No tuvo que pasar mucho tiempo para que el ex presidente regional se descubriera como tal, sin embargo, en base a la manipulación del poder político y el dinero, consiguió reelegirse en el cargo, sacando a cuanto opositor saliera por delante, inclusive, apelando a las amenazas y el sicariato, como ha quedado evidenciado en el transcurrir de los años, tanto así que ahora purga carcelería por esos cargos delictivos.

Fue Álvarez Aguilar el que sometió una serie de obras a una suerte de “pirámide” en la medida que comenzaban con un presupuesto y quedaban a medio camino porque las partidas que se le asignaron fueron tomadas para financiar el proceso de selección y el inicio de otras obras no presupuestadas y, consecuentemente, condenadas a que se queden también abandonadas.

Por ello es que cuando Álvarez es capturado e internado en la cárcel, las cifras del gobierno regional eran catastróficas, decenas de obras quedaron abandonadas y por muchos años pues quienes lo remplazaron provisionalmente no hicieron absolutamente nada mientras que los gobernadores electos el siguiente período fueron la escandalosa representación de la incapacidad e ineptitud.

Así las cosas, la región Ancash se mantuvo sin un manejo coherente por varios años y los presidentes de entonces ofrecieron apoyarla pero nunca lo hicieron, ni siquiera la declararon en emergencia, de allí que hasta el momento padece este escenario de postergación mucho más que evidente.

Si bien es cierto que la llegada del gobernador Luis Gamarra Alor le ha permitido encausar muchos proyectos, iniciar muchas obras a nivel de la costa y la sierra y generare fuentes de empleo, aun existen muchos temas que ni siquiera la región está en condiciones de poder manejar, como la modernización del Puerto, la construcción del hospital La Caleta, la añorada y esperada vía de Evitamiento y como no olvidar a nuestro Proyecto Chinecas.

Ello al margen de proyectos de envergadura que esperan la mano del Poder Ejecutivo como las obras de saneamiento en muchos Pueblos de Chimbote y nuevo Chimbote o la Planta de tratamiento que busca que terminar con la terrible contaminación de la bahía hacia donde, hasta la fecha, se lanzan las aguas servidas que se evacúan del colector doméstico.

Los principales proyectos de coyuntura no avanzan, no se olvide que la obra de la Vía de Evitamiento se inició en las postrimerías del gobierno de Ollanta Humala con la colocación de la primera piedra, se dijo por entonces que en 90 días se pondría en marcha los trabajos, empero, han transcurrido ya dos años y hasta el momento todo sigue igual, con excepción de unos trabajos preliminares que se aplican para el retiro de todo aquello que se interponga en el trazo de esta vía de Evitamiento.

Sin embargo, ello no garantiza que se ejecute la obra, lo que se necesita es que el primer mandatario asuma una posición u exponga la real voluntad de su gobierno por ejecutar esta obra, para ello se tiene que llegar directamente a su persona, de allí que la próxima visita que realizará en el día de nuestro Patrón San Pedrito, se presenta la gran oportunidad que tendrán las autoridades para demandar respuestas a muchas interrogantes que han quedado en el ambiente.

Ya el alcalde y el Gobernador han señalado que se prepara una agenda conjunta a efectos de mantener una sola voz y una sola posición con todas las fuerzas vivas de Ancash ante el presidente Martín Vizcarra. No olvidemos que quizás sea la última oportunidad que se tenga para arrancar respuestas de manera directa.