Editorial

Editorial: ::: IMPORTANTE MEDIACIÓN :::

Obreros de construcción civil han paralizado los trabajos y promovido constantes protestas en el frontis del Campus Universitario N° 2 de la Universidad Nacional del Santa demandado a las autoridades de esta casa universitaria que les asignen más cupos de trabajo en las obras que se viene ejecutando en este recinto, específicamente en lo que se refiere a la construcción del pabellón de la facultad de Medicina.

Las acciones de protesta de este gremio sindical están siempre aderezadas de brotes de violencia, de gritos, insultos, fuertes intercambio de groserías y hasta de pugnas en enfrentamientos con otros trabajadores de su misma especialidad.

Ello porque el gremio de construcción civil está atomizado, no existe uno o dos como en antaño sino que hay por lo menos siete facciones y todas reclaman trato preferencial por parte de los encargados de una obra pública.

Los problemas se generan cuando la empresa constructora decide trabajar con uno o dos gremios porque alega que no puede hacerlo con todos, o cuando los gremios más antiguos reclaman un trato privilegiado en atención que son los entes representativos, lo cierto es que las pugnas llegaron en varias oportunidades a la vía de los hechos y se hace necesaria la presencia policial.

Sin embargo, esto no puede ocurrir toda la vida, no existe una sola obra pública en donde no se registren esta clase de asonadas y en los cuales debe estar interviniendo la Policía para evitar agresiones y escaramuzas que, usualmente, deriva en la intervención y detención de trabajadores.

Una de estas obras ha sido el teatro municipal que recién se ha iniciado pero que, cuando se entregó el terreno a la empresa ejecutora y esta colocó el cerco de la obra, se generaron enfrentamientos entre los gremios de construcción civil que pugnaban, como siempre, por más cupos.

Allí también se registraron serios incidentes, afortunadamente la sangre no llego al rio pero la virulencia de las disputas dio lugar a que las autoridades tomen cartas en el asunto como ya lo hicieron en alguna oportunidad.

Ha sido el Director Regional de Trabajo, quien convocó a todas las facciones de construcción civil para que en una mesa de negociaciones, con la presencia de la empresa ejecutora y con veedores calificados como la Defensoría del Pueblo, se llegó a un acuerdo salomónico frente a las pretensiones de la partes,

En este caso la empresa ofrecía el 15% de los cupos para todos los gremios de construcción civil, mientras que estos pretendían el 50%, es decir, dos extremos realmente intolerantes y cuya insistencia no dejaba lugar a que se avizore una posibilidad de acuerdo, por el contrario, quedaba la sensación de incertidumbre por lo que podría representar la necesaria paz y tranquilidad que se requiere en la ejecución de obras en la medida que ellas representan la reactivación económica que tanto necesitamos en Chimbote y en toda la Región.

Por ello es que el Director Regional de Trabajo, con fundamentos y mucha muñeca, intercedió entre las dos partes y señaló que el porcentaje de cupos deberá ser de 30% para construcción civil, los cuales se distribuirán de manera equitativa entre todas las facciones que existen y se encuentren reconocidos por la autoridad.

Este acuerdo fue firmado por todos los dirigentes presentes en la cita, se fueron conformes y las autoridades respiraron con alivio en la medida que el diálogo nuevamente se había convertido en la palanca de pacificación en un sector que se ha caracterizado por ser intransigente e inflexible.

Entonces, si se advierte que estos problemas de disputas de cupos se mantiene hasta la fecha en la obra que ejecuta la Universidad Nacional del Santa, sería pertinente que el caso se eleve a la mesa de diálogo de la Dirección Regional de Trabajo, lo que no puede permitirse es que las manifestaciones y reclamos de los gremios de construcción civil conspiren con el avance de los trabajos o que perturben la buena marcha que ya han conseguido varios de esos proyectos.

No podemos negar la destacada intervención del Director Regional de Trabajo Joe Elvis Terrones Rodríguez, ha sabido capear este temporal. Y nos imaginamos que está en capacidad de poner orden en cuanta obra se registre alguna protesta de este tipo.

PREVISIBLE SANCIÓN

Finalmente la Primera Sala Penal de Apelaciones ha confirmado la sentencia condenatoria que en primera instancia le impuso el Segundo Juzgado Penal Unipersonal al ex ejecutor Coactivo de la Municipalidad Provincial del Santa, Adolfo Varas Vásquez, es decir, cinco años de carcelería.

La Sala Penal ha considerado que los descargos que ha esgrimido la defensa del ex Ejecutor Coactivo no han sido suficientes como para desvirtuar los cargos incriminatorios, subsistiendo las razones jurídicas por las cuales, desde un primer momento, decidieron enviarlo al penal de Cambio Puente.

Ello porque la efectividad de una celada resulta eficaz cuando se trata de sustentar medios probatorios en el marco de un proceso penal, el ex ejecutor coactivo fue detenido en el marco de una intervención planificada por el ministerio público, fue sorprendido en flagrante delito y aun cuando señale que el dinero que se le encontró en el cajón de su escritorio había sido lanzado por el denunciante, es absurdo que ello haya sido así sin que reclame o rechace esa actitud.

De esta manera se ha cerrado uno de los capítulos aciagos en la historia municipal de Chimbote, cual fue la intervención de dos ex funcionarios sorprendidos cuando exigían pagos por favorecer a los usuarios en el servicio que presta la comuna, uno fue Adolfo Varas y el otro el ex jefe de defensa civil, Juan Carlos Cam Bernuy, también condenado pero a una pena condicional por acogerse a la terminación anticipada.

De allí que en nuestra ciudad era previsible la sanción que se impuso al ex funcionario público, este fallo quedará como un precedente para quienes traicionen los postulados de la ética y la honestidad que debe primar en el desempeño de un cargo público.