Editorial

Editorial: ::: DEBER TRAICIONADO :::

La muerte de un mototaxista en la prolongación de la avenida Pardo, a la altura de la Iglesia “Fuente de Vida”, no solo pone de manifiesto la peligrosidad de la zona debido a la velocidad que observan los vehículos, sino la insensibilidad y la actitud dolosa de los autores de estos accidentes que, aprovechando la oscuridad de la madrugada y la falta de cámara de vigilancia, se fugan del lugar dejando a las victimas en el pavimento.

Estos hechos se registraron la madrugada del pasado domingo 29 de julio cuando el automóvil de placa AJL-311, marca BMW, modelo Z4, color blanco, impactó con la parte posterior de una mototaxi de placa MG78294, marca ARGOS, color azul, lo que provocó que el chofer Eduardo Víctor Zegarra Rodríguez (38) perdiera la vida de manera instantánea.

En la mototaxi también viajaba Martha Magdalena Villaverde Dionicio de 43 años, quien quedó gravemente herida por lo que debió ser trasladada de urgencia al Hospital La Caleta. Al llegar al nosocomio fue atendida por el médico Carlos Caffo Mendoza quien la diagnosticó con trauma múltiple TEC Moderada, trauma molar fractura expuesta de tibia peroné y herida acongojante de cuero cabelludo.

Como consecuencia del violento impacto, la mototaxi quedó prácticamente inservible, mientras que el moderno vehículo de alta gama marca BMW se dañó toda la parte delantera. Según registros públicos, esta unidad es propiedad de Shirley Frida Plazolles Lázaro.

Según la Policía, el conductor de este automóvil que causó el deceso huyó de la zona del accidente y se presume que se haya encontrado en estado de ebriedad, no solo por la naturaleza del accidente sino porque se encontraron botellas de cerveza en el vehículo.

Inclusive, a juzgar por la fecha, un día feriado de fiestas patrias, es evidente que el chofer y quienes lo acompañaban retornaban de una noche de farra y la forma como ocurrió el accidente, es decir un impacto por alcance, permite colegir que el conductor pestañeó o se quedó dormido y se llevó de encuentro el vehículo menor.

Este grave accidente nos trajo inmediatamente a la memoria otro caso igualmente trágico y que tuvo como protagonista a una mototaxi, hecho ocurrido un año antes en la intersección de la carretera panamericana con el jirón Chimbote, en la segunda etapa de la urbanización Buenos Aires, en donde una moderna camioneta impactó violentamente a una mototaxi y mató a su conductor que era un joven de apenas 18 años de edad.

El impacto fue consecuencia de una temeraria maniobra del chofer de la moderna camioneta que pretendió salir de la carretera panamericana sin percatarse de la presencia de la mototaxi, aparentemente, debido al estado de embriaguez en el que se hallaba pues, tal como ha ocurrido en el último accidente del pasado domingo, el chofer también optó por darse a la fuga y dejar regados al chofer y otros dos amigos que resultaron gravemente heridos.

Lo preocupante de estas coincidencias es que aquel accidente de hace ya más de un año atrás, ha quedado virtualmente impune pese a las muchas pistas y evidencias que tiene la policía para identificar al propietario del vehículo y para dar con el chofer, empero, tanto así que jamás la Policía entregó el resultado final de su pesquisa y la muerte de un joven ha quedado como testimonio de la insensibilidad.

Y en este último caso pudo ocurrir lo mismo, empero, a diferencia de la vez anterior que la Policía conocía la identidad y el domicilio del propietario, en este caso los agentes encargados de la investigación acudieron a la vivienda de la propietaria Shirley Plazolles a quien no encontró porque se hallaba de viaje fuera del país, empero, la mujer que le cuida la vivienda identificó plenamente a la persona que se llevó el vehículo la noche anterior al accidente porque es la pareja sentimental de su sobrina que es la propietaria de la vivienda y el auto.

Esta información coincidía totalmente con la evidencia que tenía la Policía al hallar el vehículo en el lugar del accidente, pues se trata de un auto de lujo que difícilmente pueda existir similares en laciudad y si los hay son contados con los dedos de la mano, empero, los Policías habían visto antes este vehículo en la zona de estacionamiento del departamento de Tránsito de la misma entidad policial, cuando lo conducía y utilizaba un Sub oficial Gilmer Aniano Vásquez cóndor, sobre quien recaen todas las sospechas como autor de la muerte del mototaxista y las  graves lesiones provocadas su pareja que viajaba en el mismo vehículo.

Y es que la misma familiar de la propietaria dijo a la Policía que el mencionado efectivo se había llevado el auto la noche anterior como lo hacía en otras oportunidades y agregó que al día siguiente, al promediar las 9.00 de la mañana llegó sumamente nervioso y asustado señalando que había ocurrido un accidente con el vehículo.

Estas son las principales evidencias que apuntan al efectivo policial como autor del choque con secuela de muerte, se sabe que la Policía ya lo ha citado para deslindar responsabilidades, aun cuando para muchos está claro que era el chofer en el momento del accidente y deberá asumir sus responsabilidades.

Lo que llama poderosamente la atención es que un agente de la Policía Nacional que provoca un accidente no demuestre su conocimiento y experiencia en estos casos, es decir, no haya obrado como una persona civilizada y asistiera a los heridos en el accidente, hubiera buscado la manera de trasladar a quienes se hallaban regados en la pista y conducirlos hasta un nosocomio, a lo mejor de esa manera se pudiera haberle salvado la vida al fallecido o no se hiciera hecho más penosa la situación a la mujer herida.

Lo cierto es que el agente policial se fugó del lugar y cuando los choferes proceden de esa manera es porque tienen un sentimiento de culpa, cuando se encuentran en estado de ebriedad y pretender de esa manera burlar el control respectivo o generar las dudas en los encargados de la investigación.

Sin embargo, al margen de las graves secuelas de este trágico accidente, por el cual deberá responder ante la ley, lo que se tiene que considerar es que el sub Oficial Vásquez Cóndor ha traicionado el deber de función que tiene como miembro de la Policía Nacional, así se encuentre vistiendo o no el uniforme su origen institucional le indica que tiene que prestar auxilio a quien lo requiere y sencillamente no lo hizo. Por ello las autoridades tendrán que reservarle una doble sanción en caso formulen acusación al cabo de la pesquisa.