Editorial

Editorial: ::: COMO VISITA DE MÉDICO :::

Cumpliendo los cronogramas que establece la ley electoral y la obligatoriedad del alcalde (e) Humberto Ortiz Soto de dejar el cargo porque está postulando nuevamente a una regiduría en la comuna provincial del santa, el ultimo fin de semana asumió las riendas de la comuna el hoy primer regidor Neptali Briceño Porras, quien se mantendrá en el cargo por espacio de 30 días.

Justamente, estas es una encargatura que tiene fecha de inicio y culminación pues el 08 de octubre el alcalde (e) con licencia, Humberto Ortiz retomará el cargo así gane o no las elecciones y se mantendrá hasta el 31 de diciembre que concluye esta gestión en caso no exista alguna medida judicial que determine otro derrotero.

Y es que no podemos olvidar que el alcalde en funciones de la Municipalidad Provincial del Santa es Julio Cortez Rojas, quien se encuentra suspendido en razón que el pasado 04 de julio ha sido condenado a cuatro años de pena efectiva y en la medida que ha apelado esa sentencia se vio precisado a ponerse a buen recaudo para que no lo internen al penal de Cambio Puente, situación similar que afronta la ex alcaldesa Victoria Espinoza.

Fue la situación jurídica del alcalde Julio Cortéz la que llevó a suspenderlo del cargo y asume funciones el primer regidor Humberto Ortiz, quien al escalar un peldaño más permite que quien se quede como teniente alcalde sea su colega Neptalí Briceño que, a pesar que llegaron formando parte de la misma agrupación, han tomado distancia por las diferencias en el manejo de la Municipalidad.

Por ello es que desde el viernes Chimbote ya cuenta con un nuevo alcalde en condición de encargado, quien ha sido uno de los mas ácidos críticos de la actual gestión y ha demandando permanentemente nuevas políticas para hacer frente a la problemática de Chimbote, tomando distancia de la gestión de sus antecesores.

De allí que al verlo juramentar y colocarse la cinta de alcalde muchos no han vacilado en emplazarlo para que demuestre ahora que está al frente de la ciudad como se tiene que hacer ante la problemática local y con los permanentes cuestionamientos que formuló en su condición de opositor.

Y todo indica que Nepalí Briceño está dispuesto a transformar una gestión que siempre criticó y por ello la primera medida que ha adoptado es el cambio del gerente municipal Edgar Tapia Palacios así como de otros gerentes de línea con la finalidad de otorgarle otro rumbo y otra ambición a la gestión edilicia.

Claro que los remplazos no han resultado nada nuevo o extraordinario, por el contrario, se trata de los mismos funcionarios de carrera que antes han intervenido en el manejo de las gerencias sin mayor suceso, de allí la preocupación entre la población chimbotana respecto a estos cambios que, todo indica, solo se extenderán por un mes y luego todo volverá a la misma situación que antes.

Cierto es que el nuevo alcalde no podía seguir la gestión con funcionarios que no son de su confianza, menos aun con un gerente municipal al cual ha criticado de manera permanente y cuya cabeza había solicitado desde su curul de concejal en varias oportunidades, señalándolo como responsable de la mala gestión edilicia.

Empero, el alcalde encargado debe advertir que su permanencia en el cargo será solo por tres semanas, de allí que es evidente que poco o nada se podrá hacer, empero, por lo menos debe dejar sentada las bases de una mejor administración para los efectos que cuando deje el cargo su sucesor no tenga que estar nuevamente designando a funcionarios que comenzarán de cero, es decir, que lo único que conseguiría es que la gestión de retrase 30 días cuando ese no es el objetivo de la ley.

De allí que el alcalde Neptalí Briceño ha comenzado con buenos bríos esta gestión en la medida que la propia coyuntura exigía que tome posición respecto a la problemática que se ha generado con la construcción del hospital El Progreso, cuyo presupuesto de 48 millones de soles podría echarse a perder si es que no se llega a una solución frente a la negativa de un grupo de comerciantes de cambiar de digo su negocio o de ser reubicados para que pueda ejecutarse la nueva edificación.

Esto resulta de la necesidad de adecuar la ubicación del mercado Progreso y la posta de salud del mismo barrio que se ubican a pocos metros una de otra, y tras realizarse largas gestiones por fin se aprobó un presupuesto para convertir la posta de Salud de El Progreso en un hospital de nivel II que pueda brindar mejor atención a miles de pobladores de todos los pueblos y urbanizaciones a la redonda.

Empero, la ley ya no permite que un hospital funcione a menos de 100 metros de distancia de un mercado, un establecimiento que suele generar basura, contaminación, delincuencia y tugurizacion, razón por la cual se demandó inicialmente su reubicación.

Sin embargo, en mesas de trabajo promovida por el alcalde saliente Humberto Ortiz, se consiguió que se acepte la alternativa de hacer de El Progreso y un mercado más limpio y compatible con la presencia de un hospital a pocos metros, lo que pasaba por el cambio de giro de los puestos que venden carnes, comidas, frutas, verduras, etc.

Lamentablemente, esta solución se ha entrampado en razón que hay un grupo de dirigentes políticos de la Federación de mercados que alientan a los comerciantes a no salir de sus puestos y menos cambiar de giro, pretender alegar una posesión contínua de sus puestos, a sabiendas que ello no significa nada cuando se trata de aplicar la ley.

Sin embargo, el burgomaestre no ha ocultado su decisión de llevar adelante el proyecto del hospital aun cuando ello signifique que tenga que sacar de las mechas a comerciantes a los cuales se les está dando todas las alternativas posibles y se mantienen en sus trece.

Es evidente que este pequeño grupo de comerciantes viene siendo políticamente manipulado por trasnochados dirigentes que toda la vida han querido siempre hacer lo que se les viene en gana, empero, en esta oportunidad no se enfrentan a una gestión o un alcalde, se están enfrentando a la población que lo único que quiere es desarrollarse y progresar con proyectos de envergadura que contribuyan a la mejora de uno de los sectores más sensibles como es la salud.

Esperemos que el alcalde Neptali Briceño corone su gestión con la reubicación de aquellos comerciantes que no se quieren someter a la ley, tiene que entender que su gestión será “como una visita de médico”, es decir tan corta que no le dará tiempo para más.