Editorial

Editorial: ::: RECONSTRUCCIÓN SIN CAMBIOS :::

Tal como lo había advertido oportunamente y con las herramientas legales que se le otorgaron poco después que se iniciara el proceso de reconstrucción del país tras los desastres generados por el fenómeno del Niño Costero, la Contraloría General de la república ha venido ejerciendo un rol fiscalizador en las acciones del gobierno y de las entidades públicas que se han encargado de este proceso.

Desafortunadamente los resultados no son nada halagadores aun cuando eran previsibles a la luz de lo que estábamos experimentando los peruanos que nos vimos perjudicados por los desastres naturales, es decir, una absoluta parsimonia que solo equivale a desidia e indiferencia de funcionarios que no dieron la talla para ese encargo.

En efecto, la semana pasada el organismo de control ha dado a conocer los resultados del Segundo Operativo “Vigilamos contigo la reconstrucción”, cuya finalidad fue conocer el estado situacional y avance económico-financiero de las intervenciones que se ejecutan en las 13 regiones afectadas por el fenómeno de El Niño Costero 2017, incluyendo Lima Metropolitana.

Y las cifras son mas que elocuentes pues se identificó, por ejemplo, que en la región Áncash solo se ha ejecutado el 14% del total de recursos aprobados para la ejecución de obras y servicios de construcción y reconstrucción en el marco de la Reconstrucción con Cambios, ascendente a S/ 621´915,040.73 (setiembre 2017 a octubre de 2018).

Durante el operativo de control, realizado del 15 al 19 de octubre del presente año, se recopiló información del estado situacional de 572 obras y servicios que cuentan con montos autorizados por la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) y transferidos por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para la región Áncash.

De setiembre de 2017 a octubre de 2018 existen 173 obras y servicios en estado de ejecución, de los cuales 16 se encuentran en ejecución física, 3 paralizadas y abandonadas, y 154 en etapas previas (actos preparatorios y con buena pro).

En tanto, en ese mismo período se identificaron 42 obras y servicios en estado de concluidos, de los cuales 19 se encuentran concluidos con liquidación y 23 concluidos sin liquidación.

Las cifras que ha proporcionado la Contraloría son casi escalofriantes pero reflejan una realidad que advertíamos hace mucho tiempo, que se veía venir debido a lo complicado que resulta ser la burocracia cuando se le encarga una tarea que es propia de organismos técnicos y del ámbito privado.

Muchos no deben olvidar la penosa experiencia de la reconstrucción de la zona afectada por el sismo registrado en la ciudad de Pisco y aledaños, allá por el año 2007, cuando estaba en el gobierno el hoy refugiado Alan García Pérez, a quien le tocó hacer frente a una desgracia que consumía a todo un pueblo.

Para ello el presidente aprista convocó a sus amigos empresarios de la CONFIEP, encabezados por entonces por Julio Favre a quien entregó al presidencia del FORSUR, el fondo para la reconstrucción del sur, quien era secundado por presidentes de gobiernos regionales de las zonas afectadas.

En aquel entonces Favre salió espantado y renunció al advertir que las trabas burocráticas no dejaban hacer absolutamente nada y eso es lo que se consiguió por entonces, que la ayuda no llegue a los damnificados como se esperaba.

El año pasado, tras el fenómeno de El Niño el gobierno anunció que se formaría otra comisión para atender la emergencia generada por el Niño Costero y advirtió que ya no se seguirían los fracasados modelos de antaño, por ello denominó a esa comisión como la Autoridad para la Reconstrucción con cambios, poniendo énfasis en este último cliché porque señalaban que se generaría un cambio en función a los modelos fracasados del pasado.

Sin embargo, los cambios jamás llegaron, la ayuda siguió siendo igual de ilusoria y paquidérmica y la reciente evaluación realizada por la Contraloría lo dice todo, apenas si se ha avanzado un 14% del plan de reconstrucción a pesar que se cuenta con el presupuesto que se había requerido para las obras planificadas.

El Jefe del Comité de Emergencia Regional de Ancash (COER), César Flores Cervera, ha ensayado una explicación a este sombrío panorama y ha precisado que el centralismo y la falta de conocimiento de lo que realmente pasó en la zona norte del país, por parte de quienes han manejado este proceso, son los verdaderos responsables de este nuevo y estrepitoso fracaso del gobierno y que repite las penosas experiencias del pasado.

No se puede olvidar que el año 1983, a consecuencia de los estragos de El Niño, el gobierno de Fernando Belaúnde formó también una comisión que fue presidida por el entonces Ministro Juan de Madalengoitia, quien creó los famosos “bonos de reconstrucción” que finalmente no llegaron a los damnificados.

El año 1997 ante un nuevo evento de El Niño, ya en el gobierno de Alberto Fujimori, se formó una comisión de emergencia encabezada por el Ministro Hokama y otros ministros que consiguieron llevar ayuda a los sectores afectados de la pesca.

Luego vino al penosa experiencia del FORSUR y ahora es la autoridad para la reconstrucción con cambios, todos ellos organismos creados por diferentes gobiernos y con los mismos y espantosos resultados, no cumplieron sus objetivos.

Lo más grave es que esta reconstrucción con cambios está ad portas de recordar el segundo aniversario del evento de El niño Costero y pese a que no ha avanzado mucho en su labor de asistencia y rehabilitación, ya enfrenta la amenaza de un nuevo y posible desastre provocado por la naturlaeza.

Un nuevo fracaso sí importa y ahora lo estanos viviendo a expensas de este gobierno lenguaraz de Martin Vizcarra que no solo no ha avanzado casi nada sino que ha contado con el presupuesto necesario pero ha fracasado. Las cifras de la Contraloría no nos permiten exagerar.