Editorial

Editorial: ::: JUSTIFICADAS PROTESTAS :::

La Constitución Política del Perú garantiza la educación obligatoria y gratuita. Tiene este carácter de gratuidad en las universales públicas, mientras que por medio de la ley regular la enseñanza en las universidades privadas a efectos de garantizar la pluralidad de la oferta educativa.

Sin embargo, lo que en el papel suena maravilloso, en la realidad no se cumple, la enseñanza universitaria en las entidades públicas casi se asemeja, a la fecha, de aquella que se ofrece en las universidades privadas, por ello no ha sorprendido a nadie que los alumnos de la primera universidad pública de Chimbote salgan a protestar.

Esto ocurrió la semana pasada en el frontis del rectorado de la Universidad Nacional del Santa, en la urbanización Buenos Aires, hasta donde llegaron decenas de estudiantes que estaban protestando por el drástico incremento de los cursos de verano, que son aquellos que se llevan para regularizar notas pendientes, materias desaprobadas o cursos que por algún motivo se abandonaron en el ciclo regular.

De acuerdo a lo que señalaron los estudiantes, la Universidad venia cobrando 150 soles por curso, lo cual ya consideraban un costo elevado, empero, para este año, aparentemente con acuerdo del consejo universitario, decidieron de buenas a primeras incrementar el valor del curso a 200 soles.

Se ha aumentado 50 nuevos soles por materia, es decir, el 30% del valor que tenía, una cifra que no guarda relación ni siquiera con el incremento del costo de vida y menos aún tiene concordancia con los ingresos de la clase trabajadora, pues la mayoría de estudiantes depende de sus padres y en la medida que ellos no cuenten con incrementos salariales la medida de la entidad universitaria resulta doblemente lesiva.

Justamente, esto es lo que no se entiende, si se trata de una Universidad Nacional que recibe un presupuesto del Estado para desarrollar sus actividades no se entiende como pretende trasladar los costos de mantenimiento y servicios educativos al propio estudiante y en los montos que se precisan.

Hay que hacer un pequeño ejercicio matemático para tener una idea de lo desproporcionada que resulta la medida impuesta por la casa universitaria, pues si un alumno tiene dos o tres cursos que debe regularizar, será imposible asumir el costo en una sola temporada y eso significa que retrasará su nivel académico.

Pero si esto sucede en la Universidad del Santa que es una entidad pública, ya uno debe imaginarse lo que ocurre en las universidades particulares o privadas, en donde el costo de la enseñanza es altísimo en función a los niveles de vida de la población.

No existe un control, de parte de estado en las pensiones de estudio de las universidades privadas, por ello existen algunas y que han optado por establecer escalas que se determinan de acuerdo a los ingresos que declaren los propios estudiantes, de tal manera que no todos pagan la misma cantidad.

Sin embargo, otras, como las que existen en Chimbote fijan un costo único para todo el alumnado, de allí que aquel debe estar siempre en función de las facilidades que puedan obtener los estudiantes que representan una carga familiar y, obviamente, no son los únicos hijos de una familia que se encuentra en algún nivel educativo.

Por ello es que desde el año pasado se han comenzado a escuchar las quejas de los estudiantes de diferentes universidades por los costos de la matrícula y las pensiones de estudios, inclusive, la mayor parte de estas denuncias inciden en las restricciones que les ponen por retrasarse en el pago de las pensiones mensuales, algo que está terminantemente prohibido por la ley.

Empero, los naturales recelos de estudiantes que temen las represalias de sus autoridades, llevó a los alumnos de la Universidad César Vallejo, a realizar una protesta virtual y transmitir sus reclamos a través de las redes sociales.

En esta caso se ha dispuesto este año el incremento de las pensiones en 50 nuevos soles, lo que ha generado la indignación de estudiantes de varias escuelas que son conscientes que este aumento no tiene concordancia con los niveles inflacionarios del país y que resulta lesivo para la mayoría, exigiendo que se deje por esta vez sin efecto el incremento a efectos de poder regularizar sus matrículas.

Para poder materializar estos reclamos se anunció un plantón en el frontis de la Universidad, sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en las universidades públicas, en las entidades privadas perdura el temor de los estudiantes a ser objeto de alguna media disciplinaria cuando lo que están reclamando es un justo derecho.

Muchos desistieron finalmente de plantarse frente a la Universidad y dejaron solo a un pequeño grupo que es consciente que llevan el clamor de la mayoría de estudiantes pero que dada las circunstancias de la masa estudiantil no quieren exponerse y han preferido esperar una nueva gestión que emprenderán en estos días.

Se trata de un recurso que se presentará ante la oficina zonal de INDECOPI en Chimbote, con la finalidad que intervenga en defensa de los usuarios, en este caso los jóvenes que utilizan los servicios educativos universitarios que están denunciando un exceso en el tratamiento de las pensiones.

Esperemos que el organismo regulador atienda el pedido de los estudiantes pues es evidente que la ambición de las universidades por recuperar inversiones realizadas está llevando a atacar el bolsillo de los estudiantes y eso lo único que genera no solo es un malestar que distrae la actividad académica sino que lleva a protestas y reclamos que derivan en paralizaciones de los cronogramas de estudios.

Afortunadamente, tras la protesta realizada, el rector de la Universidad del Santa, Sixto Díaz Tello ha señalado que llevará el reclamo estudiantil al seno del consejo universitario y ha admitido la posibilidad de dejar sin efecto los incrementos, ese es un buen paso, lo mejor sería que se dialogue y se exponga los fundamentos de las universidades para incrementar los costos de la enseñanza.

Por el momento, las justificadas protestas de los estudiantes han generado la reacción de las autoridades, los ha llevado a evaluar el escenario socio educativo y es posible que se dejen sin efecto los incrementos. Por el momento es lo mejor, nada debe perturbar a los alumnos cuando se trata de avocarse de lleno al estudio de sus materias.