Editorial

Editorial: ::: SITUACIÓN BOCHORNOSA :::

La llegada de un nuevo gerente o director en una entidad pública genera siempre expectativa en la medida que marca el momento en que muchas cosas pueden cambiar y muchos funcionarios dejarán los puestos para designarse a la gente de confianza a la que apelan quienes asumen un encargo complicado.

Sin embargo, esta expectativa está dada siempre por la necesidad de conocer cuáles son los nuevos planes y objetivos que pretenden los nuevos funcionarios, escuchar y analizar las alternativas a las que pueden echar mano para hacer frente la situación de la institución, una actitud de tensa pero de necesaria espera.

Sin embargo, nada de esto ha sucedido en el hospital La Caleta, en donde lejos de recibir al nuevo Director que ha sido designado por el gobierno regional, los gremios médicos y de trabajadores, pretendieron impedir que el nuevo titular asuma el cargo.

El Dr. César Díaz Gamarra llegó el pasado miércoles al hospital La Caleta llevando la resolución de gerencia regional que lo designa en el cargo, sin embargo, lejos de encontrar un ambiente propicio para emprender buenas relaciones laborales con los trabajadores, lo que halló fue un verdadero amotinamiento, con médicos y servidores administrativos levantados en una protesta inusual que se caracterizaba por la toma del despacho de la dirección.

El nuevo Director no pudo ingresar al despacho porque se encontraba con las puertas clausuradas con cadenas y candados, en otras palabras, la oficina había sido tomada por personas que alegaban que era foráneo y que no estaba en la terna que el gremio médico hizo llegar al Gobernador Regional.

Solo tres días después y utilizando un cerrajero, con la compañía de personal de seguridad, de la titular de la Dirección Regional de Salud y del Director Regional de Trabajo, el galeno pudo ingresar a la oficina de la Dirección para iniciar su gestión pero dejando esa sensación agria de no poder hacer mucho ante la absurda arremetida de los gremios de médicos y trabajadores.

Pero ¿Cuál es la razón de esta protesta? A decir de los propios dirigentes rechazan la presencia del nuevo director porque es un profesional foráneo y porque el Gobernador regional les prometió designar un médico de la terna que le remitieron.

Sin embargo, comenzando por esto último habría que preguntar ¿es acaso imperativo que el gobernador designe al director que quieren los médicos? De ninguna manera, por el contrario, ello podría prestarse a toda clase de comentarios, con mayor razón si el propio Gobernador ha señalado que es falso que en campaña se ha comprometido con los médicos a designar a un director de la terna que ellos propongan.

El gobernador ha señalado que se comprometió a designar a un profesional competente y de experiencia, sin embargo, tal como ha ocurrido en el hospital La Caleta, los médicos que laboran en los nosocomios locales no cuentan con los requisitos que ahora establece la ley para acceder a un cargo de confianza.

En tal sentido, aun en el supuesto negado que el Gobernador se haya comprometido a elegir uno de los nombres de la terna, lo que ha referido el Gobernador es que en las famosas ternas no existen profesionales que cumplan con los perfiles que establece la ley para la designación de los directores.

Esto quiere decir que si el Gobernador no cumple cl mandato legal será denunciado, por ello es que en ambos nosocomios apeló a la evaluación de expedientes de médicos de otras reparticiones a efectos de contar con los profesionales que necesita el manejo de un nosocomio como La Caleta o Regional.

Esta es la razón por la cual el Gobernador ha prescindido de las ternas y los gremios médicos no pueden hacer nada ante una situación como esta en la que es la ley la que determina los perfiles profesionales de los aspirantes a una Dirección.

En tal sentido, se ha informado que el Dr. César William Díaz Gamarra es un médico cirujano con maestría en gerencia de servicios de salud, con diplomado en gerencia en salud y con capacitación en el programa de especialización de ejecutivos- aseguramiento en EPS en la Universidad ESAN.

Es decir que cuenta con los grados académicos necesarios que demanda la ley y en lo que se refiere a experiencia se sabe que ha desempeñado la dirección de diversos hospitales y centros de salud del Seguro Social desde el año 2009 a la fecha, tanto en Chancay como Huacho, donde estuvo a cargo del Hospital Gustavo Lanatta.

El hecho que el flamante Director del Hospital la Caleta no haya nacido en Chimbote no lo descalifica para ejercer el cargo, si bien es cierto es una justa aspiración de los profesionales que son naturales de esta tierra, lo cierto es que se tiene que cumplir los parámetros que determinan las normas legales, aquel argumento no resulta valedero como para tomar por asalto un despacho público y cerrarlo para que no ingrese nadie.

No podemos sino lamentar la actitud intolerante de los gremios de trabajadores y médicos del hospital La Caleta nadie les niega el derecho a protestar pero existen formas de hacerlo sin llegar a infringir la ley y cometer potenciales delitos penales, como el de violencia y resistencia a la autoridad.

Justamente, el sentimiento de culpas de los medios y los dirigentes sindicales lo llevaron a no oponer resistencia el pasado viernes cuando el nuevo Director llegó acompañado de funcionarios del gobierno regional para asumir el cargo, llevando a un cerrajero para que corte las cadenas y abriera las cerraduras que fueron maliciosamente clausuradas.

Es pertinente que los miembros de la comunidad médica y laboral de La Caleta evalúen detenidamente los acontecimientos, que entiendan que una actitud beligerante como la que asumieron no suma en nada a los objetivos asistenciales que tiene el llamado “hospital de los pobres”. No pueden ser protagonistas de una situación bochornosa, por lo menos que reciban al nuevo Director, le planteen sus puntos de vista y escuchen y observen el trabajo que pretende realizar. Si no cumple las metas podrán demandar los cambios que hoy, de manera apresurada e irreflexiva, están exigiendo. Ellos deben saber bien que “lo cortés no quita lo valiente”.