Editorial

Editorial: ::: PLAZO AGOTADO :::

El último viernes ha expirado el plazo que otorgó la Municipalidad Provincial del Santa a los comerciantes del mercado El Progreso que se dedican a la venta de productos húmedos, para los efectos que accedan al cambio de giro de sus negocios.

Esta ha sido la condición para que el Ministerio de Salud autorice el financiamiento de poco menos de 50 millones de soles para la construcción de un Hospital sobre los terrenos en donde se ubica la Posta de Salud de este populoso barrio, la misma que se encuentra a pocos metros del centro de abastos.

La condición que se planteó es que si en el plazo señalado los comerciantes no accedían a este cambio de uso y no firmaban las actas de conciliación con la Comuna Provincial del Santa, entonces la autoridad edil procedería a realizar la clausura de ese puesto y sus conductores se quedarían al margen de la actividad que realizaban en este centro de abastos.

Aquí no caben justificaciones de ninguna clase, ni siquiera el hecho que se dediquen a esta actividad desde hace más de 20 o 30 años sirve para pretender eludir la condición que se ha otorgado a las autoridades de Chimbote para la construcción del nosocomio.

En este caso existe un acuerdo conjunto entre autoridades y comerciantes, en presencia de los funcionarios del PRONIS, que es el organismo del Ministerio de Salud que promueve la infraestructura en el sector salud, por ende, lo que viene ahora es solo la ejecución de los apercibimientos, el inicio del proceso de clausura de aquellos puestos que no se hayan acogido a las disposiciones pertinentes.

Y es que al margen de cualquier derecho que se pueda anteponer en esta suerte de disputa de autoridad y comerciantes, lo que deben compulsar estos últimos es el hecho que nuestra ciudad, los chimbotanos y, especialmente, los pueblos de El Progreso y aquellos que se encuentran en los alrededores, serán beneficiados con una importante inversión que apuntalará la salud de la población.

Estamos hablando de un derecho constitucional de las personas, aquel al que nuestra carta magna señala que todos deben tener acceso a la salud y, en tal sentido, no puede ser posible que un pequeño grupo de intransigentes, soliviantados por dirigentes trasnochados y conflictivos, puedan echar a perder esta inversión que se espera desde hace muchos años.

Los comerciantes eran conscientes que desde hace años se venía gestionando la construcción del nosocomio sobre la posta de salud del Barrio El progreso, ellos sabían que una infraestructura de asistencia médica requería de ciertas restricciones en las actividades que ellos realizaban.

Comencemos por el hecho que existe una ley que prohíbe que existan mercados a menos de 100 metros de la ubicación de un hospital, lo que quiere decir que el Mercado Progreso en su integridad debería ser reubicado y erradicado del lugar, inclusive, esto fue lo que demandaron los funcionarios del PRONIS cuando el año pasado llegaron por primera vez a sentar las bases de la inversión que tienen proyectado realizar.

Sin embargo, el Ministerio de Salud ha sido lo suficientemente complaciente como para aceptar que el mercado no se reubique sino que se retire a los puestos de venta de productos húmedos, como se conoce a aquellos que se dedican a la venta de carnes, verduras y alimentos, pues son los que generan desperdicios y perjudican las condiciones de salubridad, y, ello no se puede permitir a pocos metros del nosocomio.

Por ello es que inicialmente el PRONIS aceptó la propuesta trabajada por las autoridades y los comerciantes para que se cambie de giro a los puestos de venta de carmes y otros, ellos podrían dedicarse a la venta de ropa, artefactos y toda mercadería que no genere la falta de higiene y el desorden.

Inclusive, la autoridad municipal se ha mostrado acomedida frente a esta problemática y han ofrecido toda clase de ventajas y beneficios para los propietarios de estos puestos de productos húmedos para que se convenzan que pueden acceder a otras ofertas.

Por ejemplo, el ex alcalde Humberto Ortiz les ofreció un puesto en otro mercado, de tal suerte que podrían alquilar el que tienen en El Progreso a efectos de poder agenciarse de un capital para impulsar sus negocios.

Ahora el alcalde Briceño les ha ofrecido un puesto en el mercado Dios de Mayo para que continúen con la venta de productos húmedos y mantener la conducción de otro puesto en el mercado El progreso con otro giro comercial, sin embargo, pese a estas ventajas que no tendrían razón de ser, un grupo de comerciantes se niegan a cumplir el acta y respetar el plazo otorgado por la Municipalidad.

Desde todos los sectores se ha invocado y hasta implorado a los comerciantes a que procedan a cambiar de giro, se les ha dicho y repetido que de por medio se encuentra no solo el respeto a la ley sino los beneficios que obtendrían de acceder a un cambio de giro que es la única alternativa.

La comisionada de la defensoría les ha pedido que piensen en la salud de miles de pobladores que esperan se concrete este ansiado proyecto, y, no le falta razón, no tienen que ser egoístas y pensar solo en su actividad comercial cuando ella la puede hacer en cualquier otro lugar que no fuera el mercado.

De allí que es evidente que estamos ante una problemática con plazo agotado, un escenario en el que solo cabe ejecutar los apremios previstos, en el que no puede existir marcha atrás y menos se pueden “perdonar vidas”, el alcalde y sus funcionarios tienen la obligación moral y legal de habilitar los terrenos para la licitación y construcción del nuevo hospital El Progreso., consecuentemente, desde hoy lunes debe estar iniciándose el trámite de desalojo o clausura de aquellos negocios que se resisten a cumplir con la ley y que quieren nadar contra la corriente de opinión mayoritaria de los chimbotanos.

No se puede dar el brazo a torcer, hay que empezar esto de una buena vez, si se tiene que apelar a la fuerza que se haga, pero, fundamentalmente, no se puede perder el norte de la autoridad, aquella que cuando se ejerce con transparencia y sin soberbia, suele darle la razón a quien la tiene.