Editorial

Editorial: ::: LA RUTA DEL DINERO :::

Quiero advertir a la población que el Fiscal Chirre viene buscando gente que pueda declarar en contra del ex presidente regional buscando pruebas en el Caso La Centralita. Como no las tiene ha venido a presionar a otras personas, por eso digo que no se dejen sorprender por este Fiscal”.

Esta fue el angustioso mensaje que se escuchó por una emisora ante el llamado anónimo de un individuo que, ciertamente, forma parte del entorno de los llamados “comandos”, aquella portátil que ha quedado como rezagos de la denominada red de corrupción que operó a sus anchas entre los años 2007 al 2014 y que se dedicó a usufructuar de los millones que recibía Ancash a partir del canon minero.

Sin embargo, el desconocido interlocutor estaba despistado, pues ni el Fiscal Elmer Chirre ni el caso La Centralita eran materia de una pesquisa en nuestra ciudad, solo habían llegado dos Fiscales y un asistente del equipo de la Fiscalía Supraprovincial que dirige el antes mencionado y el Caso la Centralita ya se encuentra en fase de control de acusación, por lo tanto, no se pueden realizar más diligencias indagatorias en esa carpeta.

Lo que si estaba ocurriendo en Chimbote la semana pasada es el inicio de una serie de diligencias para una nueva carpeta Fiscal que se ha abierto en la Fiscalía Supraprovincial, a la cual se le ha denominado “Centralita 2” y que está relacionada a la investigación que ha iniciado el magistrado por delito de Lavado de activos contra César Álvarez Aguilar y varios miembros de su cúpula de entonces, por el presunto manejo de dinero negro a través de dos empresas que le pertenecían a César Álvarez y Cuenta Conmigo y que se denominaban “Óptica y Funeraria Popular”.

Esta nueva investigación es otro de los brazos judiciales que se han derivado de la pesquisa principal del Caso La Centralita y que ameritan una investigación mucho más exhaustiva, pues con los testimonios de colaboradores eficaces y con documentos que se han incautado, el Ministerio Público ha hallado evidencias del presunto uso de estas dos “empresas populares” como herramientas para la legalización de un dinero obtenido de coimas y sobornos productos de los diezmos de las obras que se ejecutaban en la gestión de Álvarez Aguilar.

Y es que esto ha sido posible de establecer en la medida que estas dos entidades tuvieron un escaso movimiento en ventas, empero, su contabilidad demuestra transferencias que están por encima de las cifras que administraban, en otras palabras, se usaron las cuentas y los movimientos de estas empresas populares para darle visos de legalidad a dinero que ingresaba por manejos turbios en la ejecución de obras.

Por ello es que el Fiscal Elmer Chirre ha enviado a Chimbote a dos Fiscales Adjuntos y asistentes, con la finalidad de recibir testimonios de gente que se ha visto involucrada en el tema de estos manejos, no solo los propietarios de los inmuebles que se utilizaron para el funcionamiento encubierto estas empresas, sino de aquellos que tuvieron trato comercial con estas entidades.

No se puede dejar de soslayar que durante la investigación del caso “La Centralita” se ha podido corroborar los hechos inicialmente investigados, es decir, la existencia de una organización criminal para la comisión de delitos que permitan el funcionamiento de una costra de corrupción que se encubría de una y mil maneras.

El Fiscal Elmer Chirre ha podido conocer de muchos otros hechos delincuenciales que se han registrado en la gestión de César Álvarez y ha venido siguiendo la huella del dinero sucio, como el caso de las coimas de la carretera Chacas San Luis o del frustrado negociado de la ejecución del proyecto Chinecas, en cuya pesquisa se pudo corroborar el escándalo “Sisa” que ya venía investigándose en Chimbote.

Por ello es que no llama la atención que en ese accionar inquisitivo del Ministerio Público se haya descubierto la existencia de estas dos empresas que solo sirvieron para encubrir el tráfico doloso de dinero negro que se recibía como parte de los diezmos de las obras y que en Chimbote se sabe que existieron muchas otras empresas que sirvieron para camuflar ese dinero ilícito.

Este es el caso de los “compadres” del ex presidente regional que el año pasado consiguieron infiltrarse en las huestes del candidato del “Maicito” y que le costó virtualmente la candidatura a Juan Rebaza Carpio, hay negocios que se emprendieron en el rubro de la estética y belleza que se sabe que formaban parte de esta modalidad de encubrimiento de los recursos ilícitos que se obtenían en la ejecución de obras que finalmente fueron descaradamente abandonadas.

En tal sentido, es necesario distinguir esta pesquisa con un segundo local que montaron los “comandos” tras descubrirse el bunker de la centralita de La Caleta, pues tras este hallazgo los promotores de la red de corrupción trasladaron esta oficina que manejaba el pago de coimas y los psicosociales para encubrir los actos de corrupción a un inmueble en el jirón Guillermo Moore.

Este segundo inmueble no guarda relación con esta segunda investigación que viene realizando la Fiscalía supraprovincial solo es una similitud en las denominaciones, pues el Ministerio Público ha decidido consignar esta nueva pesquisa de lavado de dinero sucio como una segunda parte del caso principal que ya se encuentra en el banquillo de acusados del Juzgado Nacional.

De allí que se entiende las desesperadas llamadas de comandos encubiertos que aún quedan en Chimbote y que pretendían desmerecer las nuevas actuaciones que vienen realizando los Fiscales y que continuará en la capital de la república, hasta donde han sido notificados los empresarios que fueron privilegiados con obras del gobierno regional y que se prestaron a las componendas de entonces. Esta es la manera de seguir poniendo al descubierto este montaje de corrupción que envolvió a nuestra región y la manera como se consigue hallar la ruta del dinero, aquel capital del mercado negro que se movía en ingentes cantidades y que había que encontrar cuentas en las cuales encubrir su manejo.