INDIGNO
Los casos de pederastas que están detrás de las menores en las redes sociales son los más repudiables en nuestra sociedad. Por ello la captura de estos maleantes se hace en el marco de pesquisas muy bien montadas por la Policía, empero, tal parece que a nivel de Fiscalía les interesa un comino la dignidad de las adolescentes. Decimos esto porque la semana pasada la Policía capturó a un sujeto que decía ser empresario en Casma, quien llevó a un hostal a una menor no solo para abusar de ella sino que con amenazas la pretendía involucrar en el mundo de la prostitución. Este individuo, con rasgos pervertidos, fue detenido en el marco de una celada, sin embargo, el Fiscal de Casma Manuel Segura Benavides lo liberó porque llegó a un acuerdo de terminación con su defensa técnica, el mismo que estaba sustentado en el pago de una jugosa reparación civil. Las preguntas que se caen de maduras son: ¿puede el dinero pasar por encima de la honra sexual de una niña? ¿Puede el dinero dejar sin sanción a quienes están al acecho, violan y prostituyen a menores de edad? ¿No es acaso que la terminación anticipada tiene sus límites? ¿Para qué se apela a la terminación anticipada en un delito calificado por una celada, es decir, donde existe prueba plena a la que el sujeto no se puede negar o refutar? El Ministerio Público es el organismo que tiene el monopolio de la acción penal pero para ejercerla se erige no solo en defensor de la legalidad sino en defensor de la sociedad en juicio. El Fiscal tiene la obligación legal y el deber moral de proteger a esa niña, no puede ponerse del lado del pervertido que trataba de saciarse con su cuerpo y lucrarse ofreciéndola al mejor postor. ¿Alguien que actúa de esta manera puede ser depositario de algún beneficio de índole procesal?. Que la Presidenta de la Junta de Fiscales evalúe este hecho, no se puede utilizar las herramientas procesales destinadas a aliviar la carga procesal para que se instale una puerta falsa por la cual puedan salir los que compran su libertad o inocencia.
PAULINO
La gran mayoría de periodistas vinculados a los medios de comunicación no salíamos de nuestra sorpresa cuando la Municipalidad Provincial del Santa dispuso la inmediata separación del sempiterno Jefe de la Biblioteca Municipal, Paulino Meléndez de la Cruz, al formularse en su contra una grave denuncia de tocamientos indebidos formulada nada menos que por una trabajadora de la misma entidad edil. Y es que el funcionario tiene años de servicio en la misma dependencia, es conocido por los periodistas y ha formado parte de muchas ceremonias de carácter cultural en la ciudad, sin embargo, nos llevaríamos también una tremenda sorpresa cuando desde el mismo Municipio otros servidores señalaron que no les llamaba la atención porque este empleado edil tenía esa mala costumbre de sobrepasarse con las trabajadoras que llegaban a su dependencia, una suerte de confianzudo, como se le conocía antes. Y, es que en estos tiempos “la mano larga” ya no es sinónimo de un exceso tolerado, ahora equivale a una acción de contenido delictivo y es sancionado de manera drástica. Es una muestra de violencia y maltrato a la mujer, muchos la consideran como la antesala a un pretendido abuso sexual, por ello es que se denuncia siempre que se cuente con las pruebas pertinentes. Y este es el quid del asunto, ¿cómo tener pruebas de un acto repentino, absurdo y descarado que se ejecuta en espacios privados y en donde no existen testigos?. Una trabajadora, cansada de las actitudes grotescas de este empleado, decidió grabarlo en sus excesos, pudo captar los diálogos cargados de un vocabulario procaz y de palabras de alto contenido sexual y lo mostró ante sus superiores. Quienes han escuchado los audios no vacilan en descalificar al denunciado. Ha hecho bien el alcalde provincial al disponer su inmediato cese de la Jefatura de la Biblioteca municipal y su procesamiento administrativo en la medida que es un servidor de carrera, empero, ello no debe impedir la remisión de estos antecedentes a la Fiscalía. Los hechos se sancionan de acuerdo a su gravedad y su calificación.
MILAGRO
Luego de observar la forma como quedó el auto y las circunstancias del accidente, en realidad el vice gobernador de Ancash, Henry Borja Cruzado, debe agradecer al altísimo estar sano y salvo, no solo por haber salido ileso sino porque pudo perder la vida. Aparentemente, el exceso de velocidad o el mal estado de la carretera hizo perder el control al chofer y el auto dio varias vueltas de campana. Seguramente, en años anteriores en donde el cinturón de seguridad no tenía el carácter exigible, tendríamos velorios y sepelios, pero ahora, la seguridad extrema permite aun tengamos con nosotros a los accidentados. A tener más cuidado en adelante.